Mientras analistas internacionales apuestan a una baja de la divisa, a nivel local sigue la desesperación por dolarizar portafolios
JULIÁN YOSOVITCH
La cantidad de posiciones abiertas en Wall Street para apostar a una baja del Dólar Index (canasta de monedas contra el dólar), alcanzó a comienzo de este año su nivel más alto desde 2011. Hay una alta expectativa por parte de los inversores de que el dólar seguirá perdiendo su valor contra el resto de las monedas y para tomar ventaja de dicha dinámica, los operadores apuestan a la baja de billete, o dicho de otra forma, a una apreciación del resto de las monedas contra el dólar.
Mientras el mundo no solo no quiere dólares sino que apuesta a la baja, en Argentina hizo de todo para frenar la demanda y los precios del billete, con sus costos financieros y económicos asociados.
Hay una expectativa de que el dólar se debilite este año en medio de una recuperación global de la crisis de Covid-19. El escenario de tasas bajas, junto con políticas monetarias expansivas y de recuperación económica, favorecería a un contexto de dólar a la baja, siendo esto muy positivo para los mercados emergentes.
Así, los inversores buscarían rendimientos en otras partes del mundo y para ello deberán vender sus dólares para llevar dichos flujos hacia las economías de emergentes, debiendo comprar dichas monedas o de otras economías con mayor potencial, empujando el valor del dólar hacia abajo.
Uno de los pronósticos más llamativos fue el de los estrategas de Citigroup, que predijeron en noviembre pasado una caída potencial del dólar de hasta un 20%.
Los analistas de Goldman Sachs advirtieron a comienzo de año que "una combinación de rendimientos reales negativos de EE.UU., altas valoraciones de los activos estadounidenses y un déficit en cuenta corriente que requiere la depreciación del dólar para financiarse probablemente pesará sobre la moneda en 2021"
"Vemos que la depreciación del dólar continuará en 2021", señalaron desde el equipo de Goldman. Y agregaron que: "La dinámica de la liquidez y el flujo de noticias sobre el virus pueden influir en el momento de la debilidad del dólar, pero no necesariamente en la tendencia bajista a mediano plazo".
La apuesta bajista del dólar se ha materializado viendo la apreciación que han tenido el resto de las monedas, tanto de mercados desarrollados como emergentes.
Haciendo un balance desde marzo pasado, vemos que el dólar cae un 12%. Esto quiere decir que el resto de las monedas se valorizaron en promedio un 12% contra el dólar.
El euro sube -se aprecia contra el dólar- un 13,5% desde entonces y la libra ganó 18%. El franco suizo y el Yen japones se apreciaron 10% y 6,6% respectivamente.
Si dicha comparación la hacemos a nivel regional, vemos que mientras el dólar index cayó 12% desde marzo, el peso mexicano se apreció 21%, el peso colombiano y el chileno lo hicieron 16% desde marzo. El peso uruguayo se apreció 6%.
Las monedas que se devaluaron fueron el sol peruano con una suba del dólar del 2% desde marzo y el real brasilero, perdiendo 5% contra el dólar.
Finalmente, si ponemos al peso argentino dentro del gráfico, veremos que se pierde toda escala y muestra lo des arbitrado del mundo que se encuentra nuestra moneda. Mientras el mundo apuesta a la baja del dólar, esperando una apreciación del resto de las monedas, el tipo de cambio en argentina se disparó desde marzo pasado.
El tipo de cambio oficial muestra un avance ininterrumpido del 36%, mientras que el dólar contado con liquidación acumula una suba del 63% desde entonces.
Mientras el mundo no solo no quiere dólares sino que apuesta a la baja, en Argentina se hizo todo para frenar al billete, con sus costos financieros y económicos asociados. En el medio, y para frenar la corrida, el Gobierno impuso mayores controles cambiarios, vendió seguros de cambio en el mercado de futuros (futuro de dólar) y también bonos en dólares para bajar el contado con liquidación, a lo que sumó la emisión de deuda en pesos dólar linked y Cer para secar la plaza de pesos y evitar que los mismos corran al billete.
Todo eso hizo efecto y bajó el dólar pero con enormes costos, siendo el riesgo país en casi 1500 puntos, con las paridades de los bonos en 40% y la probabilidad de default del 100% a 10 años, el más notorio de dichos esfuerzos para bajar al dólar.