Un 63% de ejecutivos refirió que las comunidades locales tendrán mayores expectativas en cuanto al respeto a los derechos de propiedad
La encuesta analizó las principales preocupaciones del sector minero, entre las que destacan productividad y aumento de costos y descarbonización y medio ambiente.
La minería fue otra de las actividades golpeadas por la pandemia, pese a que ha mostrado una ligera recuperación. En ese contexto, la empresa EY presentó un listado de peligros y acciones para este sector en el 2021 para Perú y América Latina.
A través del evento virtual Top 10 riesgos y oportunidades en minería 2021, celebrado en Chile este último 9 de diciembre, se presentó el estudio del mismo nombre con las perspectivas del rubro para el próximo año.
Eduardo Valente, socio líder de Energía y Minería de EY Chile sostuvo durante su exposición que ningún año había sido tan desafiante como el 2020 y que las metas propuestas reflejan un plan estratégico a futuro.
El ranking estuvo basado en las perspectivas expresadas por más de 250 ejecutivos de minería y metales donde se abordó como tema principal el impacto de la COVID-19 en el sector, así como el reordenamiento de los riesgos. Los 10 puntos seleccionados son los siguientes:
- Licencia social para operar: el 63% de los consultados señaló que las comunidades locales tendrán mayores expectativas en cuanto a cómo las mineras respetan los derechos de propiedad; así como las mismas deberán colaborar con los Gobiernos para ayudar a dar forma al mensaje de contribución social.
- Riesgo de alto impacto: el 79% de encuestados señaló que sus organizaciones no están preparadas para hacer frente a una crisis, ya que los riesgos que destruyen empresas tienden a ser poco frecuentes lo que desencadenó una comprensión crítica y una revisión de estos; y establecer una relación significativa entre la capacidad de una empresa para gestionarlos.
- Productividad y costos: la pandemia aumentó los costos, pero ha creado oportunidades para la innovación. El experto resaltó que estos precios aumentan a medida que la minería se vuelve más compleja con el decrecimiento de las leyes del mineral, aumento del uso de la tecnología, el cambio de la fuerza laboral y mayor inversión de LTO.
- Descarbonización y agenda verde: un 42% de los inversionistas prefieren a las empresas que miden y gestionan el impacto climático, a pesar de ser considerado como el mayor desafío.
- Geopolítica: este punto se vio afectado por el proteccionismo económico a raíz del cambio de rol de EE. UU. En el sistema internacional, aparición de China como potencia mundial e inestabilidad de la Unión Europea. Por otro lado, las empresas deben adoptar un enfoque proactivo y diversificado.
- Agenda de capital: el fortalecimiento de la liquidez y mantenimiento de la disciplina de capital fueron los focos más grandes, cuando las mineras prefirieron retrasar algunas decisiones de inversión. De esta manera, las empresas podrán salir del actual periodo con fuerza y oportunidad significativas con la compra y construcción.
- Fuerza laboral: la pandemia incitó el cambio de la cultura corporativa, al crear una nueva oportunidad para la transformación sostenible de la fuerza laboral. Por ello, Valente sostuvo que las empresas deben considerar cómo acelerar la transformación iniciada durante este tiempo, en lugar de intentar volver a la normalidad.
- Volatilidad: prepararse hoy para las innumerables fuerzas que remodelarán la demanda de productos básicos mediante la planificación de escenarios, revisar y optimizar carteras, garantía de cadenas de suministro, y el incremento de la colaboración con las industrias y los gobiernos.
- Digital data: lo digital se ha convertido en “business as usual” con el uso de la analítica de datos que puede ayudar a los mineros a comprender cómo obtener valor en los procesos operacionales.
- Innovación: oportunidades para acelerar y escalar la innovación a través de la colaboración con los clientes y expectativas equilibradas en torno al retorno de la inversión.
Aparte de licencia social para operar, el ejecutivo destacó tres riesgos que particularmente son importantes para la minería del cobre nacional.
El reemplazo de recursos por la falta de nuevos descubrimientos y la menor inversión durante la última década es probable que deje a la industria en un déficit estructural. “Muchos depósitos nuevos tienen ley de cobre más baja y requieren precios más altos para garantizar el retorno de la inversión. Es probable que el mercado del cobre tenga un déficit a largo plazo, ya que la oferta disminuye y la demanda aumenta como resultado de la transición energética. Con la incertidumbre constante, las empresas están priorizando la liquidez y la continuidad del negocio sobre la inversión en nuevos proyectos”, afirmó Valente.
Productividad y costos crecientes permanecen en el radar a medida que aumenta la complejidad minera. La disminución de las leyes del mineral, y los costos de extracción más altos y los precios de las materias primas se ven presionados como resultado de la incertidumbre económica. Los altos costos de energía y mano de obra están reduciendo los márgenes. El impacto de Covid-19 ha sido mixto, con algunas restricciones que imponen nuevos costos imprevistos y otras medidas que eliminan los silos que obstaculizan la productividad.
Descarbonización y agenda verde se encuentra en las prioridades de las compañías mineras, ya que los inversionistas tienen un enfoque claro en considerar los datos relacionados con medioambiente, sociedad y gobernanza (ESG) antes de tomar decisiones de inversión. La capacidad de los mineros para acceder al capital está muy influenciada por sus relaciones con la sociedad. Especialmente en Chile hay un foco en hacer mejor la gestión del uso de agua, así como reducir sus emisiones de carbono.
Por su parte, Víctor Burga, líder de auditoria en Minería y Metales de EY Perú, manifestó que el reto que tiene el Perú para el 2021 es poner en marcha los proyectos trabados.
“Somos un país privilegiado en cuanto a actividad minera. Tenemos todos los metales. El problema es en la capacidad de descubrir esos metales y poder generar el valor que necesitamos. Yo creo que tenemos muchos retos por delante”, sostuvo el representante nacional, quien argumentó que la percepción negativa que un sector de la población tiene hacia la minería obedece a “las expectativas de desarrollo que las comunidades generan con la llegada de una compañía”.
“La actividad minera se genera en comunidades alejadas, donde existe ausencia del Gobierno central y muchas veces las compañías generan esas expectativas no cubiertas. Es ahí donde hay un problema que no permite que exista una aceptación sencilla y fácil de una actividad que a todas luces genera beneficios para el país y para las comunidades”, sostuvo.