Izado e instalación de su receptor solar a 220 metros de altura
El proyecto termosolar Cerro Dominador, propiedad de EIG Global Energy Partners y que construyen Abengoa y Acciona en el desierto de Atacama en Chile, ha protagonizado, en las últimas semanas, uno de los hitos clave antes de su próxima entrada en operación.
Las compañías lograron el izado e instalación de su receptor solar a 220 metros de altura. El mismo se ubicó en la parte más alta de la torre central del complejo, que está rodeada por 10.600 heliostatos.
Es la primera vez que se realiza esta maniobra en un proyecto de este tipo a nivel mundial.
En concreto, la maniobra se completó en las últimas semanas, con el posicionamiento del receptor (pieza de alta complejidad que pesa 2.300 toneladas) en el octógono de cimentación, ubicado a 220 metros de altura en la torre central de la planta termosolar.
La función del receptor es concentrar la radiación solar reflejada desde los heliostatos que se ubican alrededor de la torre de 250 metros y, así, calentar las sales que se almacenarán para generar electricidad.
La maniobra completa duró una semana desde el ingreso del receptor en una cavidad ubicada en la base de la torre. Una vez en su interior, con 16 gatos industriales hidráulicos, se realizó el proceso de izado del mismo hasta la parte superior de la construcción.
La velocidad de ascenso no superó los cinco metros por hora, por exigencias de seguridad y dada la complejidad técnica de todo el procedimiento.
“Estamos muy orgullosos de haber logrado este hito. Continuamos avanzando sin pausa en la construcción de este proyecto icónico para la región”, sostuvo Fernando González, CEO de Cerro Dominador.
“Es la primera vez que se realiza esta maniobra a nivel mundial en este tipo de proyectos”, tal y como ha explicado el director de proyecto por parte de Abengoa en Cerro Dominador, Héctor Berlangieri, quien, además, señaló que la idea conceptual e ingeniería de la operación surgen de la compañía española.
Por su parte, Luis Pérez, site manager de Acciona en el proyecto, explicó la gran complejidad técnica de esta maniobra de izado: “Se necesita un control total sobre la velocidad de ascenso del receptor, limitada aproximadamente a unos 6 metros por hora. Estamos realmente orgullosos de participar en un proyecto tan singular como este y del compromiso que todos estamos demostrando para que salga adelante.”