Chile es la única nación de la región que hasta ahora ha conseguido suficientes vacunas para inocular a toda su población
MICHAEL STOTT
América latina es la región del mundo más afectada por la pandemia y su economía se enfrenta a una lenta y dolorosa recuperación. Además crece el riesgo de que la profundización de la pobreza y la desigualdad desencadene una agitación política, advierten los economistas.
Para fines de este año, la producción de la región aún seguirá siendo 4,8% inferior a su nivel anterior a la pandemia, el peor resultado del mundo según las previsiones del FMI. Carlos Felipe Jaramillo, director del Banco Mundial para América latina y el Caribe, cree que su producto interno bruto no igualará el registrado antes del covid hasta por lo menos 2023.
La lenta recuperación es en gran medida un problema de la propia Latinoamérica: la dinámica económica mundial es favorable, ya que los bancos centrales de las economías avanzadas siguen inyectando enormes estímulos en los mercados financieros y la rápida reactivación de China impulsa los precios de las materias primas.
América latina ya era la región de menor crecimiento del mundo antes de la pandemia, y los economistas identifican tres principales desafíos para el próximo año: la constante propagación del virus, las limitaciones en cuanto a la magnitud del estímulo fiscal que puede otorgar la región, y la falta de apoyo político a las reformas estructurales que podrían ayudar a fomentar el crecimiento.
Latinoamérica alberga poco más del 8% de la población mundial, pero ha sufrido más de una cuarta parte de todas las muertes por Covid-19, a pesar de las cuarentenas en países como Perú y Argentina que han paralizado sus economías.
Marcos Casarin, economista jefe para América latina en Oxford Economics, señaló que en realidad algunos gobiernos de la región dejaron de tratar de frenar la propagación del virus, aunque no estén dispuestos a admitirlo públicamente. La recuperación económica está en marcha y "nosotros damos por sentado que la movilidad urbana debería volver a la normalidad para septiembre", agregó.
Sin embargo, el pobre desempeño económico que tuvo América Latina en los últimos años dejaron a la región con la relación promedio deuda pública/PBI más alta del mundo en desarrollo, lo que reduce el margen para otorgar un estímulo fiscal, advierten los economistas.
En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro el año pasado otorgó una generosa ayuda de emergencia a los pobres. Eso aumentó su popularidad, pero también el déficit presupuestario del país, lo que generó más preocupación entre los inversores sobre la sostenibilidad de sus finanzas públicas.
Con una deuda ya superior al 90% del PBI y la mayor deuda total de cualquier mercado emergente fuera de China, Brasil se enfrenta a dos desagradables alternativas: evitar el estímulo y frenar la recuperación o seguir gastando y arriesgarse a una rebelión de los inversores.
Por ahora, Bolsonaro decidió no aplicar más estímulos -la semana pasada afirmó que "el país está en quiebra y no hay nada que pueda hacer"- pero cuando piense en la campaña para su reelección en 2022, se verá cada vez más tentado a gastar.
"Brasil se enfrenta a vivir otro año de manera peligrosa", dijo Alejo Czerwonko, director de inversiones para América latina en UBS Wealth Management. "No se puede descartar la posibilidad de que no frene el gasto".
Mientras tanto, el Congreso sigue estancado en lo que se refiere a las reformas estructurales para revisar el complejo régimen tributario de Brasil y controlar el gasto público.
Suponiendo que no haya un gasto adicional, la mayoría de los pronósticos señalan que la recuperación de Brasil estará entre las más débiles de la región, con un crecimiento de sólo el 3,2% este año después de la caída de 4,9% el año pasado, según Citi.
No obstante, "Brasil probablemente se encuentre entre los primeros países en cruzar la línea [en términos de recuperación a los niveles prepandémicos] porque fue el que menos sufrió", afirmó Casarín.
En México, la segunda economía de la región, la preocupación de los inversores es la parsimonia y no el despilfarro. El presidente Andrés Manuel López Obrador se niega a autorizar grandes gastos adicionales. Esto condujo a una recesión mucho peor el año pasado, con una caída del PBI cercana a 9%, pero el país ahora tiene que financiar un déficit presupuestario mucho menor.
Sin embargo, dado que López Obrador tiende a permitir la intervención del Estado en la economía y muestra hostilidad hacia el sector privado es probable que se produzca un "gradual deterioro del clima de negocios", advirtió Czerwonko.
Mientras tanto, los parias de la deuda de la región, Argentina y Ecuador, han reestructurado su endeudamiento externo pero están lidiando con las tensiones políticas internas.
Claudio Irigoyen, economista jefe para América Latina del Banco de América, cree que Argentina podría beneficiarse económicamente este año si llega a un acuerdo satisfactorio con el FMI, y agregó: "En relación con las expectativas puede hacerlo bien, pero eso es porque las expectativas son muy bajas".
En Ecuador, crece el rechazo a la austeridad y las elecciones presidenciales del próximo mes pueden devolver a un populista de izquierda, Andrés Arauz, que prometió romper el acuerdo con el FMI. Perú y Chile también enfrentan elecciones este año con mayores riesgos políticos.
La principal esperanza de Latinonamérica para su recuperación económica está puesta en abordar la persistente desigualdad de riqueza; la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina la describe como "la región más desigual del mundo".
Jaramillo, del Banco Mundial, considera prometedoras varias iniciativas como las apuntadas a aumentar el acceso a banda ancha por parte de los menos privilegiados, introducir reformas fiscales para elevar los ingresos y mejorar los servicios públicos, y liberar a las pequeñas y medianas empresas de la excesiva regulación.
"Esta crisis ha sido especialmente dura para los más pobres y particularmente cómoda para la clase media [y] media alta", afirmó Jaramillo. "En la mayoría de los países se hizo evidente que simplemente eso no es algo que sea sostenible en el tiempo".