Gazprom, incluso, ha sugerido que una de las dos líneas del Nord Stream 2 podría utilizarse para transportar hidrógeno a Europa en la próxima década
Rusia está desarrollando su hoja de ruta para la producción de hidrógeno durante la próxima década, anunciando un nuevo grupo de trabajo para coordinar los proyectos de producción y exportación de hidrógeno del país.
Con la creación de un nuevo grupo de trabajo, por parte del Primer Ministro ruso Mikhail Mishustin, para coordinar los proyectos de hidrógeno, Rusia parece responder a las expectativas internacionales de transición energética para los próximos años.
Rusia espera que la demanda nacional siga dependiendo en gran medida del petróleo y el gas, lo que significa que gran parte de su producción de hidrógeno se destinará a la exportación.
Con unos niveles elevados de producción de gas natural, es comprensible que Rusia esté interesada en impulsar la producción de hidrógeno, ya que sus regiones vecinas de Europa y Medio Oriente expresan su interés tanto por el desarrollo como por la importación de hidrógeno durante la próxima década.
Rusia planea producir hidrógeno azul, utilizando la tecnología de captura y almacenamiento de carbono (CCS) en sus yacimientos de gas natural.
El grupo de trabajo está formado por los presidentes y vicepresidentes de las empresas nacionales de gas Gazprom y Novatek, así como por representantes de la industria petrolera y de otras corporaciones y ministerios nacionales. El grupo estará presidido por Alexander Novak, viceprimer ministro de Rusia.
Gazprom lleva varios años interesándose por los posibles usos del hidrógeno, e incluso ha establecido un plan de trenes propulsados por hidrógeno para 2024. La empresa sugiere ahora que una de las dos líneas de su nuevo proyecto de gasoducto submarino Nord Stream 2, que conecta Rusia y Alemania, podría utilizarse para transportar hidrógeno en la década de 2030.
La empresa ha firmado recientemente acuerdos para estudiar la incorporación de la captura y almacenamiento de carbono (CAC), la producción de amoníaco y la generación de energía eólica en sus actuales centros de producción de gas. Y las compañías petroleras Rosneft y Gazprom Neft también están ofreciendo sus conocimientos, con experiencia en la producción de hidrógeno gris en sus refinerías.
Sobre la base de la hoja de ruta del hidrógeno en Rusia, el grupo de trabajo espera que las instalaciones de producción de hidrógeno con CAC puedan entrar en funcionamiento a partir de 2023. El hidrógeno verde también podría estar en marcha, ya que el grupo pretende realizar pruebas de producción de hidrógeno a partir de agua y otras energías renovables.
Desde la creación del grupo de trabajo este mes, algunas empresas ya han anunciado sus planes de producción y uso de hidrógeno en el país.
Por ejemplo, la Corporación Unida de Motores de Rostec (UEC) ha declarado su intención de desarrollar plantas de energía para apoyar la utilización de hidrógeno en el sector de la aviación.
Novak declaró en junio que Rusia aspira a alcanzar una cuota del 20% en el mercado mundial del hidrógeno, y se espera que el gobierno apruebe un plan de hidrógeno en los próximos dos meses. Se espera que el plan ofrezca varios escenarios para la producción rusa de hidrógeno, así como posibles mercados de exportación.
La estrategia energética de Rusia de 2020 hasta 2034, presentaba un objetivo de 200.000 toneladas de exportaciones de hidrógeno para 2024, cifra que aumentaría a 2 millones de toneladas para 2035. Sin embargo, si la demanda supera las expectativas, Rusia podría desarrollar su industria del hidrógeno mucho más rápido, con el fin de exportar cantidades significativamente mayores de energía limpia.
Rusia también espera colaborar estrechamente con otros Estados de gran demanda y producción en el desarrollo de una industria del hidrógeno durante la próxima década, como Alemania, Francia, Australia, Japón, Corea del Sur y Arabia Saudí.
Un informe de Deloitte sugiere que el uso de hidrógeno en el sector del transporte en Europa alcanzará los 50 millones de toneladas en 2050, y que la industria europea podría necesitar 45 millones de toneladas para esa fecha, por lo que muchos países se están sumergiendo en planes de producción, y Rusia ofrece un puente vital entre Asia y Europa a medida que el mercado se expande.