Una vez más, los defensores e impulsores del fracking en Colombia perdieron una batalla en el Congreso, esta vez en medio del trámite del proyecto de ley que regula la organización y el funcionamiento del sistema de regalías, en la plenaria del Senado.
Bordeando la medianoche de este miércoles, el pleno de la corporación terminó de votar la iniciativa, la cual debe pasar a conciliación de los textos aprobados en Senado y Cámara y luego a sanción presidencial.
El último artículo del proyecto en ser votado fue el 210, el cual hablaba de la prolongación de “contratos, convenios o figuras contractuales” celebradas por el Gobierno “para el desarrollo de yacimientos no convencionales”.
El fracking, o fracturamiento horizontal multietapa de yacimientos no convencionales de hidrocarburos, es una técnica para extraer petróleo y gas a grandes profundidades en el subsuelo, estimulando la roca generadora de estos recursos.
Tan pronto se abordó la discusión de este artículo, en la plenaria del Senado, varios congresistas mostraron su oposición a la aplicación de esta técnica en Colombia y a los estudios que el Gobierno Nacional está haciendo para determinar sus riesgos.
El senador por los ‘verdes’ Jorge Londoño afirmó que ya existen varios estudios sobre estos temas y que los análisis que el Ejecutivo hace “son como si uno hiciera un estudio para saber si la tierra es redonda”.
Al final de la discusión se votó y el resultado fue tan apretado que se procedió al conteo por el Secretario del Senado y el Subsecretario: 44 votos en contra del artículo y 39 a favor de este, con lo que la posibilidad del fracking, por el momento, quedó cerrada.
Uno de los principales argumentos de los opositores fue que se estaría legalizando el fracking “por la puerta trasera”.
El senador por ‘la U’ Roy Barreras afirmó que cuando se cobran impuestos por una actividad, esta se legaliza, se mete en la ley. Agregó que esta práctica sería dejarles a las nuevas generaciones “un mundo oscuro y con el agua envenenada”.
La senadora por Alianza Verde Angélica Lozano afirmó que la supresión de este artículo 210 significa que no habrá “gabelas, incentivos económicos y tributarios para la exploración y explotación de los yacimientos no convencionales. El fracking mata y es un mensaje contundente que está dando la ciudadanía, a través del Senado, al país”.
En países como Estados Unidos se ha avanzando en la práctica del 'fracking'. Foto: Rubén López Pérez. Porfafolio
Sin embargo, los defensores del artículo sostuvieron que la discusión no se trataba del fracking. El senador uribista Alejandro Corrales afirmó que “el debate no debe llevarnos a una discusión sobre el agua o los recursos minero-energéticos. Ese es un debate populista”.
Para el senador por el Centro Democrático Ciro Ramírez, el debate entre agua o petróleo es “demagógico” y manifestó su inclinación por los estudios científicos alrededor del fracking y su importancia para la economía nacional.
“Esta ley en ninguna parte habla de permitir o no el fracking en Colombia”, afirmó Ramírez.
El tema se tomará ahora la comisión de conciliadores de Senado y Cámara que hará el texto final y que debe reflejar lo aprobado por ambas corporaciones.
Portafolio
En diálogo con Portafolio, Orlando Cabrales, presidente Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), afirma que en la coyuntura actual se debe entender que la industria de hidrocarburos es uno de los ejes de la reactivación, por lo que hay que incentivar su operación.
Así mismo, sostiene que la conflictividad social, la falta de una regulación en la consulta previa, los proyectos de ley populistas anti-desarrollo y la incertidumbre jurídica preocupan al sector porque “le hacen daño a una sociedad que quiere elegir el progreso y el desarrollo”.
¿Cómo se comportó el sector de gas natural durante la etapa de aislamiento?
Han sido meses difíciles para la industria, pero hemos logrado garantizar el abastecimiento a los hogares, especialmente a los más vulnerables. Reconectamos a más de 130.000 familias, fuimos más allá de las disposiciones del Gobierno para aliviar costos de facturas, y en la mayoría de casos se financió la totalidad de estas a cero interés, durante esos meses. Demostramos ser un sector sólido que enfrenta estas crisis del lado de los usuarios.
