La región, que cuenta con vastos recursos para desarrollar proyectos de este tipo, podría experimentar una ralentización de nuevos desarrollos
NATALIA VERA RAMÍREZ
"A río revuelto, ganancia de pescadores'', dice un refrán popular que puede aplicarse muy bien al boom de precios que están experimentando muchos commodities y que viene impactando a muchas industrias que usan estas materias primas como insumos vitales para su cadena de suministro.
Es el caso del acero y el polisilicio, recursos usados para nuevas instalaciones de energía solar que, junto al incremento de los fletes marítimos, amenazan con frenar el descendente camino del costo de este tipo de energía renovable de la última década.
Esta alza de precios se da en una coyuntura de reactivación económica en mercados como los de Estados Unidos y China, que han impulsado el consumo de estas y otras materias primas, tras superar gradualmente el impacto del COVID-19.
Para Alejandro Wagner, director de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), estas materias primas al ser usadas en muchas industrias manufactureras como la automotriz, línea blanca y construcción, terminan impactadas cuando se dan estos revuelos en los precios.
“Todos los commodities en el mundo están en precios históricos por dos factores principales: el primero es el COVID, que, con todos los estímulos fiscales y monetarios que han hecho los bancos centrales de los gobiernos en prácticamente todos los países del mundo para aliviar su efecto, ha hecho en parte que ese dinero se destine a bienes de consumo o bienes o de construcción, y la mayoría de ellos consume acero. Eso hizo que los volúmenes de demanda de acero y los precios toquen niveles bastante elevados” dice.
El otro factor, para Wagner, es China que fabrica el 50% del acero del mundo. “Todos sus estímulos y medidas han impactado en los precios del acero, sobre todo en los de las materias primas del acero como el carbón y el mineral de hierro que también son commodities y han aumentado el valor entre 100% y 150% en el último año. El impacto se da en todos los consumidores de acero, como los paneles solares”, dice.
Así, según la plataforma financiera Investing.com, mientras que en junio de 2020 el contrato de 20 toneladas de bobina de acero (usada en marcos y estructuras de paneles solares) costaba US$ 488, al cierre de junio de 2021 alcanzó un precio récord de US$ 1.810, más de tres veces su valor de hace un año. En el caso del precio polisilicio, materia prima clave para la elaboración de paneles solares, de acuerdo con los datos de la firma de investigación alemana Bernreuter Research, pasó de US$ 11 por kilo a principios de año a US$ 24 (+118%) a mayo de 2021.
“Comencé a calificar los primeros proyectos solares que entraron en nuestra cartera hace más de 10 años y los precios de los paneles eran un 90% más altos de lo que son ahora. La gente está familiarizada con la caída de costos, pero el año pasado vimos que, por primera vez, estos comenzaron a subir y reflejaban principalmente el aumento del precio del polisilicio que casi se cuadruplicó. Esta es una materia prima básica para los paneles, cuyo mayor proveedor está en China. Cuando hay ese tipo de salto, tiene mucho sentido que los paneles tengan un aumento de precio bastante significativo de hasta 20% en un año”, dice Gregory Remec, senior director of the Global Infrastructure & Project Finance Group de Fitch Ratings
Estos picos en los precios pondrían en jaque la continua reducción del costo de la energía solar -entre 2010 y 2020 disminuyó en un 80%- e incluso algunas voces del sector, como S&P Platts, proveedor de información, precios de referencia y análisis de los mercados de la energía y las materias primas, advierten que estas acentuadas disminuciones han llegado a su fin, revirtiendo así un descenso de décadas en el costo este tipo de energía renovable, mermando el interés de los inversores en el sector luego de un repunte récord en 2020.
Es así que, según el MAC Global Solar Energy Index (el índice de seguimiento de Invesco Solar ETF, fondo cotizado (ETF) en la Bolsa de Nueva York), las acciones de las empresas solares en bolsa han caído un 18% en 2021, tras una subida de más del triple en 2020, debido a que las empresas enfrentan mayores costos de acero, polisilicio y flete.
“La mayor parte de la cadena de valor solar enfrenta un breve invierno, mientras la subida de los costos de las materias primas y la incertidumbre política afectan los precios de las acciones. A la energía eólica le ha ido ligeramente mejor, aunque también hay diversos comportamientos en el precio de las acciones dentro del subsector (los parques eólicos superan cómodamente a los fabricantes de equipos eólicos)”, dice Kelly Chia, Equity Research Asia del banco privado suizo Julius Baer.
