ELIZABETH OSTOS
Venezuela, la antigua potencia energética del sur de América, con reservas probadas de 303.805.745 millones de barriles del petróleo y 200.325.484 millones de pies cúbicos de gas en su subsuelo, afronta la crisis de suministro de combustible más severa de su historia.
La disminución de las inversiones en el negocio medular de la economía nacional afectó las operaciones en la empresa estatal Petróleos de Venezuela-Pdvsa- , la expulsión de personal y talento por motivos políticos, la corrupción y una gerencia deficiente son factores que contribuyeron a la merma de la industria energética local.
Así lo han denunciado analistas de mercado independientes quienes señalaron que las sanciones del gobierno de los Estados Unidos al de Maduro han complicado más el trabajo de Pdvsa. Hay poco flujo de caja en la empresa y sus antiguos socios comerciales se han ido.
Esto ha permeado hacia el mercado interno, el cual no cuenta con productos para atender las necesidades de la población. En estos momentos de pandemia e incertidumbre, el gobierno de Maduro ha arreciado el racionamiento de gasolina y gas propano (almacenado en cilindros metálicos) en todo el país.
Por órdenes del líder bolivariano solo hay surtido de gasolina a personal médico, militar y policial. Excepcionalmente hay recarga a particulares en la capital, Caracas. Todo está siendo supervisado y administrado por funcionarios de las Regiones Estratégicas de Defensa Integral (REDI) y las Zonas Operativas de Defensa Integral (ZODI).
Empresarios como Armando Chacín, presidente de la Federación de Ganaderos de Venezuela- Fedenaga- denuncian una crisis si no hay gasolina para los enclaves productores de alimentos. “No podremos distribuir mercancía a todo el país. Hay municipios y estados sin una gota de combustible, lo cual agravará el desabastecimiento que ya es crónico en este país”.
Ciudadanos residentes en Caracas hacen filas para surtir gasolina
Así lo declaró a Infobae vía telefónica desde el fronterizo estado Zulia, un tradicional productor de carnes y lácteos. Denunció que en Apure, Zulia, Táchira y Mérida nadie entra o nadie sale sin permiso de los militares que manejan los Redi y Zodis.
“La excusa es que se está contribuyendo con el aislamiento social para atacar la expansión del coronavirus en el país, al restringir la gasolina. El tema es cómo se puede administrar este racionamiento”, dijo.
Según la encuesta nacional de impacto del Covid-19 que diariamente distribuyen asesores del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, el 78,67% del país no recibe gasolina o gas oil (para transporte pesado), 17,26% recibe poco o intermitente el producto y solo el 0.96% tiene suministro.
Otro empresario agroproductor del estado Mérida, Justo Tavares, explicó a Infobae: “Para nadie es un secreto que el litro de gasolina que se vende en Venezuela es el más barato y contrabandeado del mundo. Un tanque de 60 litros se llena con menos de un dólar”.
“En este momento, hay una feria de reventa de gasolina y hemos sido testigos que funcionarios militares cobran dos dólares por litro. Hay quien lo paga porque el gobierno le emite el salvoconducto para mover la mercancía pero no garantiza la carga de combustible. No se pierde la comida y lo que cuesta se traslada al precio final de los alimentos. Aquí estamos en plan de supervivencia y es lo que estamos haciendo para poder surtir de lo que producimos a nuestros clientes más fieles”, explicó Tavares.
Y no solamente es el combustible líquido. La ausencia de gas propano es notable en el país. Además de las largas filas que se hacen en torno a las estaciones de servicio que suministran gasolina, ya es usual ver en las calles de ciudades y pueblos aglomeraciones de personas en los puntos de distribución de gas.
“En apenas 15 días de control de la pandemia en el país hemos notado que el régimen dejó de surtir gas a las comunidades, no hay excusa para que esto suceda”, dijo el diputado Elías Matta.
Caraqueños esperan comprar gas propano y denuncian escasez del producto
En declaraciones a medios locales, Matta, del partido opositor Un Nuevo Tiempo, aseguró que la crisis energética es estructural. “Venezuela tiene las octavas reservas de gas más grandes del mundo y aquí nadie tiene el recurso por negligencia del régimen”.
