En Honduras, miles de personas extraen oro en antiguos túneles y galerías como hicieron los españoles hace 500 años. Esta actividad es peligrosa para la salud y poco rentable para los lugareños.
En la pequeña y pintoresca ciudad de El Corpus, en el sur de Honduras, se homenajeó a sus mineros con una estatua frente a la antigua iglesia: un minero con casco y un martillo a punto de golpear una roca. Ya los españoles comenzaron hace 500 años a extraer este metal precioso.
Las montañas de los alrededores están surcadas por galerías y túneles que nadie se ha parado a contar. Solo lo saben los buscadores de oro, quienes diariamente se adentran en las entrañas de las montañas para obtener un gramo de oro a la semana. "Los comerciantes locales nos pagan entre 500 y 550 lempiras”, dice Santos Marabiana, el equivalente a 16 o 18 euros. Es menos de la mitad del valor del oro en la Bolsa. En El Corpus, los comerciantes son los que más ganan, de entre los casi 2.000 buscadores de oro.
Algunos tienen su propio molino de oro. Un hombre, que prefiere permanecer en el anonimato, muestra su propia construcción: cuatro piedras blancas, muy pesadas y transportadas con mucho esfuerzo hasta El Corpus. El motor de un camión, con más de 300 caballos de potencia, se encarga de impulsar las aspas, reseñó, Deutsche Welle
"Todos los días procesamos unas tres toneladas", dice, señalando unas pocas bolsas blancas con rocas del tamaño de un puño que él y sus colegas han extraído de la montaña. Las grandes piedras se encargan de moler las pequeñas rocas además del agua y el mercurio. El metal pesado se une al oro. Esta amalgama se calienta, y el mercurio, un elemento químico tóxico, se evapora. El propietario del molino reúne al final del día siete gramos de oro. Los ingresos se reparten entre seis personas y sus familias.
Todos los días, los hombres bajan de nuevo a las profundidades de las montañas. Los túneles y las galerías se pueden derrumbar en cualquier momento o pueden fallar las conexiones eléctricas y permanecer en completa oscuridad. No hay pasamanos, no hay nada, solo la experiencia que sirve a los mineros de orientación.
Recientemente, compañías internacionales se han fijado en el oro de El Corpus. Del valle, en los alrededores de la ciudad, surge una gran mina. Esta pertenece a la empresa estadounidense Inception Mining. Pedro Landa, experto en minería de la organización no gubernamental "Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación" (ERIC), visitó el lugar y dijo que "cuando la mina implementa sus concesiones, toda la montaña se convierte en una mina de oro". El experto está además seguro de que las rocas se rocían con cianuro, una práctica común, para extraer oro del suelo.
El problema con este método es que a menos de cien metros, vive gente en chozas. Otra persona, que tampoco quiere dar a conocer su nombre, se queja de que hay muy poca agua desde que la mina la está extrayendo de pozos que ordena abrir. Se mudaría a otro lugar si la compañía comprara su terreno junto a la mina, pero la empresa no ha mostrado interés alguno.
Según el gobierno de Tegucigalpa, las compañías deberían dialogar constructivamente con los residentes locales. Pero él no cree que pueda reclamar sus derechos. "El Gobierno nunca está del lado de los pobres", dice quejándose. "Todo lo que nos queda al final es la contaminación", añadió. Y es así, literalmente, porque la mina está tan cerca de su vivienda, que cuando el viento arrecia, el cianuro podría caer sobre su techo.
Las exportaciones mineras hondureñas sumaron 132,8 millones de dólares hasta julio de este año, un 34,6 por ciento más de lo reportado en el mismo período de 2017, informó hoy una fuente oficial.
El Banco Central de Honduras detalló en un informe que las exportaciones fueron superiores en 34,2 millones de dólares frente a los 98,6 millones de dólares de los primeros siete meses de 2017.
El alza en las exportaciones mineras en los primeros siete meses obedece al incremento en las ventas de zinc y de plomo, detalló La Tribuna
El país centroamericano exportó 37,4 millones de dólares en zinc, 24 millones de dólares (179,1 por ciento) más que los 13,4 millones de dólares vendidos en el periodo de referencia de 2017, añade el informe.
También vendió 11,7 millones de dólares en plomo, 216,2 por ciento superior a los 3,7 millones de dólares exportados en el mismo periodo de 2017, apuntó el organismo hondureño.
El valor exportado de oro disminuyó el 7,1 por ciento al reportarse ventas por 59,7 millones de dólares, frente a los 64,3 millones de los primeros siete meses de 2017, según el organismo hondureño.
La reducción en las exportaciones de oro obedece a la caída en el volumen de 12,1 por ciento, pero ello fue contrarrestado parcialmente por un alza en el precio de 5,7 por ciento, añadió.
Además, Honduras vendió 24 millones de dólares en otros minerales en los primeros siete meses de 2018, frente a los 17,2 millones del mismo lapso de 2017, lo que representa el 39,5 por ciento más, precisó el Banco Central.