Acorralado por las sanciones internacionales y la presión local de una economía devastada, el gobierno de Nicolás Maduro decidiósacar las pocas reservas en oro que le quedan a Venezuela y protegerlas en bancos del otro lado del mundo: Emiratos Árabes Unidos (EAU). Según reveló el Observatorio Venezolano del Crimen Organizado, bajo protección militar, los lingotes viajaron al país del Golfo en un Airbus especial.
El miércoles por la noche, cuando el país caribeño estaba convulsionado por la muerte de 68 presos durante un motín en una comisaria del estado Carabobo, efectivos de la Fuerza Armada Nacional (FAN) llevaron a cabo un operativo secreto para trasladar 2,1 toneladas de oro del Banco Central de Venezuela al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, desde donde un vuelo especial las llevó a los Emiratos.
Según denunció Javier Ignacio Mayorca, del Observatorio Venezolano del Crimen Organizado, los lingotes de oro fueron distribuidos en 57 cajas que un Airbus A6-RRJ se encargó de trasladar a la monarquía del Golfo Pérsi
Emiratos Árabes Unidos -integrado por Abu Dabi, Ajmán, Dubái, Fuyaira, Ras al-Jaima, Sarja y Umm al-Qaywayn- integra la lista de paraísos fiscales elaborada por las autoridades de la Unión Europea.
La maniobra de Maduro con el oro es que contradice una medida adoptada hace casi siete por Hugo Chávez. A principios del 2012, el líder venezolano hizo lo contrario: repatrió el oro venezolano depositado en bancos del exteriorpara evitar las “turbulencias” de los mercados internacionales.
Fueron 360 toneladas, unos 19.000 millones de dólares, que depositó en el Banco Central. Según la oposición, de esa riqueza ya queda poco y nada.
Esta operación del régimen venezolano se da en un momento crucial, donde las sanciones internacionales están afectando seriamente a sus gobernantes, y dificultan el manejo de fondos en el exterior.
Estados Unidos aumentó a mediados del mes pasado la presión contra Venezuela al adoptar sanciones contra cuatro funcionarios venezolanos y prohibir a estadounidenses negociar la criptomoneda lanzada en febrero por Caracas, el petro.
Venezuela, sumergido en la recesión e hiperinflación, había lanzado el petro como parte de sus esfuerzos para reestructurar su enorme deuda externa, una parte de ella en default, estimada en unos 180.000 millones de dólares.
Para colmo, esta semana Panamá incluyó al presidente Nicolás Maduro y a otros altos dirigentes políticos de la nación sudamericana en una lista de “alto riesgo” para cometer blanqueo de dinero, por lo que recomendó a bancos u otras entidades a extremar la supervisión de transacciones que involucren a esas personas.
Es la primera vez que Panamá ─con uno de los centros financieros y de negocios de servicios más importante en América Latina─ emite una resolución de este tipo que involucre a Maduro y varios de sus colaboradores más importantes.
Además del Presidente, en la lista panameña aparecen Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo; la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena; el fiscal general Tarek William Saab; varios ministros del gobierno, entre ellos el jefe de la cartera de Interior Néstor Reverol, y Adán Chávez, hermano del fallecido presidente Hugo Chávez.
Todas estas medidas aislaron al gobierno de Maduro, cuyas finanzas están en rojo ya que su principal sustento, la producción petrolera, está en franco declive. Con recesión desde 2013, sus reservas internacionales se encuentran en niveles históricos, por debajo de los 10.000 millones de dólares. El desplome económico venezolano es inédito para países productores de petróleo.
Los especialistas atribuyen la situación en parte a la profusa emisión de dinero sin respaldo monetario (reservas) y a la política de controles de cambio y de precios (vigentes desde 2003), además del ambiente hostil propiciado por el gobierno de Maduro contra la propiedad privada, que expulsó a los inversores.
La venezolana Rocío San Miguel es una de las más respetadas expertas en Venezuela sobre la realidad de las fuerzas armadas en ese país. Presidente de Control Ciudadano, una ONG dedicada a la supervisión de los temas de Defensa, alerta sobre los movimientos que afectan actualmente al Ejército
.San Miguel sostiene las tensiones internas en los cuarteles venezolanos no provienen de opositores sino, paradójicamente, del mismo chavismo que rechaza inmolarse con Nicolás Maduro y, al contrario, impulsa una transición política ante la crisis que se abate sobre Caracas. “El mayor peligro que enfrenta Maduro son los militares chavistas”, dice la experta.
Su palabra autorizada cobra mayor relevancia ahora cuando al menos nueve oficiales del Ejército fueron encarcelados en las últimas dos semanas por supuesta conspiración, cuatro de los cuales son comandantes de alto rango. Al mismo tiempo, otros 24 uniformados fueron expulsados y hay muchos que están pidiendo la baja. Todos están acusados de traición a la patria, instigación a la rebelión y el decoro militar.
¿Cuántos militares por razones políticas están en la cárcel?
-Hay aproximadamente unos 80 militares en las cárceles que han sido detenidos por La dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM).
¿Por qué los han detenido?
-Los abogados que asistieron a los efectivos militares en la audiencia de presentación informaron que los acusaron de conspirar presuntamente contra el gobierno de Maduro.
¿Cuáles son las causas del descontento en los cuarteles?
