Total se convierte en la cuarta eléctrica del país tras Iberdrola, Endesa y Naturgy
MIGUEL ÁNGEL PATIÑO
Repsol y Total lideran en España la carrera de las petroleras hacia su reconversión en empresas multienergía que incluyen electricidad y renovables, y en la que también han entrado otras empresas de hidrocarburos como Galp, BP y Cepsa.
El pasado día 18 de mayo, el gigante de hidrocarburos francés Total anunciaba otro salto en España en el sector eléctrico al hacerse con 2,5 millones de clientes de EDP. La operación, valorada en 515 millones de euros, incluye la compra de dos centrales de gas (ciclo combinado) de producción de electricidad con una capacidad total de 850 megavatios.
Con esta operación Total se convierte en la cuarta eléctrica en España, tras Iberdrola, Endesa y Naturgy. Igualmente tendrá presencia en el mercado de gas.
Esta transacción se unía a otra que anunció Total en febrero, al dar al conocer su irrupción en el mercado español de renovables. Lo va a hacer a través de dos grandes acuerdos con los grupos españoles Powertis y Solarbay para desarrollar 2.000 megavatios (MW). Total espera que todos estos megavatios, aún sin construir, estén operativos en 2023. Serán, como mínimo, más de 1.000 millones de euros de inversión para poderlos poner en marcha.
La operación de Total con Powertis y Solarbay, primero, y con EDP después, suponen el enésimo movimiento ocurrido en el último año dentro de la frenética carrera de las grandes petroleras para acelerar su proceso de reconversión industrial. En mayor o menor medida, todas están girando su estrategia para reorientar su negocio.
Sin decir adiós a los hidrocarburos, todas las grandes petroleras integradas, especialmente las europeas, están tomando posiciones en toda la cadena de suministros energéticos, tanto de electricidad como de gas. Es lo que se conoce como multienergía. Con esta palabra empezó a autodenominarse Repsol, la primera petrolera española y, sin duda, la que junto a Total está liderando por ahora esa carrera.
A finales de 2018, Repsol dio un primer golpe con la compra de la cartera de clientes de Viesgo y parte de sus instalaciones de producción eléctrica. A partir de ahí, se desató la carrera entre todas las grandes petroleras, muy focalizada sobre todo en la compra de activos de renovables. Pero también de grandes carteras de clientes de electricidad y gas. Esto da idea de la enorme revolución que está suponiendo para el sector energético, tanto a nivel empresarial como socioeconómico.
Hace años nadie hubiera imaginado que las petroleras, percibidas por muchos grupos ecologistas como las empresas que están en el origen de algunos de los graves problemas de contaminación del planeta, terminaran siendo las que se pusieran a la cabeza de la descarbonización.
¿Es sólo una pose de cara a la galería? ¿Realmente se creen su nuevo relato? ¿O es que, sencillamente, su mutación está dando lugar a una nueva realidad? El tiempo lo dirá. Lo cierto es que, a fecha de hoy, a golpe de talonario todas están intentando situarse en primera línea de las energías verdes. Y eso, está trastocando todos los esquemas del sector energético, y en especial el de las eléctricas. Por una sencilla razón. Siempre va a ser más fácil para las petroleras entrar en el sector eléctrico, que para las eléctricas entrar en petróleo.
Además de Repsol y Total, también han ido anunciando grandes operaciones todos sus mayores rivales, como BP y Galp. BP ha comprado activos de Forestalia y Galp se ha hecho con una cartera de proyectos de renovables que tenía ACS. Tanto BP como Galp, además, previamente tomaron posiciones en comercializadoras de luz.
