La Ley de Eficiencia Energética exige medidas de ahorro energético a los mayores consumidores de energía del país, incluyendo al sector minero
RAINER SCHROER
Chile es el mayor productor de cobre del mundo y para su economía es el principal motor de crecimiento, aportando en los últimos años cerca del 10% del PIB, el 9% del empleo y más del 50% de las exportaciones totales dependen de este rubro.
Para obtener las más de 5,8 millones de toneladas anuales de cobre que se producen en el país, el sector minero debe consumir grandes volúmenes de energía, la cual es utilizada en la extracción y procesamiento del mineral. Además, la industria necesita de energía térmica, para el tratamiento de otros metales como molibdeno, plata, oro y litio.
En detalle, el sector minero consumió el 2018 un total de 57,8 Tera Watt-hora anuales, lo que representó el 16,5% del total de energía del país. En tanto, el consumo de electricidad alcanzó a 26,3 Tera Watt-hora; y el de combustibles a 31,5 Tera Watt-hora, que corresponde al 11 % del total nacional.
A partir de estas cifras, se estima que las emisiones directas de la minera en 2019 alcanzaron 6,25 millones de toneladas de gases de efecto invernadero.
En los últimos años, la demanda energética de este sector ha aumentado anualmente un promedio de 4%. A pesar de que los procesos de producción tienen potencial de ahorro y de que Chile depende casi completamente de las importaciones de petróleo, gas natural y carbón, los planes concretos para la implementación de medidas de eficiencia energética han jugado un rol minoritario.
A futuro según estimaciones de la Comisión Chilena del Cobre, el consumo eléctrico en la minería del cobre podría llegar a 33,1 TWh a 2030, lo que se explicaría por razones estructurales como el envejecimiento de las minas, caída en las leyes del mineral, decaimiento de los minerales oxidables, lo que conduce a una producción enfocada en concentrados, donde su procesamiento es altamente intensivo en electricidad.
En la Ruta Energética del actual gobierno se encontraba prevista la adopción de una nueva Ley de Eficiencia Energética, la cual fue promulgada en febrero de 2021. Esta nueva regulación exige medidas de ahorro energético a los mayores consumidores de energía del país, incluyendo al sector minero.
En esta ley se establece que el Ministerio de Energía elaborará un Plan Nacional de Eficiencia Energética, que será revisado cada cinco años y se establece que el primer plan contemplará una meta de reducción de intensidad energética de al menos un 10% al 2030, respecto al año 2019.
También se contempla una meta para aquellos consumidores que tienen la capacidad de gestionar su energía, quienes deberán reducir en promedio su intensidad energética en un 4% en el período de vigencia del plan.
Además, este plan deberá establecer metas de corto, mediano y largo plazo, así como los planes, programas y acciones para alcanzar estas metas.
Los grandes consumidores de energía, que representan más de un tercio de la energía consumida en el país, incluidos los grandes consumidores mineros, deberán realizar una gestión activa implementando sistemas de gestión de la energía (SGE).
Desde hace unos años las empresas del sector minero están conscientes de la necesidad de avanzar hacia una disminución de su huella de carbono, revisando sus fuentes de suministro de energía.
En este contexto, las empresas de la gran minería del cobre asociadas al Consejo Minero, que representan el 97% de la producción nacional de cobre, comprometieron a fines de 2020 metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Para cumplir este compromiso las mineras se han fijado diversos objetivos, siendo el denominador común los nuevos contratos de suministro eléctrico con fuentes renovables. Al respecto, se estima que al 2023 más de la mitad del suministro eléctrico contratado por la gran minería provendrá de energías renovables. Así, según estimaciones del Ministerio de Minería de Chile al 2023 se incorporarán 13 TWh/año.
De este modo, las empresas mineras tienen diversas formas para incorporar energías limpias, ya sea utilizando directamente energías renovables en algún proceso desde un proyecto desarrollado por la misma empresa o a través de contratos PPA en los que la minera ha participado en la inversión del proyecto o que sea provisto por un tercero, asegurando que la energía suministrada provenga de energías renovables.
Desde el 2019 que el Programa de Energías Renovables y Eficiencia Energética de la GIZ impulsa un proyecto que tiene como objetivo la implementación de medidas para el aumento de la eficiencia en el uso de recursos y la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero en el sector minero, incluyendo asesoría técnica a empresas, la difusión tecnológica y la generación de capacidades.
En el marco del proyecto, que tiene como contrapartes al Ministerio de Energía de Chile y a la Agencia de Sostenibilidad Energética, se lanzó a fines de marzo la primera Red de Eficiencia Energética y Reducción de Emisiones en la Minería, formada por 14 empresas de la gran, mediana y pequeña minería con el objetivo de generar un intercambio de experiencias y recibir asesorías especializadas.
A la fecha, la red cuenta con la participación de 14 empresas: Anglo American, Codelco, KGHM CHILE, Lundin Mining Distrito Minero Candelaria, SQM, Teck Resources Chile, Cemin Holding Minero, Compañía Minera Cerro Negro, ENAMI, Minera Cruz, Minera Rafaela, Minera San Pedro, Minera Tres Valles y PUCOBRE. Además, cuenta con el patrocinio de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), Consejo Minero y Corporación Alta Ley.
Además, en el proyecto se están desarrollando herramientas y plataformas de información, que permitirán aumentar el conocimiento técnico de consultores y las mismas empresas mineras en gestión y uso de la energía.