El consumo de combustible en la economía más grande de América Latina ya ha superado los niveles previos al virus y se espera que en 2021 sea más fuerte que la de este año gracias a una sólida demanda agrícola y mayores estímulos.

 Brasil ofrece uno de los pocos puntos brillantes para la demanda de petróleo fuera de Asia, con el coronavirus que continúa devastando Estados Unidos y Europa.

El consumo de combustible en la economía más grande de América Latina ya ha superado los niveles previos al virus y se espera que sea más fuerte que el de 2019 de cara al próximo año debido a una sólida demanda agrícola y más impulso.

"El repunte en la demanda de combustible fue una gran sorpresa", dijo Paula Jara, analista de la consultora Wood Mackenzie Ltd. "Cuando se piensa en ello, Petrobras es posiblemente un caso único en todo el mundo porque pudieron aumentar bastante la producción de combustible. rápido ”, dijo por teléfono desde la Ciudad de México.

Las refinerías de Petroleo Brasileiro SA, controladas por el estado de Brasil, procesaron 1,85 millones de barriles por día de petróleo crudo en octubre, un aumento del 17% en comparación con el mismo período del año anterior, cuando la empresa trabajaba para satisfacer la mayor demanda de diésel de una temporada de cosecha récord y un tirón de gasolina para conducir en verano. Petrobras también se ha beneficiado del aumento de la demanda del fuelóleo con bajo contenido de azufre que produce.

Fuerza impulsora

El aumento repentino de la demanda de petróleo en Brasil es un avance positivo para un mercado global que se ha visto obligado a hacer retroceder las expectativas de cuándo la demanda de energía podría volver a los niveles anteriores al virus.

En Sao Paulo, el estado más poblado del país, con 46 millones de personas, las millas recorridas por automóviles de pasajeros han estado por encima de los niveles anteriores al Covid desde fines de agosto, según datos de Waze, una aplicación de navegación de tráfico, propiedad de Alphabet Inc. Los brasileños conducen distancias similares o superiores a los niveles previos al virus, pero eso no se ha traducido en más atascos de tráfico debido a que la pandemia cambió los hábitos de los conductores, dice Douglas Tokuno, director de Waze Carpool en América Latina.

“Si bien los viajes al trabajo o la universidad han disminuido, los brasileños han estado usando automóviles con más frecuencia para viajar más de 150 kilómetros (93 millas) e ir a supermercados, estaciones de servicio y tiendas”, dijo Tokuno.

Una cosecha récord de soja y maíz que el país terminó de sembrar en octubre llevó el consumo de diesel a un máximo de seis años después de que la falta de lluvias retrasó la siembra que se esperaba que comenzara en septiembre.

“La siembra estaba tan concentrada en octubre que tenía a mi John Deeres trabajando virtualmente 20 horas al día, con los faros encendidos toda la noche”, dijo en un informe el productor de soja y algodón Paulo Sergio Aguiar, cuya familia planta un área más grande que Chicago entrevista por telefono. Aguiar, quien también es jefe del grupo comercial de productores de algodón Ampa, en el estado de Mato Grosso, dijo que él y sus vecinos tuvieron que hacer compras adicionales de diesel para mantener la maquinaria hambrienta de diesel en funcionamiento.

Es menos probable que la demanda de diésel sea tan fuerte en noviembre y diciembre, pero volverá a recuperarse el primer trimestre cuando comience la cosecha de soja. Esa es la época más concurrida del año en las carreteras, cuando una ola ámbar de camiones cargados de soja recorre 1.200 millas para entregar su carga a las terminales de exportación en la costa.