Además de la aparente crisis financiera que muchos en la industria petrolera están sintiendo hoy en día, los comerciantes de petróleo, las compañías petroleras nacionales, los transportistas, los gigantes petroleros, las compañías de oleoductos o las pequeñas compañías petroleras de la zona del esquisto están soportando diversas tormentas del mercado petrolero, incluyendo un cambiante panorama de poder geopolítico, feroces y costosas batallas por la cuota de mercado y una planificación futura imposible.
Se ha hablado mucho de la terrible situación a la que se enfrentan ahora algunas de las potencias del mercado, como Saudi Aramco (que, en medio de la guerra por la cuota de mercado en abril exportó otros 3 millones de barriles diarios en abril en una adición de balance bastante agradable) y los recientes recortes de puestos de trabajo, así como el inconveniente de tener que mantener sus dividendos mientras el dinero en efectivo está atado. Pero aquí está una mirada a algunos de los otros actores del mercado petrolero que se encuentran en una situación igualmente peligrosa.
Los analistas pueden estar exagerando el papel de Omán como mediador en una región volátil, pero no se equivoquen: Omán está en problemas, hablando en términos de sus finanzas. Las luchas de Omán no son sorprendentes, dada la extrema sensibilidad del país a las crisis del precio del petróleo. De hecho, Omán es uno de los más vulnerables en lo que se refiere a los precios del petróleo.
De hecho, el punto de equilibrio fiscal de Omán para el petróleo es de 82 dólares Brent, según Fitch Ratings – este es el precio mínimo del petróleo que Omán necesita para equilibrar su presupuesto. No hay equilibrio con el Brent a sólo la mitad de eso. Se suponía que estos ingresos por petróleo representarían casi dos tercios del presupuesto total de Omán para 2020, según PwC, que se basaba en el Brent de 58 dólares. Con casi un millón de barriles de petróleo producidos diariamente, exporta casi todo.
Para ayudar a mantenerse a flote en estos tiempos difíciles, Omán está poniendo a prueba la asistencia financiera de otros países del Golfo.
Es probable que la reciba si su situación se vuelve lo suficientemente crítica, ya sea de Qatar o de los Emiratos Árabes Unidos, o incluso de Arabia Saudita.
Como segundo productor de petróleo de África, Angola depende de los ingresos del petróleo, que contribuyen en un 90% a los ingresos totales de exportación del país. El valor de sus exportaciones de petróleo cayó casi a la mitad en mayo, con respecto a los niveles de abril, lo que le reportó a Angola unos 380 millones de dólares en efectivo por sus ventas de crudo durante el mes, ya que tanto los precios del petróleo como los niveles de producción de Angola cayeron de 1.402 millones de barriles por día en marzo, a 1.313 millones de bpd en abril, y luego a 1.280 millones de bpd en mayo, según el MOMR de la OPEP.
El mayor productor de petróleo de África se enfrenta a una crisis de los productores de petróleo independientes, calificada de “desastre total y absoluto” por la tercera mayor empresa petrolera independiente de Nigeria, Shoreline Group. En Nigeria, los productores independientes de petróleo representan alrededor de una quinta parte de la producción de petróleo de Nigeria o 400.000 barriles por día. A los productores independientes de Nigeria, cargados de deudas, les ha ido especialmente mal porque la mayoría de esas empresas compraron sus activos hace unos seis años, cuando el petróleo se comercializaba a unos 100 dólares por barril.
Para la NNPC estatal, las cosas no han mejorado mucho, como lo demuestra el hecho de que le haya dicho a todos sus socios y proveedores que reduzcan sus costos en un 30% y 40%, ya que el dolor se extiende ahora del petróleo a la industria de apoyo. El objetivo de la NNPC era recortar otros 10 dólares por barril de sus costos de producción para finales de 2021. Esa cifra parece deplorablemente insuficiente dado el costo de equilibrio de Nigeria de 144 dólares por barril de crudo, el más alto del mundo gracias a los costos de refinación del país y el alto nivel de corrupción del gobierno.
