Se cumplen ocho días de cortes de trabajadores autoconvocados de Salud en distintos puntos de Neuquén de forma ininterrumpida en los de Añelo. La Federación de Cámaras del Sector Energético del Neuquén (Fecene) expresó malestar y descontento por la metodología de protesta interpelando al rol observador e impávido del Estado.
COMUNICADO SOBRE LA SITUACIÓN EN NEUQUÉN
COMUNICADO SOBRE LA SITUACIÓN EN NEUQUÉN FECENE ha reiterado en numerosas oportunidades de su apoyo a los trabajadores de la salud, mientras muchos de los que ahora se rasgan las vestiduras mantenían una posición contraria al mejoramiento de esa situación. Tenemos, pues la suficiente autoridad moral para expresarnos sobre el problema que nos aqueja, que es de una gravedad inusitada.
a) Las entidades gremiales habilitadas jurídicamente consensuaron y firmaron un acuerdo con el Gobierno de la Provincia respecto a los salarios.-
b) Un sector, cuya importancia y magnitud no conocemos desconoce esa paritaria ajustada a derecho.-
c) Los mecanismos propios de la democracia establecen claramente las formas de actuar de aquellos que son minoría, lo que no se ha respetado en absoluto en este caso. O sea que es un problema gremial, en el cual no es ignorada la interferencia de una organización nacional y de otro Sindicato nacional conocido por sus métodos violentos
d) En este contexto se han sumado y ello esta comprobado sectores de políticos que hacen del conflicto y de la lucha de clases su objetivo de toma del poder, en sus propios estatutos, que ya son suficientemente conocidos en nuestra Provincia.-
e) Como consecuencia de todo ello se adopta una actitud violenta que interrumpe las rutas de la Provincia impidiendo la actividad económica, el abastecimiento de mercaderías, combustibles y toda actividad económica normal. Han tomado la fuerza en sus manos, pese a lo reducido o inexistente de su representación.-
f) NOS PREGUNTAMOS QUIEN LES HA OTORGADO LA FACULTAD DE VIOLAR LA LEY, LOS DERECHOS DE SUS CONCIUDADANOS, INCLUSIVE DE AQUELLOS QUE ESTAN EN UNA SITUACIÓN PEOR, DE AFECTAR SERIAMENTE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA LOCAL, DE AGRAVAR LA CRISIS QUE SUFRIMOS.?
g) El Estado debe ejercer su potestad de hacer cumplir la ley, y si no lo hace se correera el riesgo de una situación anárquica y violenta provocada por un grupo reducido. Con estas pautas de conducta cualquiera que crea que tiene un mayor derecho impedirá el ejercicio de su derecho al resto de los ciudadanos.
h) No desconocemos que existen situaciones que se deben resolver, pero no es este el mecanismo, el de hacer pagar las consecuencias al resto de la comunidad.- Carlos H. Rodríguez 139, Piso 10, Neuquén capital – Teléfono 299 4610797
EXHORTAMOS A LOS RESPONSABLES A EVITAR UN CONFLICTO QUE YA HA ASUMIDO NIVELES ABSOLUTAMENTE IRRAZONABLES. NO CREEMOS QUE MEDIANTE LA VIOLENCIA SE LOGREN RESULTADOS LEGÍTIMOS Y PERMANENTES Y AL ESTADO A ASUMIR SU FUNCIÓN.
Respetamos profundamente el comportamiento y el trabajo del personal de salud. Repudiamos en plenitud esta conducta de algunos integrantes de ese sector que está paralizando a la provincia. DEBEN RECORDAR QUE LA FUERZA NO LA POSEEMOS LOS CIUDADANOS SINO EL ESTADO Y ALGUNOS SECTORES MARGINALES DE LA POLÍTICA.-
ALEJANDRO LÓPEZ/LMNEUQUÉN
El gobierno de Alberto Fernández, en la “incipiente pueblada colectiva” que se gesta en la provincia de Neuquén tiene un grave problema.
Quién vio las consecuencias de la situación irresuelta fue el senador nacional, Oscar Parrilli. El legislador hace menos de diez días advirtió al Ministro de Trabajo, Claudio Moroni, sobre la necesidad de que el gobierno central interviniera de manera urgente y estableciera los mecanismos para evitar que la crisis se profundizara.
Fue el único gesto que se conoció desde Buenos Aires. Parrilli quedó en absoluta soledad.
No hubo otros integrantes del kirchnerismo, ni del gabinete nacional que ocuparan su tiempo en el conflicto de los autoconvocados de Salud de Neuquén.
El caso más notorio es el del Secretario de Energía, Darío Martínez, que no atendió los reclamos de intervención de las compañías que operan en Vaca Muerta que ven como cada día de conflicto genera 10 millones de dólares de pérdidas.
Evidentemente hay un diagnóstico de situación errado, que fue pasando de boca en boca de abajo hacia arriba, con las consecuencias que hoy todos padecemos. El desconocimiento sobre el nivel de conflictividad social y sus consecuencias es alarmante.
Se puede decir que la mayoría de los actores políticos con cierta cuota de poder relativizaron el reclamo original. También que la izquierda está haciendo su gran negocio. Que encontró un conflicto que orientó en las calles y rutas y ahora lo conduce a su antojo.
El conflicto de Salud en Neuquén ha pasado a otro plano. Hoy los referentes de la izquierda ejercitan su verba “guevaro-trostkista”, recordando todos los males y padecimiento y sometimiento a la que los habitantes de cada pueblo en donde hay un piquete, han estado expuestos en lo que va de la democracia argentina.
