DIEGO HERNÁNDEZ *
La llamada permisología nos está pasando la cuenta. Los más de 400 permisos sectoriales que debe conseguir un proyecto de inversión para ser aprobado en Chile se están transformando en un enorme tapón que impide que nuestro país pueda volver a crecer.
Los números no mienten. A agosto de este año -último reporte del SEA-, el Servicio de Evaluación Ambiental ha aprobado un total de 147 proyectos versus los 268 proyectos que aprobó a la misma fecha del año pasado. La cifra representa una caída de 45%.
En su gran mayoría, los proyectos aprobados son Declaraciones de Impacto Ambiental, es decir, proyectos de menor envergadura, afectando también los montos de inversión aprobados por el organismo ambiental, que en el período analizado descendieron un 30%.
Y el sector minero no es la excepción. En el mismo período de tiempo, es decir, entre enero y agosto de este año, solo se han aprobado ambientalmente 20 proyectos mineros versus los 33 que a la misma fecha evaluada fueron aprobados en 2022. Un escenario muy negativo si consideramos que la inversión continuará deprimida durante 2024, cuando el sector empresarial proyecta una caída de 40%. En este escenario, el desarrollo de nuevos proyectos asume un rol protagónico para terminar con esta mala racha. Por eso es imperativo terminar con la maraña burocrática que no nos está dejando crecer.
En una vereda del Gobierno aparece la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, que tiene una visión crítica hacia los grandes proyectos de inversión y que ha incorporado a su gabinete a asesores que en el pasado estuvieron vinculados a diversas causas ambientales.
Si Chile siguiera operando con reglas claras y considerando que la institucionalidad descansa en aspectos técnicos y normas ambientales previamente definidas, el permiso ambiental otorgado -en plazo razonable- debe garantizar que la inversión se pueda ejecutar. Sin embargo, y con mucho pesar vemos un Chile ambiguo en esta materia.
Un tema importante de entender es que el sector minero, en los últimos años, ha hecho un gran esfuerzo para avanzar hacia una minería sustentable, y esto es algo que las autoridades sectoriales deberían reconocer. Lo positivo es que en el Gobierno hay autoridades que seguramente entienden estos esfuerzos, que van en la línea de avanzar, acompañados de un crecimiento sustentable.
Mario Marcel fue muy claro cuando señaló que “la autoridad medioambiental a veces piensa que las inversiones se van a hacer igual, que da lo mismo lo que uno les exige y les pide, se van a hacer de todas maneras, y eso no es así”.
Clave son los mensajes que el propio Presidente Boric está dando al mundo en este sentido, mostrando que Chile está abierto a la inversión privada. Pero para recibir a los inversionistas internacionales hay que dar una señal potente de efectividad para la materialización de los proyectos, para que no sean ideas que luego se las llevará el viento, como ya hemos visto con algunas iniciativas mineras donde los privados se han desistido de ellos.
* Ingeniero civil de Minas, ex presidente ejecutivo de Codelco (2010-2012) y ex presidente de SONAMI