Desde el arribo del virus Covid 19 a Chile, una gran cantidad de empresas han adoptado el sistema de teletrabajo o home office para mantener la productividad y evitar la propagación del brote entre los colaboradores. La masividad de este proceso, llevó a la totalidad del sector privado en el país a adaptarse en diferentes grados y de forma inmediata a este nuevo sistema laboral.
Según cifras de Page Personnel, unidad de reclutamiento para mandos medios y gerencias de Page Group, en su mayoría, los colaboradores que se encuentran desempeñando sus funciones a través de esta modalidad se encuentran en el sector de servicios, proveedores de intangibles, áreas comerciales y back office. Si bien el porcentaje de las empresas que implementan home office es transversal en torno a la industrias, éste llegará a beneficiar entre el 15% y 20% de los colaboradores, concentrados, principalmente, en Santiago.
“Dentro de los factores claves para su implementación, no solo se considera qué tan modernizados están las diferentes áreas que componen una compañía, sino que también si los clientes cuentan con la tecnología necesaria para mantener una comunicación fluida. La productividad es otro aspecto a tomar en cuenta, donde el rango etario es un elemento a considerar -a las nuevas generaciones les cuenta menos adoptarse régimen- el nivel de dependencia de la jefatura y feedback, entre otros”, afirmó Anastasia Samokhvalova, consultora senior de Page Personnel.
Desde la firma, explican que el teletrabajo en regiones se encuentra funcionando de la misma manera que en la capital, pero en un porcentaje mucho menor. Esto se debe primordialmente porque las casas matrices, las cuales concentran la mayor parte de trabajadores que se pueden sumar a esta práctica, se encuentran en Santiago. Más del 80% de las grandes empresas del país operan desde la Región Metropolitana. Dentro de las áreas más factibles para su implementación están, Administración y FInanzas, RRHH, Marketing y Comunicaciones, Comercial (sin contar el personal de sucursales de venta o tiendas), TI, Call Center (dependiendo de su capacidad tecnológica) y Soporte.
En relación a las compañías que han desarrollado en menor grado esta política, se encuentran la industria Agropecuaria (12%), Minería (4%), Manufactura (13%), Construcción (18%), Transporte (7%) y Servicios (15%). “El teletrabajo no solo depende de insumos tecnológicos, es importante poder mantener el nivel operativo lo más alto posible según las capacidades en las que se puede funcionar y ajustarse al “core” del negocio donde se desenvuelve. De ahí que hay importantes diferencias entre un rubro y otro”, complementó Samokhvalova.
La Izquierda Diario
Al igual que en la mayoría de los países afectados por la pandemia del coronavirus, los empresarios, con el acuerdo de los gobiernos, han avanzado en despidos masivos, suspensiones o rebajas salariales. Chile no es la excepción, y ante esta política del Gobierno de Piñera es que se ha desarrollado en Antofagasta una importante asamblea de coordinación con varios sindicatos para discutir como responder a esta situación.
La reunión se realizó en el Comité de Emergencia y Resguardo, que ya había venido cumpliendo un rol coordinador durante los meses de rebelión que vivió Chile desde octubre del año pasado, y en la que participaron los sindicatos de los mineros de Guanaco, contratistas de Rema TipTop de La Escondida, Molyb, de la Química SGS Minerals, el Sindicato Interempresa de Metalurgistas Unidos, Bureau Veritas, Orica, el Sindicato Siglo XXI del Aseo de Hospital Regional de Antofagasta, la Presidenta del Colegio de Profesores y la organización social No Más AFP.
El Gobierno de Sebastián Piñera ha dado un uso a la pandemia para perpetrar ataques mayores a la clase trabajadora, avanzando con el dictamen que le otorgó la Dirección del Trabajo para llevar adelante las suspensiones laborales y la eliminación de sueldos, despidos, mayores exigencias, inseguridad laboral, etc; además de mantener el funcionamiento irracional de todas las faenas y trabajos no esenciales, donde día a día miles se exponen al contagio, ya sea en el transporte público como en sus propios trabajos. La clase empresarial se asegura además metiéndonos la mano en el bolsillo: nos roban nuestra plata de las afp, y nos suben los planes de salud, en plena situación mundial de pandemia.
A este contexto se suma que tenemos una Central Unitaria de Trabajadores que, al contrario de luchar y resistir frente a estos ataques, mantiene una tregua con el gobierno que es igual de criminal que toda la línea que traen desde el estallido, donde no cumplieron ningún rol en organizar y unificar a los trabajadores para impulsar huelgas generales para derrotar a Piñera y su gobierno asesino. Hoy en día vivimos las nefastas consecuencias de este actuar de las dirigencias sindicales a nivel nacional: una CUT y una Mesa de Unidad Social que no sirve para frenar ningún ataque, mientras comienzan los despidos en la minería y otros sectores, como es el caso de SGS donde despidieron a 12 trabajadores y, por ejemplo, el caso de las amenazas de suspensión laboral en el mundo de la educación particular, como lo es el Colegio San Marcos de Antofagasta.
Los dirigentes sindicales votaron como principal resolución la “coordinación de todos los sindicatos independientes para que no pase ni un sólo despido en la región. Donde haya ataques, el Comité de Emergencia y Resguardo actuará como un sólo puño peleando en la calle y en las fábricas y minas. Llamamos a todos los sindicatos independientes, delegados y trabajadores que quieran enfrentar los despidos a sumarse a esta coordinación al servicio de los intereses del conjunto de los trabajadores y el pueblo”. Todas las resoluciones se pueden encontrar en su declaración pública.
Tomando en cuenta que los derechos que hoy se pierdan no se recuperarán fácilmente cuando termine la pandemia, las organizaciones sindicales y sociales que se dieron cita en esta reunión volvieron a exigir que la CUT defienda a los trabajadores y convoque a un paro nacional ahora y se comprometieron a darse apoyo mutuo para coordinar las peleas que debemos dar en común contra los despidos, suspensiones y descuentos. Se toma, como primera resolución de esta asamblea, el poder dar una respuesta organizada y articulada frente a estos ataques, levantando asambleas de base y una asamblea unificada desde el Comité de Emergencia y Resguardo, junto a cientos de trabajadores y trabajadoras que podamos discutir nuestros problemas y necesidades, así como la salida y los planes que podemos levantar para resistir toda esta situación, que en definitiva, no da para más.
Todo esto se suma a la iniciativa ya impulsada por trabajadores de la educación, la salud y la industria en el Comité de Emergencia y Resguardo desde hace algunas semanas, de poner en pie una red de solidaridad donde se han estado elaborando kits de mascarillas y alcohol gel de producción propia, autogestionada por los trabajadores para acudir en ayuda de los sectores más precarizados y desprotegidos como son las poblaciones y campamentos en la región. La primera tanda de alcohol gel y mascarillas fue entregada el jueves pasado en la asamblea de trabajadoras del aseo del Hospital de Antofagasta, que son parte fundamental de los trabajadores de la salud, primera línea en esta crisis y que hoy mismo se manifestaron nacionalmente contra las políticas criminales en materia de salud del gobierno de Piñera.