Con toda la corrupción, es difícil decir cuánto ha contribuido la caída de los precios del petróleo a los problemas de Venezuela, pero no hay duda de que ha jugado un papel importante. El país que se encuentra en la cima de las mayores reservas de petróleo del mundo se ha reducido a una sola plataforma petrolífera, dejando miles de millones de barriles sin tocar, mientras que el país se ha hundido en el caos y la ruina financiera.
Además de sofocar las sanciones de EE.UU. sobre sus exportaciones de petróleo, la producción de petróleo de Venezuela ha caído a sólo 570.000 barriles por día.
La inclusión de Bahrein en la lista de países en peligro debido a la caída del precio del petróleo es discutible. Seguramente su condición de marioneta saudí le valdría un rescate de los saudíes si realmente estuvieran en problemas, pero el precio de equilibrio del petróleo crudo de Bahrein es de 96 dólares por barril, el segundo más alto del mundo sólo después de Nigeria. Arabia Saudita también puede sentirse más obligada a ayudar a Bahrein ya que ayudó a crear la caída del precio del petróleo.
El petróleo representa el 85% del presupuesto de Bahrein.
A pesar de sus precarias finanzas debido a su alto costo de equilibrio, Bahrein parece estar impulsando aún más la exploración.
A principios de este mes, BP sorprendió al mercado cuando anunció que estaba recortando 10.000 puestos de trabajo – o el 15% de su fuerza laboral total – gracias al clima actual. Mientras que otras compañías petroleras más pequeñas habían anunciado múltiples recortes de puestos de trabajo repartidos en varios tramos en los últimos meses, BP se mantuvo a raya durante el punto álgido de la pandemia, pero incluso BP tuvo que pagar al oleoducto en algún momento.
Pero las malas noticias para el gigante mundial del petróleo no se detienen ahí. Además de la pérdida de empleos, esta semana anunció que reduciría sus activos de petróleo y gas en 17.500 millones de dólares, lo que deja a los analistas preguntándose si el gigante petrolero podría mantener sus dividendos.
Al igual que Venezuela, Irak tenía problemas mucho antes de la última caída del precio del petróleo. Disturbios políticos, sin presupuesto para 2020, el coronavirus, y un enorme déficit de 20 mil millones de dólares es sólo un punto de partida. Irak no puede pagar miles de millones en salarios públicos para junio y julio, y debe enfrentarse a la OPEP respirando en su nuca para recortar la producción y así ajustarse a su cuota de producción.
Mientras tanto, su producción de petróleo ha caído de 4,57 millones de barriles diarios en marzo a 4,165 barriles diarios en mayo, mientras trata de llegar a fin de mes con un déficit fiscal de 60 dólares.
Para el mayor comerciante de petróleo del mundo, la situación es sombría. Sus ganancias netas del primer trimestre cayeron un 70% a sólo 180 millones de dólares. Parte del problema de Vitol es que mantuvo una gran cantidad de inventario hasta el 2020, esperando que la demanda global mejorara, pero todos sabemos cómo resultó esa suposición.
Qatar puede no ser una potencia petrolera, pero ciertamente es un gran productor de GNL. Y mientras los precios del petróleo se han desplomado, también lo han hecho los precios del GNL, y la AIE dice que el mercado del GNL verá el “mayor choque de demanda registrado” este año. Y la expansión desenfrenada de la capacidad global de GNL que se avecina este año no ayudó. El comercio de GNL de Qatar representa el 62% de sus ingresos totales por exportación. El presupuesto de 2020 asumió un precio del petróleo de 55 dólares por barril.
Qatar planeaba tener el proyecto de GNL más grande del mundo en 2024, pero desde entonces se ha retrasado. Sin embargo, Qatar insiste en que sus proyectos de GNL no se verán afectados por la volatilidad de los precios.
Mientras que algunos están perdiendo mucho y luchando por mantenerse a flote, otros se deleitan con el choque. Goldman depositó un frío billón-con-uno-bueno durante la caída del precio del petróleo, ya que anticipó correctamente que los precios del petróleo se deslizarían en territorio negativo.
Otro líder fue el segundo comerciante de petróleo y metales más grande del mundo, Trafigura, que obtuvo unos ingresos netos de más de 500 millones, apoyados principalmente por su división de comercio de petróleo, ya que la volatilidad dio sus frutos.
