VICENTE NIEVES
El petróleo lleva por debajo de los 35 dólares poco más de un mes. La caída de los precios ha sido aguda y drástica, tal y como está siendo la recesión económica causada por el coronavirus, que a la postre es el principal factor que está lastrando la demanda de petróleo. En este corto periodo de tiempo ya se pueden ver daños importantes en la poderosa industria del fracking y el shale oil de EEUU: quiebras, cierre de pozos poco eficientes, un descenso de la producción y un futuro bastante incierto. La industria que ha llevado a EEUU a ser el mayor productor de petróleo del mundo empieza a tambalearse por falta de rentabilidad. Si el petróleo se mantiene por un periodo prolongado por debajo de los 35 dólares, la situación puede ser fatal.
Pese al acuerdo alcanzado por la OPEP y sus aliados para recortar la producción en 9,7 millones de barriles diarios (el mayor recorte de la historia), el petróleo podría mantenerse en los niveles actuales o incluso por debajo. La demanda de crudo está cayendo en unos 20 o 30 millones de barriles por día debido a las medidas restrictivas para superar el brote de coronavirus. Eso está generando un excedente de crudo en el mercado que incrementa los inventarios, deprime los precios y castiga a los productores que incurren en mayores costes, como es el caso de las empresas de shale oil (petróleo de esquisto) de EEUU o de oil sands (arenas bituminosas en Canadá).
No obstante, en el corto periodo de tiempo que el crudo lleva por debajo de los 35 dólares ya ha hecho mella. La empresa americana Whiting Petroleum se ha declarado en bancarrota tras quedarse sin liquidez como consecuencia de la fuerte caída de los precios del 'oro negro'. Whiting Petroleum, cuyas acciones en los últimos meses habían perdido cerca de un 90%, está inmersa en un proceso de reestructuración durante el que esperan poder continuar con algunas operaciones de negocio y cumplir con algunos de sus acreedores.
Esta empresas que extraen petróleo de esquisto a través de la técnica conocida como fracking (fracturan la pizarra e inyectan líquidos a presión para separar el crudo (fracturación hidráulica)) están recortando de forma drástica sus inversiones y su producción. Los bajos precios del petróleo están teniendo un impacto visible en la producción de EEUU. Según la Agencia de la Energía del país, la producción de petróleo de esquisto caerá en unos 200.000 barriles por días en abril hasta los 8,7 millones de barriles diarios, el descenso mensual más pronunciado desde que comenzaron a realizar este tipo de registros, explican los analistas de Commerzbank en una nota para clientes. Según Baker Hughes, el recuento de plataformas petroleras de EEUU ha caído en otras 58 hasta las 502, su nivel más bajo desde diciembre de 2016. Hace menos de un mes todavía había 683 plataformas activas.
Marial Nava, economista de BBVA Research, explicaba en una nota publicada este mes que "para la industria del petróleo y el gas de EEUU, la situación es peor que en la crisis de 2014-2016, que provocó una consolidación y más de un centenar de quiebras. En aquel momento, el sector capeó el exceso de oferta consolidando y aumentando la eficiencia en un contexto de sólidas condiciones financieras y apetito por el riesgo... Sin embargo, en el entorno actual, es posible que las medidas de eficiencia no sean suficientes para evitar una disminución de la producción. Esto se debe a que la industria se enfrenta a una enorme presión tanto de la demanda como de la oferta, en un contexto financiero difícil".
El precio del barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, y West Texas, de referencia en EEUU, ha caído muy por debajo de los 40 dólares. Mientras tanto, el breakeven (punto en el que empieza a ser rentable extraer un nuevo barril de petróleo) medio de las firmas que extraen shale oil en la Cuenca Pérmica -la mayor región productora de petróleo en EEUU- supera los 46 dólares por barril.
Lutz Kilian, asesor senior de la Reserva Federal de Dallas en materia energética, reconoce lo complicado de la situación en un documento publicado por el banco central. "En un mundo en el que se contrae la demanda de petróleo, uno podría esperar que los productores con el precio de equilibrio (breakeven) más bajo sobrevivan y aquellos con precios de equilibrio altos salgan del mercado".
Este experto calcula que el petróleo de Arabia Saudí genera beneficios para el reino hasta que barril cae por debajo de 10 dólares, mientras que en el caso de Rusia este punto está en los 25 o 30 dólares. Esto no quiere decir que ambos países prefieran un petróleo más caro para cuadrar sus presupuestos nacionales, algo que ahora mismo es imposible, pero sí evidencia que la supervivencia de los productores de ambos países es más sencilla con un crudo 'barato'.
La Reserva Federal de Dallas muestra que el precio de equilibrio o breakeven de los productores de petróleo del distrito está entre los 46 y los 52 dólares por barril, con una media de 49 dólares. "Esto significa que pocos productores de petróleo serán rentables si los precios del petróleo se mantienen en los 30 dólares lo que resta de año. Las compañías que no sean rentables no podrán atraer suficiente capital para continuar con sus operaciones", asegura el experto de la Fed.
"Se espera que con los precios mundiales del crudo en los 30 dólares o menos muchas compañías petroleras estadounidenses caigan en bancarrota. Unos precios más bajos y por más tiempo acelerarían este proceso", culmina Kilian. A pesar de todo, como ya ocurriera tras 2016, si el petróleo vuelve a establecerse en la zona de los 50 dólares por barril, la industria del shale oil y el frackin renacerá gracias a unos mercados de capitales muy desarrollados en EEUU y a la flexibilidad normativa del país. Muchas petroleras americanas se ahogarán hoy en el petróleo barato, pero volverán a revivir (u otras diferentes) cuando el precio del crudo vuelva a subir.