MARCIA DELL' OCA
El rechazo de los tres grandes grupos de acreedores dio una sorpresa al equipo de Guzmán. Sin posibilidades de llegar a una mayoría calificada de al menos los dos tercios (66,7%) de los acreedores, las posibilidades de avanzar con la "última oferta" se reducen. Sin embargo, fuentes oficiales aseguraron estar confiadas en que, de acá al 4 de agosto, los bonistas entren en razón y la mayoría acepte la propuesta oficial.
Sorpresa en el Gobierno tras el rechazo de los acreedores a la propuesta de Guzmán
Básicamente se abren cuatro escenarios de ahora en más, además del enfrentamiento legal al que ninguna de las partes quiere llegar. La letra chica de la propuesta de canje presentada por Guzmán detalla que para que se sostenga se necesita o bien la aceptación de dos tercios del total de las 66.300 millones de dólares de acreencias, o del 50% de cada familia de bonos, la de los Globales (bajo la indenture 2016) y la de los bonos del Canje o bonos K (bajo la indenture 2005), son los umbrales de participación mínima que se autoimpuso el ministro para evitar litigios. La primera condición quedó fuera de discusión: los acreedores que hoy informaron su rechazo superan el tercio de los votos y por lo tanto tienen una posición de bloqueo.
Si de acá al 4 de agosto, el gobierno reúne más del 50% de la aceptación de cada familia de bonos, se abre un abanico de posibilidades que pueden agruparse como el escenario de canje parcial quizás hasta el 2021 y que era el que los analistas consideraban como el más probable de todos hasta la semana pasada.
Redesignación, el atajo de Guzmán para eludir a BlackRock y cerrar el canje
Según cómo estén compuestos esos votos mayores al 50%, el gobierno podrá avanzar en su estrategia de redesignación. Si en alguna serie de los Globales, se llegara a los mínimos requeridos por las Cláusulas de Acción Colectiva (CACs) para esta familia, esas series se canjearían en su totalidad sumando votos al porcentaje de aceptación inicialmente computado. Y si por el contrario, se obtuviese un porcentaje notoriamente inferior al 50%, podría excluirse a la serie del denominador, haciendo subir el porcentaje de aceptación total.
Esta variante, le abre la puerta a que una vez que el gobierno pruebe que consiguió una mayoría lo suficientemente gravitante -y hay estimaciones que rondan el 40% de aceptación actual-, en lugar de aplicar la estrategia Pacman y cerrar las negociaciones con los acreedores, continúe el diálogo con los que quedaron afuera y acceda a mejoras marginales que le permita consensuar una mayoría lo suficientemente amplia como para cerrar más temprano que tarde el total de la deuda.
En cambio, si tampoco se lograra la segunda condición, la propuesta de Guzmán queda descartada (incluso si la aceptara en 70% de los bonos K y el 45% de los bonos M). Sería volver a foja cero, bajo el riesgo de que tras el fracaso de las negociaciones, algún acreedor decidiera presentarse ante la Justicia de Nueva York.
Pero sobre todas las cosas, sería el escenario buscado por los acreedores para que la Argentina acepte la contrapropuesta presentada este lunes por los tres grupos de bonistas en la que piden 3,1 dólares más cada 100 dólares de deuda, unos 2.000 millones de dólares más que la "última oferta". De hecho, no es necesario que se llegue al 4 de agosto para que el Gobierno ceda y se siente a negociar con los acreedores y acerque posiciones para poder cerrar un acuerdo.
Van a seguir negociando. Acá hay que ser pragmático. El punto al que apuntaba el Gobierno de convencer no a todos sino a los suficientes, quedó fuera de la mesa. Ahora va a tener que hacer un mayor esfuerzo para ir a convencerlos a todos.
"Van a seguir negociando. Acá hay que ser pragmático. Si se llega a un buen acuerdo o un mal acuerdo, opinar desde afuera sobre cómo habría que haber negociado para llegar a otro resultado va a ser contrafáctico. Lo bueno de llegar a un acuerdo con estos grandes grupos es que prácticamente garantizaría conseguir la mayoría relevante.
El punto al que apuntaba el Gobierno de convencer no a todos sino a los suficientes, quedó fuera de la mesa. Ahora va a tener que hacer un mayor esfuerzo para ir a convencerlos a todos. La mala noticia es que ahora que estos grupos dicen que van a estar afuera, va a ser necesario ir en busca de esa totalidad y eso implique mejorar la oferta", dijo a LPO el economista y director de Epyca Consultores, Martín Kalos.
Al respecto, el economista Gabriel Caamaño de la consultora Ledesma señaló que si la Argentina cede en este punto, la agenda puede avanzar hacia la recuperación de la economía real en lugar de asumir los riesgos de corto plazo de un canje parcial que en su opinión son "socialmente mucho más caros".
En el Gobierno advierten, sin embargo, que del lado de los bonistas es jugar con fuego. Porque en septiembre van a comenzar las negociaciones con el FMI y si los bonistas se ponen detrás del FMI y el Club de París en la cola para cobrar, luego el análisis de sostenibilidad va a dar incluso por debajo de los 53,5 dólares que está ofreciendo el ministro.
En este sentido, en el equipo de Guzmán se muestran confiados en que la mayoría de los acreedores va a aceptar su oferta una vez que los bonistas entiendan que ya tienen delante la mejor oferta sostenible que puede hacer el Gobierno y que de la postergación del canje solo pueden sacar un acuerdo menos ventajoso. Creen que para antes del 4 de agosto, ya lo van a haber interiorizado.
