Charles Vincent es, para todos los efectos, un desconocido en el mundo de las finanzas globales.
Realice una búsqueda básica en internet para obtener información sobre él o la empresa con sede en Ginebra para la que trabaja, Pipaud & Partners Sarl, y no aparece casi nada. Pase por la dirección que Pipaud pone en su membrete y no hay signos aparentes de su presencia allí. Y, sin embargo, cuando Vincent apareció en Caracas a principios de agosto con un plan absurdo, casi fantástico, para liberar alrededor de US$1.500 millones en oro venezolano congelado en cuentas en Londres, los funcionarios del banco central del país no solo lo recibieron, sino que lo escucharon con gran interés
Vincent, de nacionalidad inglesa, los cautivó con una estrategia que dijo tener para evadir sanciones que de otra forma prohibirían tal transacción, según tres personas que escucharon la propuesta o fueron informadas al respecto. Los funcionarios del banco central todavía están considerando si seguir adelante, dijo una de las personas.
El hecho de que la reunión haya tenido lugar muestra cuán determinado y desesperado está el régimen de Nicolás Maduro por encontrar formas de evadir las sanciones estadounidenses que han reducido el flujo de divisas al país y han profundizado el peor colapso económico de su historia. Los funcionarios necesitan el efectivo para financiar importaciones cruciales de alimentos y pagar el equipo y el mantenimiento necesarios para que la compañía petrolera estatal continúe bombeando crudo.
Pipaud, que se describe como una administradora de inversiones, actúa como intermediario comercial entre empresas en Suiza y el mundo, según documentos de registro en Ginebra.
Vincent les dijo a oficiales venezolanos que su empresa podría presionar a funcionarios ingleses para que liberen el oro de Venezuela y lo vendan a un banco austriaco por US$1.000 millones, monto que incluye un descuento aproximado de 30% del valor de mercado actual del metal, según una copia de la presentación vista por Bloomberg. No era explícito, pero los documentos parecían sugerir que Vincent cobraría un porcentaje por la diferencia entre el valor comercial del oro y la cantidad que obtendría Venezuela.
A principios de este año, el Banco de Inglaterra negó una solicitud del régimen de Maduro para retirar su oro almacenado allí, según personas cercanas al tema. La decisión se produjo después de que altos funcionarios de Estados Unidos presionaron a sus homólogos del Reino Unido para ayudar a aislar a Maduro de los activos en el extranjero, dijeron las fuentes.
Funcionarios de prensa del Banco de Inglaterra declinaron hacer comentarios. Yosendy Chirguita, portavoz del banco central de Venezuela, no respondió a las solicitudes de comentarios.
Otro escenario en la propuesta de cinco páginas de Vincent establecía que Venezuela utilizara una refinería de metales estatal en la ciudad austriaca de Graz para procesar el oro y luego vender una tonelada por semana a un banco checo. En otra idea, Vincent sugiere que un país que no ha podido pagar alrededor de US$60.000 millones en deuda externa podría emitir un bono de US$5.000 millones, suscrito por un banco en Singapur, cuyo sitio web indica que se especializa en ofrecer servicios a empresas de eliminación de residuos.
Sean Kane, abogado de Dechert LLP en Washington que trabajó anteriormente en la unidad de sanciones del Tesoro, dijo que las propuestas le parecían descabelladas.
“No es nada inusual que las partes sancionadas, como el gobierno de Venezuela, busquen mecanismos de recaudación de fondos o contrapartes poco ortodoxos como este, teniendo en cuenta que cualquier comerciante de bonos o institución financiera de alto perfil tendría mucho que perder si las sanciones son activadas,” dijo.
Pero en una señal de cuán en serio los funcionarios tomaron las ideas de Vincent, estaban dispuestos a ofrecer una respuesta cuando él preguntó cómo le pagarían si el plan fuese ejecutado, según personas que supieron de la reunión. Vincent fue avisado que podían enviarle el dinero a través del banco central de España, una institución que el régimen de Maduro ha estado intentando utilizar cada vez más para manejar sus transacciones internacionales.
Un funcionario del Banco de España dijo que la firma de Vincent, Pipaud & Partners Sarl, no aparece como beneficiario u originador de ninguna transacción en la cuenta que el banco central venezolano tiene con el Banco de España.
El banco central español ha dicho anteriormente que la cantidad de fondos en la cuenta de Venezuela es pequeña y que no ha habido un cambio significativo en la actividad en los últimos años. Las transacciones se limitan principalmente a transferencias de organizaciones multilaterales para obtener fondos para sus representantes en Venezuela, dijo el Banco de España.
Los intentos recientes del gobierno de Maduro para recaudar capital, incluyendo la propuesta de Pipaud, han llamado la atención de los funcionarios del Departamento del Tesoro de EE.UU., según dos personas familiarizadas con el asunto. Los funcionarios han estado presionando en privado a los bancos sospechosos de ser parte de tales transacciones para cortar ingresos al régimen de activos en el extranjero, dijeron las fuentes.
No fue posible contactar a Vincent para recabar comentarios. Pipaud usa una dirección en Ginebra en su membrete, pero el nombre de la compañía no aparece en ninguna parte del edificio revestido de cemento, ni en su entrada o en los buzones del vestíbulo. Una recepcionista de una empresa que actúa como representante de Pipaud dijo que entregaría un mensaje a Vincent, pero que no compartiría su correo electrónico o número de teléfono. La respuesta nunca llegó.
En los documentos presentados a Venezuela, Vincent utiliza una dirección residencial en el exclusivo pueblo francés de Èze, que data de la época medieval y tiene vista a la Costa Azul. Los mensajes que se dejaron en dos números de teléfono pertenecientes a residentes de Èze con el apellido de Vincent no fueron devueltos.
Las sanciones de EE.UU. han aislado en gran medida a Venezuela del sistema financiero internacional, contribuyendo a una de las crisis económicas más severas del mundo y obligando a funcionarios estatales a utilizar un mosaico de métodos para mover dinero. El gobierno venezolano ha incrementado las ventas de oro a empresas en lugares como los Emiratos Árabes Unidos y Turquía y ha pedido a los contratistas que abran cuentas en bancos recónditos para recibir pagos.
Más recientemente, el Banco Central de Venezuela ha realizado pruebas para determinar si puede mantener criptomonedas en sus reservas y usarlas para pagar a contratistas en el extranjero. El gobierno también ha estudiado la posibilidad de cambiar a un sistema de mensajería de pagos internacionales operado por Rusia como una alternativa al sistema SWIFT que utiliza la mayoría de las instituciones financieras.
Vincent ha regresado a Caracas al menos una vez desde la reunión del 7 de agosto para continuar los esfuerzos de vender sus servicios, según personas familiarizadas con el asunto. Pero a pesar de todos los escenarios exóticos que se están considerando en Caracas, por ahora, la administración de Maduro tiene dificultades para encontrar los dólares que necesita para que la economía pueda operar.