SIMÓN DE ADURIZ

A lo largo de la historia, hubo varias personas que lograron amasar increíbles fortunas. Sin embargo, entre los expertos existe consenso en quién fue el más rico de todos: Mansa Musa.

Su nombre real fue Musa Keita I y nació en África en 1280. Según los escritos de Ibn-Khaldun sobre los reyes de Malí, el abuelo de Musa fue Abu-Bakr Keita, un sobrino del fundador y primer soberano del Imperio, Sundiata Keita. A pesar de su linaje, ni Abu-Bakr ni su hijo, el padre de Musa, Faga Laye, ascendieron al trono.

Musa llegó al gobierno cuando su predecesor, Muhammad ibn Qu, lo nombró representante del rey cuando este emprendió una odisea en busca del extremo que creían que rodeaba a la Tierra en el océano Atlántico. Sin embargo, nunca regresó de su expedición y Musa ascendió al trono en 1312. En ese momento, recibió la denominación de “Mansa”, que significa “rey”.

El África occidental gobernada por Mansa Musa, fue el territorio más rico del mundo en minerales y metales preciosos, pero sobre todo, en oro.

El Imperio abarcaba lo que en la actualidad es Senegal, Gambia, Mauritania, Guinea, Malí, Níger, Chad, Burkina Faso y Nigeria. En aquellos tiempos donde el oro era anhelado por todos los reinos de la Tierra, el Imperio Malí gozaba de cantidades incontables.

En el siglo XIV, el oro era el valor de referencia de los mercados y Musa tenía un acceso ilimitado que, hasta el día de hoy, es imposible de calcular. Con su fortuna insondable, el emperador africano construyó un espléndido castillo decorado profusamente con oro. En cada aparición, desfilaba con lujosos accesorios y sus socios comerciales disfrutaban de sus regalos extravagantes.

Omer Freixa, historiador africanista argentino y especialista en estudios afroamericanos en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, se refirió en diálogo con LA NACION a la importancia de Mansa Musa: “Fue muy importante para la historia de África porque, en un mundo no globalizado, se hizo muy conocido debido a su poderío económico. Su imperio llegó a tener 40 millones de habitantes, mientras que en Europa en muchos casos eran de un millón. Tuvo una proyección mundial que no era común en el siglo XIV”.

Una fortuna incalculable

Para muchos historiadores, el secreto de la impresionante fortuna de Mansa Musa era, justamente, el hecho de que fuera imposible de calcular.

Freixa ejemplificó el poderío económico de Mansa Musa con un hecho que tuvo lugar en el año 1324 cuando el gobernador tenía 44 años.

En varias crónicas de historiadores como Al-Umari, se relata una emblemática peregrinación a La Meca de 6500 kilómetros. Esa procesión fue un viaje de devoción religiosa que practicaron los emperadores durante siglos, pero también una oportunidad para estrechar lazos comerciales.

En varios textos recopilados de Al-Umari e Ibn Battuta, se señala que la peregrinación contó con 8000 cortesanos, 12.000 esclavos y 100 camellos que cargaban oro puro. En total, se estima que el viaje involucró a casi 60.000 personas, que marchaban vestidas con túnicas de costosas sedas y accesorios de oro puro. Incluso los esclavos llevaban herramientas como bastones del preciado material.

“Malí tenía relaciones con Estados del sur y del norte. No hay que creer que África estaba estática esperando a que vaya alguien a colonizarla. Existía una paridad con los Estados de Europa y, de hecho, esta mirada de 'vamos a ver qué pasa en Malí' o 'vamos a buscar las riquezas', demuestra la importancia del Imperio”, destacó Freixa.

Y agregó: “No fue por casualidad que Musa haya decidido pasar por Egipto, que era el centro de la cultura árabe. Y también lo hizo por Timbuktú que, en aquel entonces, brillaba con luz propia, era una ciudad sagrada y de una cultura letrada impresionante. La fama económica se hizo vox populi al pasar por el Cairo”.

El interminable y ostentoso desfile impresionaba a los habitantes de cada ciudad. La fila contaba con camellos que cargaban 3000 ondas de oro, que se estima que pesaban en total más de 133 kilos. Según los relatos, Mansa Musa regaló 20.000 piezas de oro a cada pueblo que atravesó en esos 6500 kilómetros de recorrido.

Los escritos recuperados resaltan que en cada parada que realizaba la procesión, el gobernador ordenaba construir una mezquita. Para muchos investigadores, Musa llegó a despreciar el valor del oro debido a la enrome cantidad que poseía. “Repartió oro por todo el mundo donde transitó y provocó una devaluación del precio en Egipto al pasar durante la peregrinación. Pero lo más importante fue que proyectó el conocimiento de África occidental al resto de la órbita”, afirmó Freixa.

Esta impresionante procesión llegó a los castillos de las grandes familias europeas que, según las crónicas, decidieron viajar a África para confirmar las impresionantes fábulas que se narraban. Muchos señores feudales quedaron boquiabiertos ante la riqueza del Imperio Malí. Al presenciar un escenario nunca visto en Europa, Mansa Musa consiguió que su reino fuera incluido en el Atlas Catalán o Mapamundi de los Cresques, el mapa más importante de aquellos años, que mostraba la ubicación de los lugares conocidos por los conquistadores europeos.

“Fue un reinado fructífero. Puso a África occidental en el mapa y lo ubicó como el origen del oro, de esa fascinación que había por el oro en aquellos años. Generó una fama que se ganó, en todo el mundo se empezó a saber que el preciado material tenía origen en Malí y que Mansa Musa era su soberano. Sin dudas fue un gobernador muy distinguido y se lo ubica junto a Sundiata Keita, el fundador del Imperio, como las personas más importantes de la historia del continente", manifestó Freixa.

Además de su incalculable riqueza, durante los 25 años de su gobierno Mansa Musa conquistó 24 ciudades.

¿El más rico de la historia?

Debido a la falta de registros, es difícil comparar la fortuna de Mansa Musa con la de los multimillonarios modernos. En 2015, la revista Money repasó a los magnates más importantes de la historia y afirmó sobre el líder africano: “No hay forma de poner un número exacto. Los registros son, en el mejor de los casos, escasos”.

Otro medio especializado, Celebrity Net Worth, desarrolló su propio ranking de fortunas en el 2018 y, por primera vez, estableció una cifra estimativa (y asombrosa) de la riqueza de Musa a (ajustada por inflación): 400.000 millones de dólares.

La estimación ubica a Mansa Musa por encima de otras figuras históricas como la familia Rothschild (350.000 millones de dólares), John D. Rockefeller (340.000 millones), Andrew Carnegie (310.000 millones) y Nicolás II, zar de Rusia (300.000 millones).

Los hombres más ricos de la actualidad, el CEO de Amazon Jeff Bezos y Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, se ubican algo más relegados en el listado con fortunas valuadas en los 213.000 y 162.000 millones, respectivamente.

“La fortuna de Mansa Musa es una estimación. Por su capacidad de monopolio y de acumular oro, no se puede hacer una equivalencia a un valor actual”, explicó Freixa.

Y agregó: “Son conjeturas, pero no hay dudas de que fue un hombre sumamente rico y logró explotar ese perfil, que lo llevó a la fama que mantiene hoy en día como el más rico del mundo”.