Carlos Gonzáles advierte que el concurso no generará interés o convocará a un solo postor, creando un oligopolio en Talara
JUAN SALDARRIAGA
El sector petrolero peruano enfrenta la peor crisis de su historia, con un precio del barril cerca del suelo, despidos masivos de trabajadores (10 mil en el último año) y un contexto adverso a la inversión por la pandemia del COVID-19.
Sin embargo, la agencia de hidrocarburos Perú-Petro proyecta lanzar en los próximos meses una ‘licitación temprana’ de nueve lotes petroleros con contratos que expiran entre el 2021 y 2028, la cual sería “una pérdida de tiempo” para el país, advirtió Carlos Gonzales, gerente general de Enerconsult.
“¿Cuál es el apuro de hacer una licitación en pandemia, con contracción de la inversión y negativas claras de los centros de financiamientos globales? No hay razones legales, económicas ni técnicas que justifiquen esa licitación en un gobierno de transición”, señaló.
Anotó que el contexto político (pre-electoral) no ayuda en nada a esa licitación internacional, que comprende un lote en exploración y ocho lotes en explotación, los cuales representan el 64% de la producción local de petróleo.
Cabe anotar que todas las licitaciones de lotes petroleros lanzadas por Perú-Petro desde el 2015 han fracasado al no convocar postores. La última fue la del lote 201 (Ucayali), que fue declarada desierta a inicios de este año.
Seferino Yesquen, presidente de la agencia estatal, explicó recientemente que la nueva licitación busca atraer a empresas más grandes que los operadores actuales, o a estos mismos pero asociados con empresas de mayor calibre.
Por esta razón, Perú-Petro no ha sostenido negociaciones directas para ampliar contratos con los operadores de Talara, donde se juega el destino de siete lotes petroleros.
Y es que, según el reglamento de calificación de empresas petroleras de Perú-Petro, solo pueden acercarse a negociar compañías del Top 100 (BP, Shell, Mobil, etc).
“¿La pregunta es que Top100 vendrá a Talara, a lotes que producen 2 barriles por pozo? Eso es algo que se debe cambiar”, señala Gonzáles.
El especialista sostiene que lo mejor para el país sería que Perú-Petro se siente a conversar con los operadores petroleros para renegociar sus contratos e incluir nuevos compromisos de inversión que se pueden ejecutar ya, en vez de esperar uno a ocho años.
Finalmente, advierte de una amenaza latente: que la licitación de lotes de Talara sea adjudicada a una sola empresa. Si eso ocurriera, sostiene Gonzales, esa empresa podría decidir llevarse toda su producción a otro lado, dejando a la nueva Refinería de Talara sin crudo para sus procesos.
“Hablamos de cerca de 35 mil barriles diario de petróleo, que una sola empresa podría llevarse del país. Y no habrá nadie que lo impida, porque el artículo 30 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos señala que el contratista tiene libre disposición sobre su producción”, explica.
La gran interrogante, concluye, es: ¿Hemos creado los mecanismos que eviten la posición de dominio en Talara o un oligopolio que haga que el primer perjudicado sea la refinería Petro-Perú?