IRINA SLAV
El año que está llegando a su fin no ha sido bueno para el petróleo. A pesar de los límites de producción en toda la OPEP y más allá, y a pesar, de la gran cantidad y el tamaño de los cortes de producción, los precios de referencia se han mantenido obstinadamente dentro del rango por debajo de lo que las economías de la OPEP que dependen del petróleo consideran un buen precio para su producto. ¿Cómo pasó esto?
Primero y ante todo, sucedió debido al auge del shale de EE. UU., Como Grant Smith, de Bloomberg, escribió en una descripción general reciente del petróleo en 2019. El consenso sobre el papel del crecimiento de la producción de Estados Unidos parece ser indiscutible. Todos los pronósticos de precios del petróleo, incluidos los de la OPEP, ahora incluyen regularmente el crecimiento de la producción de petróleo de los EE.UU.como la razón principal del crecimiento en el suministro no perteneciente a la OPEP que actúa como contrapeso a los esfuerzos de producción de la OPEP.
Los cortes de producción en los campos de Libia movieron los precios, pero solo por unos pocos días. Incluso el mayor corte de producción en la historia reciente, los ataques con aviones no tripulados y misiles en la infraestructura petrolera de Arabia Saudita, no pudieron mantener a Brent en $ 70 por más de unos pocos días. Por supuesto, como de costumbre, existía la hipótesis de que podría haber aumentado a $ 300 por barril si los ataques hubieran llevado a una guerra abierta en el Medio Oriente, pero la hipótesis es parte del juego del precio del petróleo que tiene poca relación con los precios reales.Relacionado: Del auge al busto: el éxodo de las ciudades de pizarras de Permian
En evidencia adicional de que el petróleo estadounidense se ha convertido en una fuerza a tener en cuenta, el último acuerdo de la OPEP para implementar recortes de producción más profundos no impresionó a un mercado que esperaba la profundización y sabía que esto no puede detener el crecimiento de la producción estadounidense. Los precios del petróleo aumentan habitualmente después de una reunión de la OPEP o una actualización desde el interior del cartel, o de un funcionario ruso ahora que los dos se han asociado en la producción, pero este año los aumentos de precios han sido de corta duración.
Los pronósticos fundamentales no han ayudado. La Agencia Internacional de Energía dijo en su último Informe del Mercado del Petróleo que el mercado mundial del petróleo probablemente superará los 700,000 bpd de la demanda a principios de 2020. Eso a pesar de los esfuerzos de la OPEP + y, sí, gracias al crecimiento en la producción estadounidense. Esa producción, dijo la AIE, impulsaría un crecimiento de 2.3 millones de bpd en el suministro no perteneciente a la OPEP, mientras que el crecimiento en la demanda de petróleo continuará desacelerándose.Relacionado: El acuerdo petrolero de 550,000 Bpd de Irak está en peligro
Confiar en las previsiones de precios del petróleo incluso del banco de inversión de mayor reputación es algo que se hace bajo su propio riesgo, pero ha habido indicios de que los precios podrían subir más, incluso en el nuevo entorno de mercado apático. Entre las señales están la mejora de las relaciones entre los EE. UU. Y China y, más recientemente, un informe del WSJ de que los bancos se están enfriando hacia los perforadores de esquisto bituminoso. Existe una muy buena posibilidad de que noticias como esta puedan sacar al mercado de su apatía.
Si los perforadores de esquisto pierden su fácil acceso al efectivo, el hecho podría incluso borrar la apatía por completo. Por ahora, sin embargo, el sentimiento abrumador en los mercados petroleros es indiferente por más tiempo.
Financial Times
La mayor pesadilla del mercado petrolero se hizo realidad por un breve período en 2019. Un atentado afectó más de la mitad de la producción total de Arabia Saudita, el mayor exportador mundial de crudo.
Pero en poco más de una semana, los precios del crudo volvieron a su nivel anterior al ataque. Se debió en parte a que las reparaciones se hicieron más rápido de lo esperado, y también a que las comercializadoras aseguraron que en la era del shale estadounidense es difícil sostener el temor a una escasez de crudo.
Puede que tengan razón. El precio del crudo comenzó 2019 cerca de u$s 60 el barril y parece que terminará el año más o menos en ese nivel.
La pregunta es si este 2020 será otro año extraordinariamente tranquilo para el crudo, con leve volatilidad gracias al gigante petróleo norteamericano. La historia indica que es poco probable y que los períodos de complacencia rápidamente darán paso a uno de mayor volatilidad. Los operadores y analistas ya discuten si el shale de EE.UU. puede seguir creciendo y, si no, cómo podría reaccionar el mercado del petróleo.