¿Cómo estuvo el consumo en los sectores residencial, comercial e industrial?
Desde el inicio del aislamiento, la demanda comenzó con una caída continua en los sectores comercial, industrial y vehicular, que son tres consumidores grandes. Esto causó una disminución en la producción. Sin embargo, hemos visto un repunte en las últimas semanas, jalonado principalmente por la gradual reactivación.
¿Cuáles han sido los principales logros del sector en los últimos años?
Llegamos al usuario 10 millones, logrando una cobertura de cerca del 80%, que es reconocida mundialmente. Además, más de 600.000 vehículos se han convertido a este combustible limpio, seguro y competitivo, y logramos que las ciudades más grandes del país cuenten con una flota importante de buses, camiones y tractocamiones dedicados a gas natural.
¿Cuál es la proyección del sector en lo que resta del año y para 2021?
Queremos aportar en la reactivación. Identificamos 123 proyectos estratégicos de producción, distribución y transporte por cerca de US$2.000 millones. Algunos ya están en ejecución y otros en estructuración, que generarían más de 20.000 empleos. Esto nos permitirá seguir trabajando en nuevas fuentes de suministro, expandir la infraestructura de transporte, llevarle gas natural a más usuarios que aún cocinan con leña y carbón, e incentivar su uso en la movilidad para mejorar la calidad del aire.
Por otro lado, el 2021 será el año decisivo para que el fracking, el offshore y los nuevos descubrimientos costa adentro sean pilares de desarrollo.
¿Cómo ve el sector el desarrollo de los no convencionales a través del ‘fracking’?
Los yacimientos no convencionales (YNC), al igual que los convencionales y los del mar Caribe, son la elección natural para garantizar la seguridad energética e impulsar social y económicamente al país. Con el fracking, no solo aumentaríamos las reservas de gas entre cinco y 10 veces, sino que también crecería el PIB de la Nación, el empleo y los ingresos para las regiones productoras, de acuerdo con el proyecto de ley que modifica el Sistema General de Regalías (SGR).
¿A nivel normativo, el país se ha blindado para desarrollar el ‘fracking’ de manera ambientalmente sostenible?
Es difícil encontrar un país que tenga más estudios y comisiones de expertos sobre fracking que Colombia. Desde 2012 se han identificado los posibles riesgos de la actividad y sus medidas de prevención y minimización. Las normas que están en revisión son estrictas justamente para proteger el medio ambiente y la salud de todos.
¿Por qué los pilotos de ‘fracking’ serán lo que en definitiva sopesarán en la decisión del Consejo de Estado?
Los proyectos piloto serán fundamentales para demostrarles a todos, incluyendo al Consejo de Estado, que la actividad puede hacerse de forma responsable. Estos pilotos deben realizarse para que sea la ciencia y la razón la que decida si debemos seguir adelante y cómo hacerlo. Debemos elegir a la ciencia sobre la ideología.
¿Por qué la apuesta del país debe ser la producción local de gas? ¿Hay suficientes reservas?
Colombia tiene los recursos suficientes para garantizar el abastecimiento por muchos más años. Tenemos listos proyectos estratégicos por más de US$500 millones para la producción en el mar Caribe, en el piedemonte llanero, en el Atlántico, el Cesar y Córdoba. Tenemos un potencial de entre 14 y 64 tera pies cúbicos en el país que se debe aprovechar para generar empleo, inversiones, regalías y reactivación en las regiones.
Como medida de respaldo, ¿hay que seguir con el desarrollo de los puertos regasificadores, tanto en el Pacífico, como en el mar Caribe?
La nueva planta de regasificación es un proyecto de respaldo al sistema que brinda seguridad energética. Es importante que se tengan en cuenta todos los estudios técnicos para estar seguros de su eficiencia económica, su ubicación, y la adecuada participación del sector térmico en el proyecto.