Dijo que una investigación que lidera detectó que desde principios de 2020 el suministro de materia prima para el llenado de bombonas (cilindros) de gas se redujo en 50%. “Esto es producto de la mala gestión y planificación en la industria. La demanda interna de gas de bombona llegó a niveles de 47 mil barriles diarios para 2017 y la de gas directo fue de 2.444 millones de pies cúbicos, esta cifra está muy por debajo en este 2020, no hay quien trabaje e invierta en Pdvsa”, denunció el parlamentario.
Un experto en temas energéticos, Antero Alvarado, explicó a Infobae el porqué de este déficit de combustible en Venezuela.
“En el segmento gasolina hay una combinación de factores. Acá se produce algo del producto y lo demás se importa, no hay números fijos de lo que se trae, el gobierno lo evalúa constantemente”, advirtió.
En entrevista con Infobae, Alvarado explicó: “Venezuela viene con una disminución muy grande del mercado interno de gasolina en el que se producían 320 mil barriles para el 2012 y años más tras eran 700 mil. Ahora, lo que se necesita no pasa de 160 mil barriles diarios. Las importaciones que ha hecho el gobierno han sido variables, hay meses que se traen 220 mil barriles, otro mes 70 mil. Uno sube, otro baja”.
Sobre el trabajo en las procesadoras locales de combustible, el también director de Gas Energy Latin America informó que “las refinerías hasta hoy pueden producir un 20% de la demanda nacional y el resto es importada, es un juego que realizan ellos (el gobierno de Maduro), si pueden meter más gasolina nacional lo hacen, pero si necesitan crudo liviano buscarán otras opciones y garantizar que las refinerías estén funcionando”.
En cuanto al costo del producto, Alvarado señaló “la gasolina nacional no tiene precio, (seis bolívares por litro, equivalente a 0,000075 centavos de dólar) eso hace que el consumo sea infinito, y que no exista una cierta moderación por parte de las personas”.
El analista plantea que se privatice el sector productor y distribuidor, “incluso las estaciones de servicio que hoy están abandonadas pueden pasar de manos estatales a empresas que las recuperen y las hagan rentables. Este es el momento de privatizar”.
-¿Qué estados de la República reciben menos gas?
- Los estados fronterizos son los que más sufren la ausencia de gas por el tema del contrabando. El gas no tiene precio acá es demasiado barato (0,375 centavos de dólar una bombona de 10 kilos). En Maracaibo, muy cerca de Colombia, se puede tener el mismo volumen de consumo que en Caracas, pero allá hacen cola para obtener el producto y en la capital no. El país requiere 20 mil barriles de propano por día y esto no se está produciendo.
Estimó Alvarado que el 89% de la población cocina con gas propano (bombona) en tanto que 7% tiene gas metano, el cual se mueve por tuberías llega directamente a las casas. “En este momento hay déficit de llenado de bombonas y esto se evidencia en indicadores sociales. En 2019 registraron alrededor de 70 protestas al mes en todo el país por falta de gas”.
-¿Qué medidas puede tomar el gobierno para cubrir el déficit?
-Privatizar para que haya competencia. Pero las empresas deben trabajar en un marco jurídico en donde existan reglas claras y un esquema de precios que permita la operatividad. El costo del producto es un tema por considerar. ¿Quién va a importar para vender a 30.000 bolívares la bombona?
-¿Cuánto debería costar una bombona de gas propano en este momento en Venezuela?
-Cerca de ocho dólares, este costo puede aumentar si se van a hacer mejoras en la producción y distribución. El esquema de subsidios e incentivos a los consumidores puede funcionar como se hace en otros países. Hemos sabido que en los andes venezolanos (sur occidente) una bombona de 10 kilos se vende hasta en 15 dólares.
Antero Alvarado señala que “en el oriente del país hay gas metano que se utiliza para surtir a empresas, a un grupo reducido de sectores residenciales y para la generación eléctrica. En Venezuela hay gas, el tema es cómo transportarlo. La solución pasa por masificar el metano, es más económico. Este producto se puede trasladar vía gasoductos a las regiones del país y empresas privadas podrían hacerlo. Se podría construir una línea directa hacia los estados andinos, por ejemplo”.
