Después de comprar Edenor, los empresarios mendocinos comenzaron además un "raid" de compra de medios que por ahora incluye El Cronista y El Día de La Plata
Nadie podrá decir que no tienen perseverancia. En 2013, José Luis Manzano convenció a Sergio Massa de que era el único dirigente que podía desbancar a Cristina Kirchner y lo llevó a ganar las elecciones legislativas de ese año, por lo que leyendo las declaraciones del tigrense de aquella época contra la entonces presidenta queda claro que le creyó.
No sería el turno de Massa sino de Mauricio Macri, que en 2015 fue ungido presidente tras ganar la Ciudad, la Provincia y la Nación en un hecho inédito para una coalición no peronista.
Desde hace ocho años, no obstante, Manzano y su socio Daniel Vila han venido sosteniendo las aspiraciones de Massa, que "cobró" una cuota parte importante de poder con el triunfo de Alberto Fernández y CFK en 2019.
Según el modelo del Grupo Clarín, Vila-Manzano han ido avanzando en sus negocios en los últimos dos años basándose en sus fluidos contactos en el poder político, a pesar de que el segundo dijo recientemente que no hacen "negocios con el Estado".
Sin embargo, el Estado debió autorizarles la compra de Edenor al Grupo Pampa, lo que a esta altura es un detalle, seguramente.
En las últimas semanas la dupla mendocina avanzó en la compra de medios: primero El Cronista a Francisco de Narváez -su exsocio- y luego El Día de La Plata a la familia Kraiselburd.
Sin embargo, como segundo grupo mediático siguen muy lejos del holding que maneja aún Héctor Magnetto. Peor aún si se los compara como grupo de servicios: ellos se desprendieron de la red de TV por cable Supercanal y Clarín mantiene Cablevisión y se quedó con Telecom.
Con algunas inestimables ayudas, Vila y Manzano están buscando reparar ese aspecto: hace meses que comenzaron a competir para quedarse con la filial local de Telefónica para quedar en espejo con Clarín.
En la política todos ven con buenos ojos que al consorcio liderado por Magnetto le aparezca un competidor de peso, que mientras el contador de Chivilcoy mantenga las riendas en su poder no peligra.
La ayuda a la que nos referíamos llega de un lugar insospechado: para pagar la primera cuota de los 100 millones de dólares que les costó Edenor apareció la cuenta salvadora de Covelia, la empresa de recolección de basura que conduce, en los papeles, Ricardo de Presbiteris, pero en la que se ve la mano visible de Hugo y Pablo Moyano.
El movimiento de efectivo se ha complicado con las restricciones por la pandemia de coronavirus, del mismo modo que florecen las oportunidades de negocios a precios de ganga en los activos argentinos. "Nada vale nada o, mejor dicho, todo vale cualquier cosa, así que hay que ofertar sin ponerse colorado", explicó un "trader" muy activo en estos días.
Pero Vila-Manzano enfrentan un competidor de fuste: quien aparece es Juan Manuel Olmos, el influyente asesor del presidente Alberto Fernández, a quien la ha dado funciones "todo terreno" que incluyen negociaciones con empresarios chinos, el caso Vicentin o el operativo para la compra de vacunas en Rusia.
La puja, entonces, se da entre Fernández y Massa. Del lado que quede Telefónica, si se vende, dará cuenta del ganador, aunque lo más probable es que ninguno pierda.