-La principal causa de descontento es el fracaso de Maduro al frente de la gestión socioeconómica del país. Venezuela está pasando hambre y en los cuarteles también se pasa hambre. La familia militar, los eslabones base de esa estructura piramidal, se encuentran afectados por los mismos problemas que el resto de los venezolanos. Siendo el más dramático el de la profunda crisis económica: un salario no alcanza a cubrir la alimentación de un día para una familia de 4 personas.
Fuerzas militares patrullan el barrio de Araguaney, en Caracas,
¿También hay descontento en la casta militar?
-La casta militar tiene otros descontentos, el principal, los efectos que las sanciones internacionales sobre Venezuela están generando y la amenaza de la posible jurisdicción de la Corte Penal Internación por los delitos cometidos en el control de las protestas entre mayo y agosto de 2017, en donde hubo más de 150 muertos. El generalato y el almirantazgo sabe que el ojo de la comunidad internacional esta sobre ellos y es un costo muy alto a pagar frente al cual los incentivos de Maduro están dejando de ser atractivos.
¿No es suficiente el poder que les dio Maduro en la economía y petróleo?
-Apenas un grupo de la casta militar es el que participa de ese festín. Venezuela no posee los ingresos petroleros de la era de Chávez. Y a pesar que el 47% del tren ministerial está en manos de militares, hay muchos de ellos que dirigen despachos sin recursos. Solo los elegidos –cada vez menos- se disputan los pocos recursos que van quedando en el país, a un costo cada vez más alto.
¿Cómo actúa el método cubano de encarcelar a los oficiales ?
-Las detenciones ilegales periódicas y aleatorias que han ocurrido estos dos últimos años en las fuerzas armadas son una fórmula sugerida por Cuba para mantener a la institución militar sumisa y leal. Esto es muy grave, pues median casos de tortura y graves violaciones a los derechos humanos.
¿En que se fundamenta para afirmar que hay “ruido de sables” por el sector militar chavista?
-No creo que la palabra que mejor describa la situación sea la de “ruido de sables”. Los militares, con solo quitar el soporte que brindan a Maduro, derrumban su gobierno.
¿Por qué no lo han hecho?
-Lo que sucede es muy interesante y no encaja en el patrón golpista clásico de América Latina. Estamos asistiendo en Venezuela al escenario de un presidente que está deslegitimado en lo interno y lo externo y la situación de importantes sectores de la Fuerza Armada (probablemente algunos muy cercanos a él) que parecen no querer inmolarse con el destino de Maduro.
¿Y por el lado militar no chavista también hay ruido o no se escucha nada?
-El mayor peligro que enfrenta Maduro es la Fuerza Armada Nacional Chavista.
Grupos de la Fuerza Armada Boliviariana patrullan barrios de Caracas
¿Qué ganarían los militares chavistas derrocando al régimen si están sancionados y no serían reconocidos internacionalmente?
-La pregunta que debemos hacernos es qué ganan los militares con importantes posiciones de poder, que aún no están sancionados, si abandonan a Maduro. La pregunta es qué gana la Fuerza Armada rechazada y deslegitimada como institución si decide dejar de brindar soporte a un gobierno como el actual.
Entonces ¿a qué se debe tanta pasividad en los cuarteles?
-A la ausencia de una alternativa real de poder, sin matices. La historia nos dice que los militares desde 1958, con la caída de Pérez Jiménez, sólo se han movido cuando hay una alternativa real de poder.
¿Tampoco hay explosión social, habiendo más condiciones objetivas con la crisis para rebelarse?
-Las consecuencias de la represión han sido devastadoras para los venezolanos. Lo que ocurrió entre mayo y agosto de 2017 en Venezuela no dudo en catalogarlo como delito de lesa humanidad. Muchas personas fueron asesinadas a quemarropa por agentes del Estado y por colectivos armados auspiciados por el Estado. Cómo puede una población rebelarse si sabe que será aplastada, como la ha sido en tantas oportunidades: en 2002, en 2014 y en 2017.
¿La represión y el hambre han sido las mejores armas de Maduro para mantenerse en el poder?
-Sin duda. Pero añadiría la deshumanización que ha hecho el gobierno y su aparato de inteligencia contra líderes políticos y sociales opositores. El trabajo de desinformación, de control social a través del “carnet de la patria” [un documento de identidad que provee al gobierno de datos privados del portador]. La conceptuación del enemigo interno, la criminalización y el acoso a quien aspire movilizar personas e ideas, el sicariato político, el control de los poderes públicos, las operaciones psicológicas y, en general, el uso de todos los medios y recursos del Estado para la permanencia en el poder.
¿Está cerca o todavía lejos una salida o un cambio de Gobierno?
-Venezuela ha iniciado una transición económica muy severa haces tres años. Esto inexorablemente impulsará una transición política y militar que vendrá articulada desde lo interno del chavismo con toda seguridad. El desafío que se plantea es saber si esa transición profundizará el autoritarismo o permitirá iniciar un camino de retorno a la democracia.
-¿El presidente Maduro y su gestión gubernamental ya no representan a la revolución bolivariana?
-El problema de la revolución bolivariana y de Maduro es que él no representa al líder carismático que requiere el modelo y cada día cuenta con menos recursos para subsistir.
(Entrevista de Ludmila Vinogradoff)