Dos hombres son clave en esta operación: Simón Zerpa Delgado y Tareck El Aissami. Ambos pasaron horas en Turquía y están íntimamente comprometidos entre sí y con la dictadura que comanda Nicolás Maduro.
El dúo fue el encargado de concretar la operación por la cual el régimen venezolano concretó la fuga de 8 toneladas de oro de sus reservas del Banco Central. Lo hicieron en Turquía, desde donde vendieron los lingotes en Dubai, Emiratos Árabes Unidos. En ese país árabe los metales preciosos están exentos en un 100 por ciento de impuestos. Tampoco se preocupan por el origen.
Los dólares que consiguieron fueron colocados en fideicomisos para poder cancelar operaciones para insumos para el país y personales. Ni Zerpa, ni El Aissami dejarán pasar la oportunidad para su beneficio.
Las divisas obtenidas de la operación se colocan en trust de garantía privadas para luego de esta manera poder hacer contratos entre compañías y particulares. De esta forma pueden saltar las sanciones impuestas por los Estados Unidos.
La ruta del oro es muy difícil de rastrear, lo que facilita transacciones ilícitas. Y a pesar de que en la mayoría de los casos los lingotes tienen algún tipo de sello o impresión distintiva, al llegar a los Emiratos Árabes Unidos son fundidos nuevamente y vueltos a bautizar. Esta vez el surco dibujado sobre el brillo del oro dirá "EAU".
Medio Oriente cuenta con plantas dedicadas a fundir este material. Son conocidas por ser las más grandes del mundo. Dubai es uno de los mayores tenedores y productores de oro del mundo. Llamativo: ninguna mina es explotada en su desierto. Sin embargo, las excéntricas ferias con joyas de este mineral son un destino obligado al recorrer la ciudad.
En enero la empresa Noor Capital, en Abu Dabi, reconoció haber comprado tres toneladas de oro al régimen chavista. Al estallar el escándalo informó públicamente que no continuaría con las transacciones hasta tanto no se normalizara la situación en el país latinoamericano.
El plan de Venezuela era vender 29 toneladas de oro a los Emiratos Árabes Unidos en febrero para proporcionar liquidez a las importaciones de productos básicos, de acuerdo a la agencia Reuters.
Con la excusa de saltar las sanciones, los tres enviados de Maduro también consiguieron su propio beneficio. Acorralados por los Estados Unidos y sin posibilidad de movimiento en sus países, bancarizan su dinero ilícito, también guardado en oro. En muchos casos, el dinero de la corrupción venezolana se transformó en lingotes.
La producción minera en Venezuela está en decadencia desde hace seis años sin producir un solo gramo. Sólo operan las grandes corporaciones chinas que tienen contratos muy beneficiosos. Todos los metales extraídos son enviados de inmediato a Beijing. Ni un solo lingote queda en tierra caribeña.
"La mayoría del oro de Venezuela no es producto de la explotación de las minas que no funcionan hace mas de 6 años y mucho menos en esa cantidad, sino es producto de que tanto la droga y de cómo la corrupción se aseguraba en lingotes desde hace años", cuenta a Infobae un funcionario del Ministerio del Poder Popular de Economía y Finanzas de aquel país.
La oposición denunció que la extracción se produjo de manera irregular, sin dejar registros. "Pretenden venderlo de contrabando fuera del país", acusó el diputado Ángel Alvarado
Al menos ocho toneladas de oro salieron de las bóvedas del Banco Central de Venezuela en la última semana en camionetas del oficialismo para, presuntamente, ser vendidas fuera del país, dijeron un diputado opositor y tres fuentes de Gobierno que tuvieron conocimiento de los movimientos.
Otras tres fuentes del Gobierno confirmaron a Reuters el traslado de los lingotes de las reservas y la falta de los guardias regulares en esos días, en los que el jefe del ente, Calixto Ortega, estaba de viaje.
"Han estado sacando oro en cuatro camionetas por las puertas 3 y 4 del banco, usando un acta con fecha del año pasado para despistar", dijo Alvarado. "Pretenden venderlo de contrabando fuera del país", agregó sin dar detalles del supuesto destino de las barras.
El Banco Central de Venezuela (BCV) no respondió a una solicitud de comentarios. El Ministerio de Comunicaciones tampoco contestó el pedido de declaraciones de Reuters.
La Casa Blanca y decenas de países han reconocido al líder opositor Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela, por considerar que el mandatario Nicolás Maduro ganó su reelección en comicios que no tuvieron garantías democráticas y en los que no se pudieron presentar los principales líderes opositores.
En busca de cercar financieramente a la administración de Maduro, Estados Unidos ha establecido sanciones y ha pedido a compradores internacionales de oro dejar de hacer negocios con su gobierno.
Después de ese exhorto, la firma Noor Capital, en Abu Dhabi, que había comprado tres toneladas de oro al Banco Central venezolano en enero, dijo que no tenía previsto adquirir más barras en Caracas hasta que se estabilizara la situación.
Y el Banco Central tuvo que suspender la venta de al menos otras 15 toneladas de oro de sus reservas a Emiratos Árabes, a cambio de euros en efectivo para financiar sus importaciones, según fuentes de alto gobierno a Reuters.
Las ventas de lingotes son casi la única alternativa que tiene Maduro para obtener liquidez, ante la merma de los ingresos petroleros y el cierre de casi todas las opciones de financiamiento internacional por las severas sanciones que le impuso Washington para presionar su salida del poder.
Unas 20 toneladas de oro monetario dejaron de estar en manos del emisor en 2018, según los balances del BCV. Al cierre del año quedaban unas 140 toneladas de oro en reservas, el volumen más bajo en 75 años, según los datos oficiales.
En el Banco de Inglaterra hay otras 31 toneladas de oro del Banco Central venezolano, que ha hecho gestiones para retirarlas. Pero el canciller del país sudamericano, Jorge Arreaza, denunció el miércoles que la entidad británica mantiene bloqueados los activos de Venezuela.