La petrolera de bandera nacional, YPF, disminuyó en estos dos primeros meses y medio de cuarentena un 15,1% su
VICTORIA TERZAGHI
Los registros de la producción hidrocarburífera de mayo se acaban de dar a conocer desde la secretaría de Energía de la Nación y revelaron que lejos de mejorar con la aplicación del barril criollo, la crisis petrolera que comenzó con la cuarentena se agudizó en mayo y llevó a que la caída en la producción de crudo alcance los 79.956 barriles por día en dos meses.
En términos porcentuales, la caída en la producción acumula un 15,11% desde marzo, cuando se aplicó la cuarentena obligatoria.
En ese mes la producción nacional alcanzó los 528.944 barriles por día dado que si bien hubo 12 días de cuarentena en ese mes, los pozos continuaron produciendo con normalidad.
Sin embargo, fue en abril cuando las medidas de aislamiento no sólo desplomaron la demanda de combustibles y con ella la de petróleo, sino que además se colmó la capacidad de almacenamiento y se debió comenzar a cerrar pozos productores.
Los registros de la secretaría de Energía de la Nación dan cuenta de que, a pesar de las paulatinas aperturas o liberaciones que se dieron sobre la cuarentena, la demanda no logró reactivarse en forma notoria y llevó a que en mayo la producción nuevamente deba caer, con el cierre de más pozos productores.
Entre abril y mayo, la caída en la producción alcanzó los 21.065 barriles por día, representando una baja mensual del 4,48%.
Si bien desde el gobierno nacional se dispuso la vigencia de un precio sostén o barril criollo para apuntalar la producción, desde muchas operadoras se advirtió que el problema de fondo no es tanto el precio sino la falta de compradores.
La petrolera de bandera nacional, YPF, disminuyó en estos dos primeros meses y medio de cuarentena un 15,1% su producción de petróleo, al producir 37.662 barriles por día menos.
El menos consumo de combustibles forzó a las empresas a cerrar su producción.
La operadora es de esta forma la que más producción cerró, dado que explica más de la mitad de la baja nacional. Y solo desde abril a mayo, redujo 14.158 barriles diarios (un 6,26%) su producción.
En lo que hace a las provincias más afectadas por esta crisis, Neuquén, con el desarrollo de Vaca Muerta, es la más afectada con una caída diaria en la producción de sus yacimientos de un 22,85%, totalizando 38.777 barriles menos por día.
La provincia, que había alcanzado en marzo su producción más alta en 14 años con casi 170.000 barriles por día, bajó en abril a 133.802 barriles diarios y en mayo cayó nuevamente, pero en menor medida, hasta los 130.906 barriles por día. Estos valores impactarán negativamente en los ingresos por regalías de la provincia, más allá del intento de mejorarlos con el barril criollo.
Los datos de producción se conocen 20 días después de finalizado cada mes dado que se desprenden de las declaraciones juradas que presentan ante Nación las operadoras.
La caída en la producción de petróleo se debe al menor consumo de combustibles que implican las medidas de aislamiento y la suspensión de tránsito aéreo. En el caso de las estaciones de servicios las ventas se ubican en estos días apenas a un 55% de los valores que había antes de la cuarentena, siendo la baja más marcada en las naftas que en el gasoil.
Con casi la mitad de la demanda por recomponer, el panorama de la producción de petróleo no es alentador, y si bien hay empresas que están volviendo lentamente a abrir algunos pozos productores, la producción nacional también se verá afectada en el corto plazo por la menor actividad de perforación de nuevos pozos.
Río Negro
MATÍAS DEL POZZI
“Sin inversiones significativas de las compañías de petróleo y gas nacionales y extranjeras, el potencial de Vaca Muerta quedará corto para cumplir con los ambiciosos planes”: así resume el informe de junio que presentó el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA por sus siglas en ingles).
El instituto con sede en Cleveland, Ohio, en Estados Unidos, asegura que el desarrollo de Vaca Muerta ha sido más lento, en comparación con otras cuencas de shale del mundo, incluso antes del 2020 que quedará marcado por la caída en la demanda mundial de hidrocarburos y un desplome en los precios internacionales.
Desde que comenzó a explotarse la formación dependió de capitales extranjeros y, en los últimos años, “se tardó más en materializarse”, dice el informe. Si bien hay varias compañías internacionales que operan en Vaca Muerta que no anunciaron específicamente una reducción de inversión para la formación, por el impacto de la pandemia, sí lo hicieron a nivel global y en sus activos en el extranjero.
“Cuatro compañías importantes de petróleo y gas que invirtieron en Vaca Muerta redujeron el capital de inversiones a nivel global. A medida que controlen su CapEx, la expansión de sus operaciones en Argentina se pospondrá o se abandonarán por completo”, resalta el informe del IEEFA.
Además de la baja de inversiones, por la pandemia también se contrajo el nivel de producción por una casi nula demanda. Sin embargo, los productores de shale tuvieron problemas financieros antes del coronavirus cuando los precios de petróleo y el gas estaban mucho más altos que ahora.
El congelamiento de los combustibles y el precio del barril, los cambios en la Resolución 46, que impactaron en nuevos desarrollos de gas, las reiteradas devaluaciones registradas durante la administración de Mauricio Macri y la incertidumbre por las elecciones nacionales del año pasado “dieron un duro golpe” a los ambiciosos planes de duplicar la producción de gas y petróleo.
“La imposibilidad de desarrollar Vaca Muerta le ofrece al presidente Alberto Fernández una oportunidad única para cambiar el rumbo. Su administración puede aprender lecciones de la Cuenca Permian y evitar el ciclo de auge y caída que cada vez parece más quiebre que auge”, expresó una de las analistas y autora del informe del IEEFA, Kathy Hipple.
El desarrollo de Vaca Muerta se basó principalmente en join ventures (empresas conjuntas) entre el gobierno y corporaciones internacionales que, hasta ahora, “han sido impulsadas en gran medida por subsidios del gobierno argentino”, agrega el informe y concluye: “A medida que esos subsidios se evaporaron debido al deterioro de la condición fiscal de Argentina, los compromisos de las empresas extranjeras con Argentina se han erosionado”.
