Si no hay más reservas de gas y las minas se agotan, el panorama del país se verá complicado en cinco años
Es preciso que el país tenga en cuenta que los recursos hidrocarburíferos están en fase de agotamiento, al igual que los pocos proyectos mineros que se desarrollan, advirtió el expresidente de la Asociación Nacional de Mineros Medianos de Bolivia, Humberto Rada.
¿Qué puede pasar en 2025? si no hay más reservas de gas y las minas se agotan, entonces en en ese año, Bolivia puede pasar por una situación muy complicada, puedo afirmar que de golpe se puede agotar todo y eso no lo podemos permitir sería irresponsable llegar a ese tiempo y recién plantear que hacer, considera Rada.
Es preciso que las autoridades y los bolivianos tomen conciencia, por lo que una de las salidas es la cadena productiva del litio, permitir al país hacer industria y generar un efecto multiplicador en la economía boliviana; esto presentará una oportunidad para las futuras generaciones.
Los siguientes cinco años que se vienen serán críticos, por lo tanto es necesario que se tome una decisión inmediata. Es imprescindible fijar como misión la industrialización del litio hasta obtener las baterías, para lo cual se debe buscar empresas extranjeras que quieran invertir en Bolivia y que traigan tecnología para el desarrollo.
En 2019, Bolivia, mediante YLB, suscribió una sociedad mixta con ACI Systems, firma que anunció una inversión de 1.200 millones de dólares para industrializar el litio y producir baterías a gran escala a partir de los recursos contenidos en el Salar de Uyuni, se iba a producir hidróxido de litio de 25.000 toneladas; hidróxido de magnesio; materiales catódicos, y bateras de litio.
Lamentablemente, una disputa entre dos sectores del departamento de Potosí, cuyo depósito se considera uno de los más grandes del mundo, ha llevado al actual gobierno de transición a cambiar el gerente de la empresa estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) tres veces en solo dos meses.
Ese es un efecto más de la aguda crisis política en Bolivia, que llevó a la destitución de Morales del poder el 10 de noviembre. El nuevo gobierno, que debe ser elegido en agosto, tendrá que repensar el plan del país para su litio, cuya explotación interesa a varias compañías chinas.
Dada su cancelación de la explotación de hidróxido de litio con ACI Systems, el gobierno actual tendrá que definir una estrategia para esta industrialización, ya sea solo con YLB o en alianza con un socio extranjero. Tampoco ha finalizado el proceso legal de la ruptura con ACI Sytems.
Nada está definido, al menos para el hidróxido de litio. Zuleta, el segundo gerente designado por Áñez, dijo en una entrevista que será explotado localmente, y que parece excluir a cualquier empresa extranjera. Sin embargo, su tiempo en el cargo fue muy breve: solo estuvo allí entre el 8 y el 29 de enero.
La Ley de Minería establece que la producción de todos los compuestos derivados del litio debe ser realizada exclusivamente por el estado. Solo la industrialización puede estar en alianza con una empresa extranjera.
Con relación al último punto, se sabe que varias empresas chinas visitaron las regiones donde se encuentran los depósitos. Alemania tampoco ha descartado ser socio. "Reafirmo el interés de mi país en seguir adelante con el proyecto", escribió el embajador alemán Stefan Duppel en Twitter, después de una reunión en el palacio de gobierno el 31 de enero.
Ya hay varias empresas chinas vinculadas al litio en Bolivia. En agosto de 2019, cuando Morales era presidente, YLB y la compañía china Xinjiang TBEA Group formaron una empresa conjunta para construir plantas de carbonato de litio en las salinas de Coipasa (en el departamento de Oruro, a 109 kilómetros de Uyuni) y Pastos Grandes (en Potosí, 550 kilómetros de Uyuni). Esta alianza fue elogiada por los gobiernos de ambos países.
Si bien, muchos de los desafíos de litio de Bolivia, desde el técnico hasta el sociopolítico, son idiosincrásicos, las tensiones entre los intereses regionales, nacionales e internacionales, cuando se trata de un recurso mineral estratégico no son nada nuevo. Y las difíciles preguntas que enfrenta Bolivia sobre el futuro de su litio son:
+ ¿Quién puede desarrollarlo?
+ ¿Cómo y quién se beneficia?
+ ¿Será el neoliberalismo, con grandes corporaciones, llegando a regiones subdesarrolladas y extrayendo recursos para su propio beneficio?
+ ¿Se desarrollarán los conocimientos técnicos y la capacidad de fabricación en países ricos en recursos como Bolivia?
+ Si el litio de Bolivia se comercializa, ¿se exportará a través de los océanos, alimentando a Teslas de Nueva York, o se mantendrá dentro de Sudamérica, alimentando la revolución energética de la región?
Zuleta afirma que el litio de la nación debe usarse para traer prosperidad a los bolivianos. Más allá de eso, la riqueza mineral del país debe impulsar el desarrollo de un mercado automotor del siglo XXI para la región. "Tarde o temprano, los países latinoamericanos van a consumir vehículos eléctricos", dijo Zuleta. "Entonces, ¿por qué no tratar de pensar en desarrollar una industria de vehículos eléctricos para América Latina en el futuro?". Solo las acciones de hoy determinarán el futuro económico del país.
