Noruega basa su economía en la producción y exportación de petróleo y gas. Los beneficios de los ingresos obtenidos por el Estado noruego por la explotación del petróleo y el gas, ingresan en el Fondo de Pensiones de Noruega (Fondo Global), creado en el año 1990 para apuntalar una reserva de dinero que garantice las jubilaciones y el estado de bienestar del país, cuando los combustibles fósiles se agoten y dejen de nutrir las arcas estatales.
Hoy ese fondo tiene activos por más de 1.032.000 millones de dólares y es considerado el Fondo Soberano más grande del mundo, superando incluso a los fondos árabes.Entre otras inversiones cuenta con 35.840 millones de dólares en grupos petroleros como Shell; British Petroleum; Total; Exxon; Repsol.
Es en este contexto que, la semana pasada, el día 12 de junio el Parlamento noruego aprobó que el Fondo de Pensiones de Noruega desinvierta 12.000 millones de dólares que posee en empresas de combustibles fósiles. En contrapartida el Fondo fue autorizado a invertir hasta 19.000 millones de dólares en proyectos eólicos y solares.La decisión noruega es la mayor desinversión en combustibles fósiles y la mayor inversión en energías renovables que se ha registrado en el mundo hasta la fecha.
Esta determinación se fundamentó en la necesidad de «reducir la vulnerabilidad de la riqueza y diversificar», ante el descenso permanente de los precios del petróleo, la principal fuente de ingresos del país nórdico.El compromiso del Fondo Global de desinvertir en compañías de combustibles fósiles se ha calificado como histórico.Noruega entiende que el creciente riesgo climático obliga a desprenderse de esas inversiones y, más allá de lo ambiental, deja en evidencia que a futuro, el dinero inteligente estará en las energías renovables, principalmente en energía solar y eólica, PUBLICÓ LU17.
El fondo soberano de inversión de Noruega, considerado el mayor vehículo de inversiones de propiedad estatal en el mundo, dejará de invertir 11 mil millones de euros (más de 236 mil millones de pesos) en combustibles fósiles para apostar por las energías renovables.
Los países más desarrollados como Holanda o Noruega están cerrando la llave de la inversión a los combustibles fósiles para darle paso a la energía limpia y renovable. La decisión del gobierno noruego de retirar recursos al petróleo no sólo es por el bien del planeta, sino que basan su estrategia en el constante descenso de los precios del llamado oro negro, que pone en riesgo la riqueza del país nórdico.
La apuesta no sólo es retirar inversión al petróleo, sino que sea el Parlamento noruego el que decida cuánto se destine a invertir en combustibles renovables, como la energía eólica y solar, dos mercados conocidos con un gran potencial. Las cifras marcarían la mayor retirada de inversión en petróleo, gas y carbón y la mayor apuesta por energías renovables hasta ahora. Una estrategia que posiblemente seguirán otras economías mundiales.
Fuentes oficiales del Ministerio de Finanzas de Noruega consideran que el valor de las infraestructuras de energía renovable crecerán un 50 por ciento en 2030. Definitivamente un movimiento más económico que ecológico, pero es una llamada de atención para países como el nuestro que insisten en invertir en combustibles fósiles.
Todo hace creer que la era de las energías renovables está a la vuelta de la esquina, por lo que el gobierno mexicano debería tener un plan alterno que le permita ser parte de este nuevo mercado que traería muchos beneficios no sólo para nuestra economía, sino también para nuestro planeta, afirmó El Español.
Las autoridades ambientales españolas esperan que Noruega invierta pronto en sus proyectos de energía renovable.
Las aspiraciones se basan en las instrucciones del Parlamento noruego al Fondo de Pensiones del Gobierno Global, considerado el mayor fondo de riqueza soberana del mundo, de desinvertir en activos de combustibles fósiles y reinvertir en energía renovable.
«Confiemos en que nuestro país tenga la capacidad de ser atractivo y ofrecer suficiente seguridad para llevar parte de esa reinversión a nuestro propio territorio», dijo Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, en declaraciones el jueves.
La decisión de Noruega, que podría suponer hasta 17.000 millones de euros en nuevas inversiones, ha captado la atención de los gobiernos de todo el mundo con planes para cambiar sus sistemas energéticos a fuentes de energía limpia.
A principios de 2019, España entregó a Bruselas un Plan Integral de Energía y Clima, que prevé que el 74% de la energía provendrá de fuentes renovables para 2030, frente al 38% actual. Pero esto requerirá una inversión significativa y el desarrollo de un sistema de conexión eficiente para atraer a los principales inversores internacionales.
Ribera señaló que la decisión de Noruega está en línea con los recientes movimientos de otros gestores de fondos, como BNP Paribas o Amundi, el líder europeo en gestión de activos.
«Estamos asistiendo a una transformación muy importante del sistema financiero y a una transformación muy importante de las decisiones de inversión que esperamos que se hagan realidad de forma ordenada», dijo Ribera.