GONZALO FERNÁNDEZ * Y JORGE GONZÁLEZ **
Argentina tiene un problema de crecimiento económico. Durante el período de 2011 a 2019, el PIB experimentó una variación anual promedio del 0,4%. Si bien en los últimos años (2021 y 2022), el producto creció, incluso en términos per cápita, su sostenibilidad muchas veces es puesta en duda y/o amenazada por la escasez de reservas internacionales y los abultados compromisos financieros consecuencia de un endeudamiento irresponsable en moneda extranjera en un marco de bimonetarismo.
Para mejorar la situación, incrementar las exportaciones es condición necesaria.
Entre los sectores que tienen la capacidad de aumentar significativamente el ingreso de divisas a corto y mediano plazo se encuentra el sector minero. Actualmente, la minería no tiene una gran participación en la economía nacional.
Existen 21 proyectos en producción y 8 en construcción, según los valores preliminares de la nueva cartera de proyectos de la Secretaría de Minería, con exportaciones que alcanzaron los US$ 3.857 millones en 2022. En contraste, países de la región como Chile y Perú mostraron exportaciones mineras por US$ 55.530 y US$ 38.500 millones, respectivamente, en el mismo periodo.
Ahora bien, Argentina cuenta con el potencial geológico, el capital humano y las capacidades estatales para dar un salto discreto en su desempeño minero. De hecho, es posible cuantificar el ingreso de divisas esperado para finales de la década. De acuerdo a proyecciones elaboradas por la Secretaría de Minería, estas podrían crecer hasta alcanzar US$ 18.600 millones en 2030.
Sin embargo, si no se otorgan los incentivos adecuados, el desempeño esperado del sector va a ser menor.
Para que este aumente se requieren políticas económicas y sectoriales acordes a la realidad del sector. Si bien es cierto que es fundamental contar con una macroeconomía ordenada, existen políticas que pueden brindar un puente hacia ese objetivo mientras colaboran con el mismo.
Un ejemplo de esto es el Régimen de Fomento de Inversión para las Exportaciones (Decretos N° 234/2021 y 836/2021). Gracias a esta normativa especial, por ejemplo, se fomentó la construcción de proyectos de litio como Tres Quebradas, Centenario Ratones y la expansión de Olaroz.
Es importante mencionar que no todas las políticas posibles se limitan al ámbito económico.
La transparencia, los marcos normativos y la diplomacia, entre otros, también desempeñan un papel crucial. En ese sentido, la creación del Sistema de Información Abierta a la Comunidad sobre la Actividad Minera (SIACAM) y la Mesa Nacional sobre Minería Abierta a la Comunidad (MEMAC) son pasos firmes para consolidar el debate sobre el sector, el cómo alcanzar una minería más transparente y con mayor licencia social.
Dado el marco federal que otorga la tenencia de los recursos a las provincias, también será importante impulsar su participación en distintas instancias de coordinación como la Mesa del Litio y el Consejo Federal de Minería (COFEMIN).
En conclusión, Argentina tiene el potencial de quintuplicar sus exportaciones mineras y sextuplicar su producción de litio. Esto conllevaría, además de un aumento en el ingreso de divisas que aportaría a la estabilidad macroeconómica, más actividad en sectores asociados y proveedores, más empleo formal y bien remunerado, mayor infraestructura y el fortalecimiento de los estados provinciales.
* Politólogo (UBA). Director de Transparencia e Información Minera en la Secretaría de Minería de la Nación.
** Economista (UADE). Director Nacional de Promoción y Economía Minera en la Secretaría de Minería de la Nación.