Transcurridos más de cuatro meses desde la audiencia pública realizada para evaluar el eventual impacto del enriquecimiento de uranio en el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu todavía no existe un informe ambiental definitivo.
La ONG ambientalista Arbol de Pie, que tuvo activa participación en la audiencia del 27 de febrero, se quejó de que hasta ahora la secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Río Negro guardó silencio. Esto a pesar de que el Superior Tribunal de Justicia al ordenar la convocatoria de la audiencia dijo que todo debía concluir "con una nueva resolución ambiental".
Ana Wieman, de Arbol de Pie, dijo que el dictamen esperado tendría que contener "los requerimientos precisos a cumplir por parte de la Comisión Nacional de Energía Atómica" en la planta de enriquecimiento de uranio ubicada a orillas del río Pichileufu.
Aseguró que el estudio de impacto ambiental elaborado por técnicos de la Universidad Nacional del Comahue y también lo escuchado en la audiencia pública dejaron muchos interrogantes "por ejemplo en relación a los efluentes del proceso industrial", que el estudio recomendó derivar a "un mallín artificial", aunque con la advertencia de desaguar un 10% en el mallín natural ubicado junto al río, con el fin de "mantenerlo húmedo".
Wieman dijo que otra recomendación del estudio es "colocar una cobertura de alambre tejido sobre el mallín" para que no entren animales que luego lleven residuos con uranio al resto de la cadena trófica.
"A nuestro entender la demora se debe a todo ésto, que es muy complejo de resolver -dijo la ambientalista-. Todo lo que se escuchó en la audiencia pareció maravilloso, pero el estudio tiene 1.400 páginas y lo que figura ahí no es tan maravilloso".
La secretaria de Ambiente, Dina Migani, aseguró ante una consulta de este diario, que la resolución final requerida por la Justicia "ya pasó la etapa técnica, está bajo revisión de la asesoría legal" y se va a dar a conocer en pocos días.
Luego de la audiencia de febrero Arbol de Pie pidió por nota que se realice un "informe de riesgo radiológico" sobre la población ubicada aguas abajo del Pichileufu y también "un estudio exhaustivo de la fauna y la flora", porque nada de eso fue incluido en el estudio de impacto ambiental.
También advirtió sobre el informe de ex trabajadores de la planta que informaron sobre el entierro de antiguos equipos contaminados que la CNEA empleó en el proceso del uranio durante las décadas del 80 y 90. "Sólo repetimos lo que dice la gente y que debe ser constatado", señaló Wieman.
El Departamento Provincial de Aguas (DPA) no autorizó a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) el volcado de desechos de uranio enriquecido al río Pichileufu. A su vez, afirmó que el proyecto de tratamiento de residuos, se encuentra en sus albores.
Así quedó documentado ante un pedido de informes del legislador Alejandro Betelú (UCR) buscando aclarar aspectos sobre el permiso de uso de agua pública y posterior escurrimiento de efluentes. La solicitud está referida a la necesidad de fabricar ese combustible en el Complejo Tecnológico Pilcaniyeu.
Betelú -precisamente- se basó en que un estudio preliminar de impacto ambiental presentado por la CNEA a la Secretaría de Ambiente, con carácter de declaración jurada, hace mención a vertidos de líquidos al curso de agua.
La superintendenta del DPA, Raquel Morales, reveló en una nota enviada a la Legislatura el 25 de marzo y entregada recién el 30 de junio, que "varias de las consideraciones" del estudio de impacto de la Uncoma elevado por la CNEA perdieron vigencia.
Sostuvo que "no (se) aceptó la hipótesis" del volcado al río de "ningún tipo de efluentes" por lo que la CNEA propuso reformar la planta de líquidos cloacales y emplazar un sistema natural denominado Filtro Fitoterrestre. Es una laguna artificial impermeable con plantas acuáticas absorbiendo nutrientes de efluentes y evaporando líquidos que eviten contaminaciones de tierra y napas.
Según el DPA, una vez verificada que la calidad de la descarga (fluoruro) cumpla con los límites máximos admisibles "se unifica en el humedal artificial con los líquidos cloacales".
Indica que de la misma forma, previa verificación de que la calidad de salida alcance las condiciones exigidas para el reuso de efluente en riego, se dispondrá de éste en un predio de seis hectáreas. Además el sistema (filtro y humedal) se encuentra "en una fase 'preoperativa'"; agrega la respuesta oficial. Precisa que se implantan especies vegetales, y se deriva el 90% del caudal de la planta para su riego, en tanto que el 10% se mantiene sobre el humedal que es fiscalizado por inspectores. Estos, añadió, "informarán el momento en que estas instalaciones queden habilitadas para el funcionamiento normal".
Ratificó que permitió uso de agua sólo para esa primera fase, y que en vistas de habilitar las instalaciones en operación normal -previa inspección- se emitirá un nuevo consentimiento. Concluye en que proseguirán los controles para verificar el "funcionamiento" del proceso de tratamiento que se requiere cuando haya que "otorgar la autorización de descarga con destino final de reuso" de líquidos.