La empresa española Sacyr, que lidera el consorcio encargado de la ampliación del Canal de Panamá, señaló este jueves que "mantiene abierta" la interlocución con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) "para alcanzar un acuerdo satisfactorio que ponga fin al actual desequilibrio contractual".
En un comunicado remitido antes de la apertura del mercado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sacyr explica que, por razón de incumplimientos graves e imputables a la ACP y conforme a los términos contractuales "se ha comunicado formalmente que se procederá a la suspensión de los trabajos si los incumplimientos denunciados no son remediados dentro del periodo de preaviso (21 días)".
El consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), formado también por la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña Cusa, ha presentado "fundadas reclamaciones en relación con los sobrecostes del proyecto derivados de circunstancias sobrevenidas e imprevisibles ante las diversas autoridades competentes", añade la nota.
GUPC, subraya, ha venido desarrollando continuados esfuerzos para que la ACP atendiera estas reclamaciones, cuyo importe global asciende hasta la fecha a unos US$1.625 millones.
Sin perjuicio de lo anterior, concluye el comunicado, GUPC "mantiene abierta la interlocución con la Autoridad del Canal de Panamá para alcanzar un acuerdo satisfactorio que ponga fin al actual desequilibrio contractual".
Ayer, el consorcio anunció que suspendería las obras en 21 días si no se llega a un acuerdo sobre esos sobrecostes, lo que las autoridades panameñas tildaron de "presión" inaceptable e incluso hablaron de asumir el proyecto.
Alonso, en declaraciones a la cadena SER recogidas a Europa Press, ha subrayado que el Gobierno panameño sabe que "todo lo que se ha hecho en la obra es necesario" y que se han pasado "muchísimas cosas" que no estaban en el proyecto que se entregó al consorcio para ser desarrollado. El portavoz de Sacyr ha insistido en que el rechazo de todas y cada una de las reclamaciones que está realizando el consorcio por esa asunción de extracostes "que no les corresponde" está generando una "tensión de tesorería y liquidez" que hará imposible seguir con las obras si el asunto no se soluciona. "El consorcio ha hecho decenas de reclamaciones, muy bien justificadas, y no se ha concedida ninguna. Se está creando una tensión de tesorería y liquidez que no se generaría si se admitieran algunas de las reclamaciones", ha explicado.
Alonso ha indicado que el proyecto original "no ha variado" pero que se han producido "elementos extraordinarios imprevistos" que no estaban en el presupuesto. En su opinión, lo más conveniente ahora es establecer "un diálogo, una negociación, a un nivel más ejecutivo", para que las reclamaciones del consorcio adjudicatario sean analizadas "una por una". El portavoz de Sacyr ha negado que el anuncio de la suspensión de las obras sea una "medida de presión". "Si el proyecto no tiene liquidez, no habrá manera de seguir, queremos acabar las obras pero asumiendo cada parte su responsabilidad", ha insistido.
Preguntado por la intención del Gobierno español de intervenir en este asunto, Alonso ha afirmado que todas las ayudas para que la obra siga adelante y finalice "son bien recibidas", al tiempo que ha asegurado que esto no tiene por qué pasar factura a Sacyr, que sigue ganando contratos en el exterior porque cada obra es diferente. Presidente panameño Alonso ha realizado estas declaraciones después de que el presidente panameño, Ricardo Martinelli, asegurara ayer que iba "a ir a España e Italia a exigirle a estos gobiernos, porque no puede ser que una empresa meta una cantidad enorme de sobre costos en una obra de ampliación, que es una obra de la humanidad, que cuando ellos licitaron pusieron un precio y ahora van a venir con el cuentito de que están subiendo los precios". "Hay una responsabilidad moral del gobierno italiano y del español", aseguró el líder panameño, que se mostró convencido de que "la obra se desarrolle bajo el contexto en el que se negoció".