El Deber
ALVARO RÍOS ROCA*
La mañana del jueves 26 de marzo, como es costumbre, comenzábamos a escribir la entrega mensual dominical y pensábamos hacerlo sobre la analogía y paralelismo existente entre los subsidios a los energéticos practicado en varios países latinoamericanos y el coronavirus, y lo que es políticamente correcto y lo que es económicamente correcto. Sin embargo, lo dejaré para la siguiente entrega.
A media mañana, nos enteramos de la contundente acción tomada por el gobierno de EEUU para ponerle un precio de 15 millones de dólares a la cabeza de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela y por supuesto al dictatorial régimen que lo acompaña por vinculaciones directas con el narcotráfico y con la transnacional del crimen organizado. Muchos otros estarán observado agazapados y tal vez asustados.
Donald Trump, en su más puro estilo pragmático de gobernar, que; por supuesto, no gusta a muchos dentro y fuera de su país, lanza esta medida contra Maduro con el objetivo de darle una estocada final y en momentos muy particulares.
Los precios del petróleo se desploman en 44% en los últimos 12 meses por la predicción de reducida demanda (fruto del virus) ante las restricciones a la actividad económica, y sobretodo al movimiento de vehículos privados, aviones comerciales, cruceros y otros en varios países del mundo. A esto se suma la decisión de Arabia Saudita y Rusia de no pactar menor producción para elevar los precios. Tormenta perfecta por el momento para el sector de hidrocarburos y para impactar a los frackers en EEUU.
Estos frackers de petróleo shale en Estados Unidos resultan los más perjudicados por los bajos precios, debido a que muchas áreas (sweetspots) no cubren costos de producción a estos precios de 20 a 30 $us/barril para continuar frackeando la roca y mantener y/o elevar producción.
En el otro lado del espectro, los costos en Arabia Saudita y Rusia se cubren sin problema o ya están cubiertos por la producción de petróleo convencional y sus largos ‘plateaus’ de producción sin problema.
Esto no implica que las arcas estatales de estos dos países no sufran. Lo hacen y mucho, pero ya tomaron la decisión. Los muy liberales texanos republicanos, y que son impulsores del fracking, respaldan la mayoría de las políticas de Trump y los precios bajos del petróleo los tienen muy preocupados y en particular a las miles de empresas que realizan la actividad.
Vamos entonces a coincidir en que la estocada de colocar precio a la cabeza de Maduro y su régimen vienen acompañados de premisas básicas para hacerlo. Veamos. Primero se golpea a Maduro y su régimen cuando los ingresos de su casi única fuente de exportación se desploman notablemente.
Si hacemos historia los ingresos aproximados por exportaciones de petróleo en Venezuela son: 45,6 billones de dólares (2009), $us 55,8 billones (2014), $us 17,2 billones (2019) y $us 7,4 billones a los precios actuales proyectados. Y eso que las cifras de 2019 y las actuales son aún menores por las sanciones impuestas por EEUU y por tener que triangular con los precios. Como vemos el régimen de Maduro esta sin oxígeno económico.
En el entorno de incertidumbre en la economía mundial por la guerra comercial, guerra de precios de petróleo y el pánico por el virus, es que los aliados fuertes de Venezuela, en particular Rusia, Irán y China no tienen foco para concentrarse en defender a Maduro y entregarle recursos frescos que lo dejen respirar y que tal vez jamás vuelva a ver. Es decir, un buen timing para la estocada.
Caído Maduro, ¿es el objetivo final no es cierto?, será Juan Guaidó o algún otro opositor que tome las riendas del país y del sector petrolero. Sin lugar a ninguna duda, por la pésima y corrupta gestión en Pdvsa se puede levantar producción y mejorar eficiencia con la participación de empresas privadas y con costos de producción similares a los de Arabia y Rusia.
¿Puede ser no? Además, Maduro ya venía privatizando y cediendo bajo la mesa a empresas privadas. El interés económico de la estocada.
Finalmente, no olvidemos que la campaña en EEUU entra en fase final en breve y nada mejor para Trump y sus seguidores, y también millones de indecisos que poder detener y sacar del poder a un supuesto narcodictador que está muy cerca de sus fronteras. El interés político para la estocada.
*