EDDY LAVANDAIO *

Desde la flamante empresa "Impulsa Mendoza", creada para promover el desarrollo minero en la Provincia, se anunció una nueva estrategia aparentemente enfocada en los minerales de cobre por ser uno de los materiales más demandados a futuro para las energías renovables (Mendoza Post, 25/04/23).

Para ello la empresa trabaja en aquéllas oportunidades mineras que son compatibles con el marco legal vigente. Como parte de la tarea promocional se realizaron viajes a ferias internacionales (a Canadá y a Chile) para atraer inversores. El objetivo final es lograr que en un lapso no mayor a cuatro años, Mendoza tenga al menos 10 proyectos de exploración.

Es elogiable el optimismo de los directivos de la nueva empresa estatal y debemos desearle el mejor de los éxitos con esta nueva estrategia. Desde el año 2007 Mendoza no ha recibido ningún dólar para invertir en minería metalífera y sería muy beneficioso que se revierta esa situación para lograr la tan ansiada ampliación de la matriz productiva.

Es curioso que se cite que esto se hace dentro del marco legal vigente porque se trata de las reglas de juego impuestas en el 2007 y que, en general, desalentaron la inversión privada en prospectos de minería metalífera.

Sin embargo, parece que la estrategia busca diferenciarse de experiencias anteriores porque "ofrece ante inversores un modelo de negocio novedoso: Impulsa Mendoza participará en las etapas iniciales de los proyectos, dando impulso y atractivo a los emprendimientos", lo cual "implica la participación en destrabar etapas criticas iniciales, como la evaluación de estudios de impacto ambiental y vinculación de los proyectos con la sociedad".

No será una tarea fácil. Por un lado el contexto macroeconómico nacional no es el más favorable para las inversiones extranjeras que, en casi todos los casos, son las que aportan los fondos y financian los proyectos de minería metalífera. En este sentido no parece que pueda mejorarse ese inconveniente desde Mendoza.

En cambio, la nueva empresa puede tratar de destrabar los inconvenientes creados en nuestra propia provincia, desde la política, la ideología y, particularmente, los de índole económica.

La gran desconfianza de los empresarios de la agricultura y de la agroindustria que los condujo a liderar e inducir el rechazo a los emprendimientos mineros fue explicada poco tiempo atrás por un conocido bodeguero catamarqueño, Cesar Cuello Roca, en una nota publicada por el diario El Ancasti (22/10/22).

Alli expresó su temor a quedarse sin mano de obra para su producción porque hay un desplazamiento de los obreros desde el sector rural al minero en el que los sueldos son cuatro veces superiores a los que paga la agroindustria.

No es un tema menor y deberá ser estudiado, y de alguna manera resuelto, en esta nueva estrategia porque ya se ha comprobado lo difícil que es abrir las puertas a la minería con el sector agroindustrial en contra.

También deberá ocuparse de otro temor, relacionado con el uso del agua, pero este es el más fácil de explicar y desterrar porque tanto la Ley de Aguas como la Constitución de la Provincia le otorgan prioridad al riego agrícola y por lo tanto es imposible que la minería les quite su agua.

Seguramente ya han pensado cómo reducir los tiempos de trámites y explicarán de que manera evitar la repetición de las demoras de casi diez años para aprobar proyectos de exploración relativamente sencillos como Cerro Amarillo y Hierro Indio.

Tal vez lo más difícil de la estrategia, aunque no descartamos que ya lo hayan resuelto, será explicar de qué manera, al término de la exploración, se puede impedir el rechazo político a un proyecto de producción de cobre como ya ocurrió con la mina San Jorge.

En definitiva, y aunque no conocemos el contenido de la nueva estrategia, la propuesta de Impulsa Mendoza es todo un desafío para los tiempos difíciles que vivimos actualmente y esperamos que cuenten con el apoyo político que, en otras circunstancias y en otros momentos, se le negó a los proyectos mineros.

* Geólogo - Matrícula COPIG 2774A