La empresa japonesa Lumina Copper está evaluando la opción de desprenderse de su participación controladora en la faena de cobre ubicada en la Región de Atacama, Caserones.
Esto, luego del encargo realizado por la compañía al banco de inversiones JP Morgan, en el que se le pide que actúe como su asesor financiero exclusivo para "la venta potencial de una participación de control".
Se trata de un documento confidencial al que tuvo acceso "El Mercurio", en el que la institución financiera define la operación como una "oportunidad de inversión en una importante mina de cobre a cielo abierto en Chile". De hecho, a lo largo del prospecto habla de nombres ficticios que hacen referencia a la minera inaugurada en 2014.
De la misma manera, se advierte que el documento -distribuido entre una cantidad reducida de potenciales interesados- no representa un proceso formal de venta, el cual ocurrirá recién con la entrega de los acuerdos definitivos por las partes relevantes.
Así, se destaca el potencial que tiene la eventual operación, la que es considerada como una oportunidad única para adquirir una mina a cielo abierto "de tamaño considerable, en una jurisdicción minera tradicional", que además cuenta con un molino de mineral y una planta de lixiviación con capacidad para producir 34.500 ktpa (miles de toneladas al año).
No obstante, el principal atractivo del yacimiento tiene que ver con su potencial, y con que al parecer este año al fin alcanzarían sus metas de producción, luego de cinco ejercicios en los que han tenido que enfrentar diversas dificultades en la operación.
Se apunta a que al cierre de este año se superen por primera vez las 153 mil toneladas de cobre fino, objetivo que va bien encaminado, ya que a la fecha se han cumplido las metas mensuales establecidas.
Las perspectivas tienden a elevar ese indicador a un promedio de 175 mil toneladas anuales de mineral con bajas impurezas el próximo quinquenio, lo que incrementa su atractivo para su venta a las fundiciones.
Otras de las virtudes que se enumeran es la infraestructura asociada a Caserones, que incluye el suministro de agua y energía, además de accesos a puertos en Atacama y Antofagasta para los envíos de concentrados y cátodos, respectivamente.
Junto con esto, se revelan detalles del plan de eficiencia y optimización que ha impulsado en 2018, que incluye un alza del 28% en el rendimiento del molino, un aumento de 16% en la recuperación de cobre y una caída en 10,8% del costo de producción.
Se precisan también oportunidades para seguir profundizando este programa, con una integración adicional de las operaciones, la maximización de las horas de operación y el plan de diseño de la mina, y la implementación adicional de eficiencias en la estructura de costos. A esto se suman oportunidades de exploración en la zona de concesión, en un "área de mineralización altamente prospectiva".
El incipiente proceso ha llamado la atención de medios extranjeros, y según publicó Wall Street Journal, una potencial venta del yacimiento rondaría los US$ 1.000 millones.
Pero también existen factores en contra y muchas interrogantes que aún faltan por resolver en caso de que aparezcan interesados para comprar Caserones. El principal tiene que ver la deuda de más de US$ 3.000 millones que arrastra la minera, así como cargos por más de US$ 35 millones que anunció la Superintendencia del Medio Ambiente en contra de la iniciativa.
Consultada la empresa, la filial local sostuvo que no cuenta con información al respecto.
Producción Se estima que la faena puede llegar a 175 mil toneladas de cobre al año.