Tres fases: emergencia humanitaria, estabilización de la economía y reformas estructurales.
FRANCO BALSA TASSARA CÁNEPA
“Bienvenidos a la recuperación económica más rápida del siglo XXI”, exclamó recientemente Reinaldo Díaz, representante en México del presidente encargado de Venezuela Juan Guaidó, al presentar el Plan País ante funcionarios y empresarios.
¿Qué es el Plan País? ¿Cuáles son sus propuestas en materia económica? ¿Realmente logrará la recuperación más rápida del siglo XXI, como señala Díaz? Son algunas de las interrogantes que se intentará responder en este informe.
El Plan País es una hoja de ruta para la reconstrucción de Venezuela que se aplicará una vez que cese la usurpación del poder por parte del chavismo, encabezado por Nicolás Maduro.
Este documento se elaboró a fines del 2018 y se publicó en el 2019, cuenta Ángel Alvarado, diputado de la Asamblea Nacional y coordinador político del área Macroeconomía del Plan País. Por esta razón, el político advierte que algunas propuestas pueden haber perdido relevancia y requieren ser revisadas y actualizadas. No obstante, menciona que gran parte de lo esbozado en el plan sigue vigente.
El Plan País contempla tres fases en materia de política económica: atención de la emergencia humanitaria compleja, estabilización de la economía y aplicación de reformas estructurales.
Asimismo, en conversación con El Comercio, Alvarado declara que el plan apuesta por tres elementos que permitirían una recuperación económica en el menor tiempo posible: empoderar a la sociedad, aumentar significativamente la producción de petróleo y gas, y lograr constituir un fondo con un capital entre US$80.000 millones y US$100.000 millones.
“La constitución de este fondo serviría para reactivar la economía, poner en orden las cuentas fiscales, fortalecer la moneda nacional, así como para atender la emergencia humanitaria que hay en el país”, detalla el diputado.
En esa línea, José Manuel Puentes, economista y profesor titular del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) de Venezuela, menciona que es indispensable buscar ayuda financiera internacional, debido a que Venezuela no podrá salir sola del desajuste macroeconómico y social en el que se encuentra.
“El país está muy endeudado. Tiene más de US$130.000 millones en deudas y cerca de US$25.000 millones en bonos vencidos; mientras, el nivel de reservas internacionales es el más bajo en los últimos 31 años, con apenas US$6.780 millones a febrero del 2020. Por eso, se necesitan recursos financieros multilaterales en grandes volúmenes para poder generar los programas sociales y reactivar la economía”, agrega Puentes.
Pero ¿hay países que respalden esta propuesta y estén dispuestos a invertir en Venezuela? El diputado Alvarado responde que sí y que son todas aquellas naciones que han colaborado en poner sanciones al régimen de Maduro, como son los países miembros del Grupo de Lima, Estados Unidos y algunos países europeos.
“Hay oportunidades muy importantes, pero las ofertas se concretarán dependiendo de cómo se dé el cambio y la consolidación del nuevo régimen político”, detalla Alvarado.
De acuerdo con cifras de Ecoanalítica, en febrero el 55,7% de los venezolanos realizó pagos en dólares, y apenas un 35,7%, en bolívares.
“Debido a la hiperinflación, el repudio hacia la moneda local [el bolívar] ha aumentado, y eso ha hecho que esta esté compitiendo con otra moneda. El bimonetarismo se ha acentuado en el último año”, explica.
En ese sentido, Alvarado menciona que el Plan País contempla devolverle la independencia al Banco Central de Venezuela y posiblemente crear una nueva moneda.
“Esta nueva divisa deberá ser competitiva para mantenerse en el mercado y ganarse la confianza de la gente”, agrega.
Asdrúbal Oliveros, economista director de Ecoanalítica, se muestra a favor de la creación de una nueva moneda. Considera que, con una mejor gestión del Banco Central, se podría emitir una que pueda competir en el mercado venezolano, junto al dólar, euro y otras divisas que circulan en dicho país.
“Con el paso del tiempo y con medidas adecuadas, se lograría desdolarizar la economía, una vez que los ciudadanos empiecen a confiar en esta moneda”, indica Oliveros.
Las propuestas para rescatar a Venezuela de la profunda crisis económica ya están planteadas. Sin embargo, para que estas se puedan ejecutar es indispensable el cese de la usurpación y, en palabras del diputado Alvarado, “nadie sabe, solo Dios” cuándo podría ocurrir.
En cuanto a la afirmación de si el plan permitiría la recuperación más rápida del siglo XXI, hay consenso en que aún es muy pronto poder predecirlo.