Es imposible que nos podamos mover del último esfuerzo que hicimos, que fue muy grande
Sin ir más lejos, Alberto Fernández ratificó este lunes en la televisión pública que "es imposible que nos podamos mover del último esfuerzo que hicimos, que fue muy grande".
El default con juicio: el escenario que no aparece en el horizonte
Si bien la Argentina ya está en default y es una posibilidad que Argentina no llegue al umbral de participación mínima, los analistas consultados por LPO no avizoran como probable en de acá al 4 de agosto que las discusiones se desbarranquen. Ni que luego de terminado el plazo para aceptar la propuesta, no vayan a seguir negociando de ser necesario.
A pesar de los dichos de una y otra parte, lo cierto es que las puntas están muy cerca, manifestación inequívoca de que ambas partes quieren llegar a un acuerdo no judicial. Y basta con que se muestre esta voluntad de acuerdo para que los tribunales de Nueva York rechacen un planteo mientras se preserven las conversaciones entre las partes.
Al respecto, Morgan Stanley advirtió la semana pasada que el escenario de rompimiento de las negociaciones y litigios judiciales es el peor para todas las partes incluso para la recuperación para la economía real. Y este lunes el Banco Mariva planteó que sería irracional de ambas partes terminar en un litigio por una diferencia de solo 3 puntos de valor presente neto.
"Aun creemos que va a primar la racionalidad económica y que las partes van a llegar a un acuerdo. No hacerlo significaría una destrucción masiva de valor para ambas partes. Pero no tenemos claro quién de los dos va a ceder para que esto ocurra", concluyó el informe del banco.
LPO
En el Ejecutivo admitieron a LPO que no esperaban que se unieran. Alberto dijo que no mejorará la oferta.
En el Gobierno quedaron descolocados por el rechazo de los acreedores a la propuesta de Martín Guzmán para el canje de deuda.
Como explicó LPO, los tres grandes grupos de acreedores de la deuda argentina bajo ley extranjera informaron este lunes la firma de un acuerdo cooperativo para el rechazo conjunto de la propuesta del ministro de Economía.
Entre ellos se encuentra el Comité de Acreedores, grupo de los fondos que habían apoyado semanas atrás la "última propuesta" de Alberto En su lugar, entregaron una nueva contrapropuesta al Poder Ejecutivo, que ya fue rechazada por el propio presidente.
Tres grupos de acreedores se unieron para rechazar la propuesta de Guzmán y bloquean el canje de deuda
"Sabíamos que era una posibilidad que se abroqueleran, igual algo nos sorprendió que se unieran porque algunos nos habían manifestado su apoyo", indicaron a LPO en el Ejecutivo.
Alberto se refirió a la contrapropuesta de los acreedores cuando le avisaron los jóvenes que participaron del programa Alta Voz por la TV Pública.
Es imposible que nos podamos mover de esta oferta que hicimos porque es un esfuerzo muy grande, eso también lo tienen que saber todos, es un esfuerzo que nos pone al limite, no queremos que hagamos una oferta que ponga en riesgo a los sectores más vulnerables, Argentina necesita sacar de la pobreza a un numero muy importante de argentinos y no lo puede seguir exigiendo a esos argentinos más esfuerzos, la deuda debe ser sostenible, la podemos pagar en el tiempo y no a costa de sectores vulnerables", dijo el presidente.
Por su parte, Guzmán aseguró que "en ese grupo de acreedores vemos una falta de entendimiento sobre las restricciones que enfrenta la Argentina".
"No vamos a confrontar con nuestros acreedores", aclaró el ministro. "No vinimos a pelearnos con nadie sino a resolver un problema enorme en el que se dejó a Argentina, queremos resolver el problema", agregó Guzmán. "Fue con esa vocación que hicimos una oferta definitiva que incluyó nuestro máximo esfuerzo", concluyó.
PUBLICADO AYER
Deuda argentina: La contrapropuesta de los bonistas
Gaceta Mercantil
Los tres grandes grupos de acreedores de la Argentina presentaron una nueva contraoferta para reestructurar deuda emitida bajo legislación extranjera por alrededor de US$66.000 millones, a la vez que explicitaron su rechazo a la última propuesta presentada por el Gobierno argentino.
La decisión fue transmitida por el Grupo Ad Hoc de Accionistas de Bonos Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Accionistas de Bonos de Intercambio.
Estos grupos que, "colectivamente poseen más de un tercio de los bonos globales en circulación de Argentina y más de un tercio de sus bonos en circulación, se complacen en anunciar que" se unieron "para presentar una nueva propuesta al gobierno argentino que cuente con el apoyo de todos los grupos de acreedores”, según sostuvieron en un comunicado.
La propuesta, de la cual no se conocen los detalles técnicos, “representa importantes concesiones económicas y legales de los tres grupos, incluido que los nuevos bonos emitidos a cambio de los bonos globales existentes se regirán por una versión modificada de la escritura de 2016”, aseguraron.
Para este grupo de tenedores de bonos, su propuesta ”proporcionará el alivio a corto plazo que Argentina necesita con urgencia, brindará una solución sostenible a largo plazo que asegure el futuro del país y su acceso a los mercados internacionales de capital, y el marco legal necesario para alentar la inversión adicional necesaria para poner al país en el camino hacia una recuperación sostenida”.
La iniciativa conjunta se conoce 15 días antes de que venza el plazo, dispuesto por el Gobierno, para que los tenedores acepten o rechacen la última propuesta presentada por el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Tanto el presidente Alberto Fernández, como Guzmán, dijeron en reiteradas oportunidades que éste era “el último esfuerzo” que podía hacer Argentina para pagarle a los bonistas.