Son cinco los temas a observar de cerca durante 2020.
Las perspectivas para el crudo no convencional norteamericano probablemente sean el factor específico del petróleo que más influirá en la trayectoria del crudo el próximo año.
El sector tuvo un tremendo crecimiento en los últimos años, lo que acumuló presión sobre la OPEP, ya que la oferta se expandió más que la demanda. Pero hay señales de que el crecimiento del shale podría desacelerarse o eventualmente revertirse en 2020. Las pequeñas compañías independientes que todavía dominan el sector encuentran cada vez más difícil captar fondos y generar un flujo de caja libre positivo de manera constante.
Algunos analistas prevén que el shale de EE.UU. seguirá avanzando en la primera mitad del próximo año, pero luego se estancará o contraerá, por lo que podría suceder que la producción mayormente se mantenga en los mismos niveles en el cálculo de enero a diciembre.
Rystad Energy, una firma de investigaciones, estima que las inversiones en shale disminuyeron 6% este año, a u$s 129.000 millones y predice que caerán otro 11% en 2020, aunque todavía espera que la producción aumente levemente.
El comodín para el petróleo podría ser la solidez de la economía mundial. La demanda de petróleo se vio afectada en 2019 por la guerra comercial entre EE.UU. y China, que amenazaba con descarrilar una expansión económica que ya lleva una década.
Sin embargo, sigue creciendo; por primera vez su promedio se acercó a los 100 millones de barriles diarios aunque los analistas predicen una tasa de crecimiento anual inferior a 1% por primera vez desde que los precios se desplomaron en 2014.
"Las perspectivas para la demanda de petróleo en 2020 y, en gran medida, la previsión para los precios, dependerán de la recuperación del crecimiento económico mundial", dijo Stephen Brennock, analista de PVM Oil Associates.
La OPEP y sus aliados como Rusia (OPEP+) resisten como pueden al shale norteamericano desde 2016, y a principios de diciembre volvieron a recortar la producción en un intento por evitar que el mercado se vea inundado de nuevos suministros en el primer semestre del año próximo. Tuvieron relativo éxito en apuntalar los precios cerca de u$s 60 el barril, pero pocos esperan que suban mucho más los valores del crudo.
Sin embargo, los propios analistas de la OPEP prevén un 2020 con el mercado relativamente equilibrado, al menos si se mantienen los recortes, lo que implica que el equilibrio entre oferta y demanda será más ajustado en el segundo semestre del año que en el primero, en especial si la producción de shale estadounidense se desacelera.
La OPEP calcula que la demanda de crudo del cártel rondará los 29,6 millones de barriles diarios el año que viene -más o menos la misma cifra que se va a bombear según los últimos recortes, con gran parte del petróleo de Irán y Venezuela fuera del mercado debido a las sanciones de EE.UU.
"Al centrarse en los desequilibrios físicos de corto plazo, la OPEP+ apunta a un mercado físico ajustado", dijeron los analistas de Goldman Sachs.
Para el mercado de petróleo, las elecciones presidenciales estadounidenses en 2020 giran en torno a un hombre: Donald Trump.
El mandatario adicto a los tuits hizo de la reducción de los precios del crudo una parte clave de su discurso económico ante los votantes, y no duda en disparar por Tweeter exabruptos contra la OPEP si él piensa que el grupo - y en particular su estrecho aliado Arabia Saudí- está dejando que los valores suban demasiado.
Algunos analistas incluso creen que eso contribuyó a la decisión de Arabia Saudita de impulsar un recorte de la producción este mes, porque podría encontrarse con que es más difícil disminuir la producción durante un año electoral en Estados Unidos.
Este fue el año en que los inversores, al menos en el mundo desarrollado, comenzaron a tomar en serio el cambio climático.
Para los mayores productores de petróleo europeos, esto los lleva a buscar líneas de negocio más limpias y a pensar mucho en el futuro. El temor es que los bancos empiecen a tratarlos como mineros de carbón, limitándoles el acceso al capital.
Con el precio de sus acciones pasando por un mal momento -a pesar de que pagan dividendos extraordinarios- aumentan las posibilidades de que las grandes petroleras deban acelerar la transición energética. ¿Será 2020 el año para eso?
Las expectativas de que las tendencias medioambientales tomen mayor impulso flotan sobre toda la industria, y algunos analistas predicen que en la próxima década el consumo de petróleo podría llegar finalmente a su punto máximo.