Mientras los gobiernos de Rusia y China se frotan las manos para hacerse de negocios en Vaca Muerta y el sector de la energía eléctrica, como es el caso de Chihuido; en Neuquén, una veintena de dirigentes de izquierda creen que el modelo que estas dos potencias, abandonan paulatinamente desde hace 20 años, en un lugar de la Patagonia argentina es posible.
En el conflicto hay un grupo de referentes, designados por la izquierda en asambleas. Son los encargados de ir a la mesa de mediación que administra el Fiscal General, José Gerez.
Los 19 delegados son los interlocutores entre los piquetes y los representantes del ejecutivo provincial encarnados en las ministras de Salud, Andrea Peve; y de Seguridad y Trabajo, Vanina Merlo.
Los delegados están atados a las demandas de los piquetes. Los piquetes tienen los mismos orígenes pero bancas o apoyo logístico diferentes. Están alimentados, según la ubicación geográfica por distintos espacios o referentes políticos, que van desde la izquierda misma, un ala disidente de ATE, sectores kircheristas afines a Dario Martínez y diputados provinciales del Frente de Todos; adherentes del sindicato de camioneros y militantes del MPN de cada localidad que no comulga con el actual gobierno provincial o porque inicialmente se solidarizaron con la causa común de los autoconvocados de Salud.
Como se puede ver, cada uno es responsable del fuego que alimentaron durante todos estos días.
Hoy, el humo está presente en cada rincón de la provincia y las consecuencias del incendio son incalculables.
El gobernador de la provincia, Omar Gutierrez, se ha llamado a silencio. No habla desde el 8 de abril. No hizo referencia al conflicto de los autoconvocados, salvo por intermedio de los ministros que el martes anunciaron el bono COVID de “3 x 10.000 pesos” para abril mayo y junio. La tarde del miércoles se supo que en la reunión que mantuvo con funcionarios nacionales, en Buenos Aires, el mandatario hizo una exhaustiva presentación sobre los salarios del personal de Salud.
La simulación que está sobre el escritorio del ministro Jefe de gabinete, Santiago Cafiero, indican que en los sueldos más bajos del escalafón tomando en cuenta la última recomposición salarial y las sumas no remunerativas otorgadas, incluidas las anunciadas el martes, la recomposición de un sueldo promedio de 46.500 pesos alcanzaría un mejoramiento del 45 por ciento. Según lo dicho por el mandatario a los funcionarios nacionales la recomposición otorgada al personal de Salud estaría, incluso, por sobre los porcentajes de recomposición que Nación definiera en paritaria con los gremios nacionales que representan al personal de salud dependiente de la administración central.
La explicación sirvió para clarificar la confusión reinante en esferas de Casa Rosada. En estos días, no hubo una actitud similar para la población de la provincia.
La falta de precisiones alimenta la confusión reinante y llevo la protesta al piso del Ministerio de Salud en donde funciona la secretaría privada de la Ministra Andrea Peve.
Cuando los colaboradores directos o de confianza no pueden contener a la tropa propia hay indicios de falta de empatía en el propio grupo de trabajo y de respaldo hacia la autoridad máxima del área. Este es un detalle que el gobierno debería tener en cuenta.
Todos los sectores involucrados en la protesta con actuación en la mesa de mediación de José Gerez, coinciden en que la situación se descontroló. Las demandas sectoriales superaron a la que impulsaban exclusivamente los Autoconvocados de salud.
Incluso por lo bajo los actores más permeables a aceptar la propuesta de gobierno sostienen que “en cada piquete hay exigencias diferentes que exceden nuestro rol y representatividad”. Otros dirigentes de izquierda como puede ser el caso del Partido Obrero o del Partido de los Trabajadores Socialistas coinciden en que el conflicto amplió sus fronteras originarias. Que el planteo de los Autoconvocados de Salud ahora está a la par de otros sectores que también esperan la legitimación de sus reclamos de parte de los gobiernos locales, provincial y nacional.
La izquierda le corrió el arco, nuevamente, a las autoridades provinciales y ahora va por la nacionalización del conflicto.
Al gobierno nacional, la protesta en Neuquén le sirvió para disimular los graves inconvenientes que, a futuro, se avizoran en provincia de Buenos Aires.
El efecto Neuquén, tapa las medidas de restricciones que se han tomado por el aumento de contagiados de COVID. También disimula la volatilidad social, en el conurbano bonaerense, y el resquebrajamiento de un tejido social que alberga a una población de pobres e indigentes que ya superaría el 65 por ciento. Una olla de presión que si estalla las consecuencias serían cien veces peores que las que estamos padeciendo hoy en Neuquén.
Tantos pobres e indigentes no se pueden tapar a fuerza de discursos y agendas forzadas. Es el tiempo de las demandas y soluciones. Las minorías seguirán haciéndose fuertes en la medida que los sectores que administran poder lo hagan de manera individual y sin comprometerse con lo que pasa en territorio.
Hay tiempo para barajar y dar de nuevo. Las próximas horas serán claves. La salida del conflicto estará atada al sinceramiento de las partes y al compromiso de trabajar por una solución definitiva. El gobierno tiene la responsabilidad de escuchar, atender y acordar.
La izquierda está ante el gran desafío de encontrar la salida a un conflicto que supo detectar, impulsar y apropiarse. Ahora deberá demostrar si tiene agallas y tripas para acordar y restablecer la paz social que todos anhelamos.
