VICTORIA TERZAGHI
El impacto de la pandemia de coronavirus alteró el mercado de la energía a nivel global y el segmento del gas natural licuado (GNL) no es la excepción. Sin embargo, uno de los proyectos argentinos para montar una planta de licuefacción sigue adelante.
Así lo indicó la vicepresidenta de Excelerate Energy, Gabriela Aguilar, en un encuentro virtual organizado por la Universidad del CEMA.
“Particularmente en nuestro proyecto seguimos avanzando con la parte de los estudios técnicos hasta tanto haya una mayor previsibilidad y se pueda dar la campana de largada”, aseguró Aguilar sobre el plan que llevan adelante junto a Transportadora Gas del Sur (TGS).
Y remarcó que “Argentina tiene los recursos y tiene que pensar que tiene esa posibilidad”.
El proyecto tiene importantes diferencias con el que se estudia desde YPF dado que en este caso se trata de una planta de licuefacción modular.
“Es un proyecto escalable que tiene la particularidad de ser una herramienta para que los exportadores tengan una salida para el gas de verano, es una salida para el gas estacional”, aseguró la titular de Excelerate Energy.
El proyecto contempla iniciar con una planta de un MPT que equivale 4 millones de metros cúbicos de gas natural por día con la posibilidad de ir ampliándolo hasta los 16 millones de metros cúbicos por medio de un sistema de licuefacción en tierra pero con almacenamiento flotante.
Esta forma permitiría que la construcción y puesta en marcha sea más rápida e económica que montando el almacenamiento en tierra y haría que desde el inicio de los trabajos demore unos 24 meses en estar operativo.
Se estima que cada una de las unidades modulares de licuefacción demandan una inversión del orden de los 800 millones de dólares, mucho más económico que desarrollar un proyecto a gran escala.
El GNL tuvo un fuerte impacto por el COVID-19 que llevó a que su precio descienda hasta el orden de los 2,50 dólares por millón de BTU.
No obstante, en el contexto internacional se están dando algunas situaciones como la suspensión de proyectos de plantas de GNL y el declino de la producción norteamericana que podrían ser positivos para el mercado argentino.