MATÍAS CONCHA *
Al mirar la profundidad e impacto de los cambios en materia de transformación energética que tenemos por delante, la sensación que debemos tener es parecida a la de una persona que se encuentra inmerso en una fuerte corriente a objeto de enfrentar una colosal ola en formación: su dilema es si la enfrenta aprovechando su corriente para sortearla o arranca a la orilla para salvarse.
Lo que tenemos al frente es un fenómeno distinto, ya que a diferencia de las olas de crecimiento energético fósiles anteriores en donde Chile estuvo alejado y pudo fácilmente tomarla diluida en la orilla, en esta nueva ola Chile está con el agua al cuello porque a diferencia de otros países, está muy cerca de su formación y tiene todos los elementos como para aprovecharla a favor si la enfrentamos a tiempo.
Según el estudio de Carbonomics de Goldman Sachs, sólo en EE.UU. la Ley de reducción de inflación promoverá 1,2 trillones de dólares en incentivos al 2032 en donde se espera un flujo del orden de 3 trillones de dólares en inversiones en infraestructura eléctrica, energía renovable, almacenamiento, construcción y movilidad.
En un país que tiene menos factores básicos que Chile, el tamaño colosal de las inversiones apunta a no solamente promover mayor inversión, sino señalar un fuerte camino para que, por medio de la inversión verde, EEUU retome la senda del protagonismo mundial para liderar el cambio de la era fósil a una era de transformación energética por medio de innovación y crecimiento sostenible.
Ahora más que nunca se requiere de convicción y dinamismo para enfrentar proactivamente esta ola, ya que si la oposición a los mega proyectos verdes como el hidrógeno verde, litio o cobre se basa en plantear un camino de cambio, ¿cómo lo vamos a cambiar sin la inversión para llevarlo a cabo? Para cambiar un modelo fósil a uno sostenible la solución no es obstruccionismo, sino derechamente inversión verde.
En esta línea es destacable la señal enviada por el Comité de Ministros al revertir el rechazo de la ampliación del proyecto “Los Bronces” por medio de un innovador plan de compensaciones para que a través de la eliminación del 90% de las emisiones de quema de leña se pueda aspirar a solucionar el mega problema de saturación y latencia de la cuenca de Santiago.
Mientras una ideología promueve la ecología mediante un obstruccionismo del tipo Boliviano que condenó a varias generaciones a vivir en la pobreza a costa de no aprovechar adecuadamente sus recursos fósiles por proponer modelos teóricos estatistas impracticables, existe hoy una oportunidad que promueve la sostenibilidad a través de la iniciativa privada que es la base de toda receta exitosa de los países que conjugan inversión con desarrollo, calidad de vida y armonización con el medio ambiente.
La ola es colosal, la corriente empuja fuerte y es hora de conectarnos con las personas y empresas para poder aprovechar su energía a tiempo antes de que sea demasiado tarde.
Los desafíos en Chile en materia de construcción verde, electromovilidad, energía renovable, almacenamiento, hidrógeno verde, cobre, litio, bosques renovables y sus respectivas cadenas de valor no pueden seguir esperando.…
Más allá de un mal entendido bloqueo ambiental o un lapsus para encontrar un eventual salvador estatal, llegó la hora de aprovechar la ola promoviendo la iniciativa privada como la mejor garantía para llevarla a cabo. La calidad de vida de generaciones de Chilenos depende de esta determinación.
* Consejero en la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA)