JUAN VERNIERI
El método a utilizar depende de las características del yacimiento. Si el uranio se encuentra en la superficie como en Los Adobes y Cerro Cóndor, naturalmente la extracción se realiza a cielo abierto. Si está en profundidad entonces hay dos posibilidades: en zona impermeable habrá que excavar túneles y si se encuentra en un acuífero permeable, entonces se puede utilizar la extracción mediante lixiviación in situ, siempre que otras características sean favorables. Los tres métodos causan perjuicios ambientales.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) identificó el potencial de exploración en Corcovo, en el Distrito Minero Malargüe Occidental de la provincia de Mendoza. Estudios detectaron anomalías radiométricas de uranio en profundidad en pozos de petróleo y gas, con condiciones geológicas favorables al proceso de recuperación in situ.
La empresa Blue Sky intenta, al calor del apoyo del actual gobierno mendocino que adopta iniciativas para acelerar y desburocratizar los procedimientos de aprobación de proyectos, aprovechar sus derechos de prospección adquiridos, sobre 20.000 hectáreas en el borde noreste de la cuenca Neuquén.
Blue Sky controla el proyecto Chihuidos en Neuquén que está compuesto por casi 60.000 hectáreas, a 60 kilómetros al oeste de Añelo. También fue reconocido inicialmente por la CNEA y explorado más recientemente por empresas a principios de la década de 2000.
Está situado en un alto topográfico rodeado de anomalías radiométricas en el aire y ocurrencias de uranio en la superficie, brinda potencial para un sistema mineralizado de uranio preservado en profundidad.
Los acuíferos subterráneos almacenan una variedad de metales, entre los cuales se encuentra el uranio, arrastrados por aluviones que bajan de las montañas. El uranio radiactivo al estar depositado y encapsulado no presenta riesgos para los seres vivos.
El proceso de recuperación in situ está adquiriendo mucha importancia porque es más barato, menos complejo que la minería, no requiere grandes movimientos de roca y no deja vertederos de residuos. Entonces la explotación de depósitos de uranio de menor concentración es más rentable.
Por estas razones y porque se están terminando los yacimientos favorables para la extracción a cielo abierto, China está migrando toda su producción hacia esta tecnología. La lixiviación in situ también se promociona como más respetuosa con el medio ambiente, pero no lo es.
El proceso consiste en inyectar un “lixiviante” dentro del acuífero por medio de pozos inyectores. El lixiviante es arrastrado dentro del acuífero donde disuelve el uranio y otros minerales, y luego es bombeado por bombas centrífugas hacia la superficie por medio de pozos productores.
En superficie se separa el uranio y se manda a una planta de procesamiento. El agua cargada de lixiviante, metales pesados, sales y elementos radiactivos, se recicla inyectándola nuevamente. El exceso de agua producida se acumula en piletas de superficie para su decantación y evaporación, en donde se libera, el gas radiactivo y cancerígeno radón al medio ambiente.