La región cedió el histórico liderazgo de extracción de petróleo a manos de la Cuenca Neuquina, que ostenta el 47,16% del total nacional
La pandemia generó la caída de la venta de combustibles y problemas en la cadena de producción. La incertidumbre reinó en la Cuenca del Golfo San Jorge en los primeros meses del año. Los acuerdos entre las cámaras y los gremios permitieron que sea la primera en reactivar sus equipos. El desafío de mantener la producción
No fue un año fácil para la industria hidrocarburífera. El COVID-19 sacudió los mercados e hizo temblar a los principales productores de crudo del mundo. La cotización del precio del barril de Brent (valor de referencia para el mercado argentino) tocó valores impensados y llevó a que la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) acordará recortar los niveles de producción para que el precio del crudo subiera ante la baja demanda de combustible.
Este panorama repercutió en Argentina. Las cuencas productoras se vieron debilitadas y debieron enfrentar las consecuencias. Las pymes del Sur de Chubut y el Norte de Santa Cruz comenzaban a pedir un auxilio ante la imposibilidad de facturar y los niveles de reservas en los tanques de Termap estaban a punto de llegar a su límite ante la falta de barcos interesados en llevarse el crudo Escalante.
La incertidumbre reinaba en la Cuenca del Golfo San Jorge. El futuro era incierto. La situación se comenzó a encaminar cuando las operadoras y los gremios acordaron el pago del 60% de los salarios de los trabajadores suspendidos (artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo) y se establecieron diagramas de trabajo acorde a cada cuenca.
La esperanza de las pymes llegó cuando el Gobierno nacional anunció el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y créditos subsidiarios. La medida fue una gran ayuda para el sector que veía un panorama oscuro como el crudo. “Abril fue tétrico para nosotros. Si nos preguntaban en ese momento si teníamos pensado llegar a diciembre, la verdad que no lo pensábamos”, confió el presidente de la Cámara de Empresas de Servicios de la Cuenca del Golfo San Jorge, Ezequiel Cufré, a El Patagónico.
El exministro de Hidrocarburos de Chubut valoró las distintas herramientas que permitieron que la industria siga de pie más allá de que las empresas de servicios mantengan su nivel de actividad al 50% en comparación a los niveles de prepandemia. “Tenemos estos niveles de actividad y no hubo un solo despido. Uno se pregunta ¿cómo se llegó hasta acá? Y parte de la respuesta está en las diferentes herramientas y arreglos que se implementaron”, valoró.
Estos mecanismos permitieron que la suerte comenzara a cambiar. Los meses pasaron y los recortes en la producción mundial permitieron que la cotización del Brent comenzara a recuperar valores por encima de los 40 dólares después que el 21 de abril tocará un piso histórico de 9,12 dólares.
Agosto fue un mes clave para la industria. Es que la actividad volvió a ser el motor de la Cuenca del Golfo San Jorge cuando Chubut se convirtió en la primera provincia en reactivar equipos dedicados a la perforación. “Fuimos la primera cuenca que tuvo la reactivación de equipos y empezaron a trabajar cuando en ninguna de las otras cuencas había pasado eso. Sacamos adelante una situación muy delicada con el aporte de las operadoras y los gremios”, destacó Martín Cerdá, el ministro de Hidrocarburos de Chubut, a este diario.
La noticia fue celebrada por los gremios y las cámaras empresarias porque el desarrollo de la región depende principalmente de la perforación de pozos nuevos. Y este 2020 no fue el mejor en niveles de perforación ya que, según la Secretaría de Energía de la Nación, en el 2020 se registró la menor actividad de los últimos 10 años llegando a un valor promedio de 18 pozos terminados por mes.
Este nivel de actividad provocó un impacto directo en la producción de petróleo de la cuenca. Según un informe “El impacto del COVID-19 en la extracción de hidrocarburos de la Cuenca del Golfo San Jorge” del Observatorio de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco establece que la pandemia profundizó la caída de la extracción de petróleo y gas natural en la región, proyectando en el final del año 2020 el menor registro anual del decenio.
En materia de inversión en perforación se encuentra que los metros perforados y pozos terminados entre enero y octubre de 2020 está muy por debajo del promedio anual de 500 pozos/ año, si se compara con el mismo periodo de 2019. Estos valores son similares a la crisis de 1998. Además, en abril 2020 se obtiene un registro histórico para la Cuenca del Golfo San Jorge de cero pozos terminados.
Otro dato que se desprende del informe es que, en el periodo de enero a octubre de este año, la región cedió el histórico liderazgo de extracción de petróleo a manos de la Cuenca Neuquina, que ostenta el 47,16% (11.003.965 metros cúbicos) del total nacional y el 61,62% (23.476.459 millones de metros cúbicos) en gas natural. Mientras que la Cuenca del Golfo San Jorge obtuvo un 44,32% (10.341.497 metros cúbicos) del total nacional y el 9,17% (3.495.314 millones de metros cúbicos) en gas.
Si se compara la producción petrolera de la región de octubre 2020 (1.020.766 metros cúbicos) con el mismo mes de 2019 (1.124.026 metros cúbicos), se registra una caída de 9,39% y si se tienen en cuenta los volúmenes acumulados anuales (noviembre 19 a octubre 20 con respecto al año anterior) la caída en la Cuenca del Golfo San Jorge alcanza a 6,17%.
Pese a la caída de la producción, los equipos de la región comenzaron a reactivarse progresivamente a tal punto que la actividad se encuentra al 90% en comparación a los niveles de prepandemia. Según los registros del Ministerio de Hidrocarburos de Chubut se encuentran activos 14 perforadores (5 de ellos están en mantenimiento), 30 equipos de pulling y 23 workover.
El objetivo de todos los actores de la Cuenca del Golfo San Jorge es alcanzar el 100% de su actividad en los próximos meses. En este 2021 que comienza, la mirada estará puesta en cómo se desarrollará la industria con la experiencia de los primeros meses de la pandemia y con las expectativas puestas en la vacuna.