Google se apoyará en la energía geotérmica para paliar las bajadas de rendimiento del resto de energía renovables y alimentar sus centros de datos
IZAN GONZÁLEZ
La geotérmica es una de las energías que más impulso está teniendo en España en los últimos años. Utilizar el calor natural generado por el planeta Tierra puede ser una excelente alternativa para la generación de electricidad o de calor sin emitir un solo gramo de dióxido de carbono a la atmósfera.
Durante la conferencia inaugural de la Google I/O la semana pasada, donde se anunciaron diversas novedades tecnológicas, también se hizo referencia a la política ecológica de la compañía estadounidense y al uso de la energía geotérmica. El plan pasa por utilizar durante las 24 horas del día energías renovables y así alcanzar la tan demandada tasa cero de emisión de carbono para el año 2030.
Una tarea compleja que necesitará de una revisión a fondo de las infraestructuras así como la implementación de nuevas tecnologías. "Nos complace anunciar que una de estas nuevas tecnologías, un proyecto geotérmico de siguiente generación, el primero de su tipo, pronto comenzará a inyectar energía libre de carbono a la red eléctrica", según anuncia la propia Google.
En concreto, esta energía generada servirá para alimentar a los centros de datos (datacernters, en inglés) y al resto de la infraestructura que Google tiene en la ciudad estadounidense de Las Vegas. Para llevarlo a cabo ha cerrado un acuerdo con Fervo, una compañía dedicada a este tipo de proyectos, que será la encargada de desarrollar un nuevo sistema de extracción energética basada en la geotermina.
El esquema de funcionamiento que anunció Google en su evento I/O pasa por crear un circuito geotérmico. En una primera fase, aprovechará el calor del gradiente de temperatura natural de la Tierra para calentar agua que moverá una turbina para la generación eléctrica. Un método muy tradicional.
La última parte consiste en la reinyección de esa misma cantidad de agua que ha movido la turbina al interior de la Tierra para que el ciclo se vaya retroalimentando por sí mismo. Por el momento y debido a que es un proyecto que se encuentra "en las primeras etapas" del desarrollo.
Esta tecnología ya se usa en diversas partes del mundo con este fin, pero con una baja tasa de adopción debido al poco rendimiento económico y a las acotaciones de emplazamiento geográfico. En cuanto a esto último, hay zonas donde directamente es imposible aprovechar la geotermina con los métodos actuales.
"Esa es una de las razones por las que este nuevo enfoque es tan emocionante", señalan desde Google. Y apuntan a que la nueva tecnología usará técnicas avanzadas de perforación, sistemas de detección de fibra óptica y técnicas de análisis de datos. "El Departamento de Energía de Estados Unidos ha descubierto que [...] la energía geotérmica podría proporcionar hasta 120 GW de capacidad de generación firme y flexible para el año 2050".
Y, como no podía ser de otra manera, el acuerdo de Google y Fervo también tienen un componente de Inteligencia Artificial y de machine learning. Ambas ramas de la tecnología se usarán para impulsar la productividad y hacer que la planta generadora sea capaz de responder a la demanda energética de mejor manera.
En cuanto al empleo de los cables de fibra óptica, Google y Fervo pretenden utilizarlos dentro de los pozos con el fin de recopilar datos en tiempo real sobre el flujo, la temperatura y el rendimiento del potencial geotérmico.
Refrigeración natural
Uno de los grandes problemas derivados de la sociedad tecnológica actual es la enorme carga de trabajo que tienen los centros de datos de todo el mundo. Son los que soportan las interminables sesiones de Netflix, el envío de mensajes por WhatsApp y los responsables de sostener toda la infraestructura digital a las millones de empresas de todo el mundo.
Como nos podemos imaginar, el consumo energético de esos emplazamientos es elevadísimo debido a su poder de computación. Y, aunque cada vez son más eficientes, también se necesita disipar todo el calor generado.
Esta circunstancia ha derivado en la necesidad de buscar la mejor forma eliminar los grados de más dentro de los datacenters. Microsoft optó por hundir en mitad del mar parte de su infraestructura para que fuera el propio agua del océano la que regulara la temperatura.
Las minas que han dejado de abastecer de mineral también son una alternativa para las compañías tecnológicas. El ejemplo perfecto nos lo encontramos en Noruega, donde existe una instalación de servidores de 120.000 metros cuadrados dentro de una mina que se mantiene a una temperatura constante de 8 grados durante todo el año.
Y de bajo tierra pasamos al círculo polar Ártico, donde Facebook instaló un datacenter hace unos años. Todo ello con el fin de rebajar al máximo posible la huella de carbono al eliminar una parte -más o menos importante- del consumo energético derivado de la climatización.