Impacto en América Latina
América Latina se ha convertido en una región con mucho dinamismo en cuanto a proyectos de energía solar, dado que sus países cuentan con recursos y marcos regulatorios, especialmente en Chile, que facilitan el desarrollo de este tipo de proyectos energéticos. En los últimos años, varios desarrolladores de energía solar han visto una gran oportunidad para financiar e invertir en esta industria en nuestra región, por lo que los vaivenes de los precios de los commodities podrían tener un impacto en futuros proyectos en tierras latinoamericanas.
“El COVID ha traído retos desde el punto de vista logístico y de costos. Ciertamente, sí hay un incremento en las materias primas para los productos nuevos, pero ese impacto depende de la tecnología, de la ubicación y de otras variables. En el caso de las [energías] renovables, cuando analizas el costo nivelado de energía, la inversión inicial es mucho más grande en un proyecto renovable que en uno térmico que tiene otras variables de mayor peso como la eficiencia y el precio del combustible”, dice Santiago Bautista, Generation Head Perú y Venezuela de Siemens.
“El incremento del costo de las tecnologías, debido al aumento de las materias primas, va afectar mucho más a las renovables por su naturaleza, por la forma como está la estructura del costo que en el caso de las tecnologías térmicas”.
Gregory Remec agrega: “Los proyectos de energía solar en América Latina que están ya operando no se ven afectados por la subida de los precios de los paneles, sino los que están en desarrollo o están al principio de su ciclo de desarrollo. Cualquier desarrollador sabe que el precio puede fluctuar y aquellos que tenían como objetivo un precio muy bajo, tendrán que poner más capital en el proyecto y tener un plazo más bajo o esperar a que algunas de estas fuerzas del mercado se estabilice. En cualquier caso, probablemente signifique una desaceleración en el desarrollo de esos proyectos, pero los proyectos más fuertes, los que se contratan con grado de inversión, están bastante avanzados en su ciclo de desarrollo, podrían experimentar algún retraso, pero es probable que continúen. Aquellos que están comenzando en este momento son los que podrían retroceder y esperar señales de mejores precios y cierta confianza en que los fabricantes pueden entregar los paneles para seguir adelante con sus proyectos”.
Asimismo, Santiago Bautista refiere que el impacto de la volatilidad de las materias primas base de proyectos de energía solar va a depender de cada país y de cada subregión. “Por ejemplo, en el Caribe donde la generación es con diésel, la renovable sigue siendo atractiva porque tiene un precio más bajo que la generación con petróleo, mientras que en Perú hay mucha generación de energía con gas e hidro y tiene una matriz energética más variada", comentó.
“No digo que esta coyuntura haga que la energía solar sea inviable, pero definitivamente hay que estudiar su efecto porque hay más competencia de otras fuentes de energía. No creo que esto vaya a disminuir la cantidad de proyectos de energía en el más amplio de los conceptos. Sí puede afectar puntos y proyectos muy específicos entonces hay que estar pendientes y considerarlos como un impacto, pero es muy difícil hablar de forma genérica sino que hay que analizar caso por caso”, dice.
Vaivenes cíclicos
Como dice otro conocido refrán “no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista”. Y es que la vigencia de precios altos de materias primas no será eterna.
“Estoy seguro que el COVID-19 tiene fecha de caducidad, en algún momento se va acabar y esperemos que sea pronto. En este momento los costos navieros sí tienen un impacto real, actual e inmediato en la energía solar, pero cuando vuelvan a los niveles anteriores y la cantidad de mercancías, personas, bienes y servicios regresen a la normalidad, tendrán una circulación libre en el mundo como era antes de la pandemia, porque lamentablemente todavía no estamos en ese punto”, dice Santiago Bautista, de Siemens.
Según Alejandro Wagner, de Alacero, en Latinoamérica es aún arriesgado predecir el fin del boom en los precios del acero, ya que no hay una previsión de lo que va a suceder con las cuarentenas. “No obstante, todo indicaría que para fin de año si no hay una tercera o cuarta ola, dependiendo del país, esto empiece a normalizarse. Ya se está normalizando el consumo y la producción y, por ende, los precios tendrían una tendencia a la baja. Cuando China empiece a normalizar su producción, es posible que la presión sobre los commodities y materias primas que usa el acero también bajen. Diría que a inicios de 2022 los precios van a ser más razonables y en consecuencia, el impacto en todos los consumidores de acero, como los productores de los paneles solares que ya no van a tener tantos problemas como lo están haciendo ahora”, dice.
En tanto, Gregory Remec, de Fitch Ratings concluye: “Creo que con el tiempo se va a moderar [ el precios de paneles] a medida que los mercados alcancen el equilibrio entre la oferta y la demanda de materiales, de mano de obra e incluso la situación por el COVID que en América Latina aún están poniéndose al día con las vacunas y no están listos para abrirse. La expectativa realmente es que seguirá cayendo, pero habrá un poco más de volatilidad que hemos visto antes”.