Los precios del oro se mantuvieron cerca de un máximo de tres meses, luego de que las decepcionantes cifras de empleo en Estados Unidos la semana pasada pesaron sobre el dólar y consolidaron las expectativas de que las tasas de interés permanecerán bajas por un tiempo.
El precio del oro (XAUUSD) comienza la segunda semana de mayo con un tono alcista y avanza alrededor de un 0,6% hasta el filo de los US$ 1.845 por onza, su nivel más alto desde el pasado 10 de febrero.
Las ganancias del metal dorado están impulsadas por la debilidad del dólar en el mercado de divisas y la caída de los tipos de interés a largo plazo, como el rendimiento de la deuda americana a 10 años, que actualmente se repliega hasta el borde de los 1,57%, lejos de sus recientes máximos de 1,77%.
Los datos de empleo en Estados Unidos parecen haber atenuado los temores de un sobrecalentamiento de la mayor economía del mundo, acallando las expectativas de una “reducción del programa de flexibilización cuantitativa” de la Reserva Federal.
Según el informe NFP, el mercado laboral creó sólo 266.000 puestos de trabajo en abril, muy por debajo del consenso de un millón de nóminas y una clara desaceleración respecto al mes anterior, cuando se generaron 770.000 posiciones.
Un amplio segmento del mercado cree que la ralentización en el mercado laboral impedirá a la Fed iniciar el debate sobre el “tapering” en verano y retrasará las conversaciones hasta el otoño o incluso finales de año. Una postura monetaria ultra acomodaticia durante un período de tiempo más largo de lo previsto puede ralentizar la transición hacia unos tipos de interés más altos en la parte larga de la curva, beneficiando al oro y a otros activos que no devienen intereses.
En cualquier caso, es un error sacar conclusiones a partir de un solo informe de empleo, especialmente sin considerar la inflación, que en este momento permanece en una trayectoria ascendente. Si el crecimiento de los precios sigue acelerándose a un ritmo vertiginoso, el banco central norteamericano no tendrá más remedio que cambiar el rumbo y empezar a emitir un mensaje más “hawkish” para evitar el “desanclaje de las expectativas de inflación”.
Será importante vigilar de cerca el nuevo dato del índice de precios al consumidor que se publicará el miércoles (8:30 am hora de Nueva York). Se espera que el IPC de abril se haya disparado un 3,6% en términos interanuales, aunque algunos analistas pronostican una subida de hasta el 4%.
Si vemos una fuerte aceleración en las presiones inflacionarias, los inversores podrían volver a poner sobre la mesa un “tapering” para finales de verano. Estas expectativas podrían contener la recuperación del oro y provocar un fuerte sell-off en el mercado de metales preciosos.
