GUILLERMO PENSADO *
El actual presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura y posible precandidato a gobernador Martin Hinojosa propuso para su proyecto político, entre otros temas, realizar un plebiscito para definir si se desarrolla o no la industria minera metalífera en la provincia de Mendoza.
Propuesta que deja en la sociedad la chance de repetir el error que en 2007 realizó la política, prohibir una de las pocas industrias con potencial desarrollo en la provincia antes de definir cómo se bajaría la pobreza o se generaría más trabajo para los mendocinos.
Mendoza se está empobreciendo en forma paulatina a lo largo de este siglo según los diferentes informes, sea Cepal, CEM/UIM/FEM u otros.
Revertir esa tendencia no es mágico, hay que generar riquezas genuinas para poder repartir mejor.
Seguir proyectándose desde el gasto público solo llevará a continuar el camino de la pobreza y la desigualdad que actualmente recorremos.
La industria minera junto a la industria hidrocarburifera no-convencional serían los únicos sectores industriales que podrían ayudar a la debilitada agroindustria, que a claras no alcanza a satisfacer las necesidades básicas de generación de trabajo, desarrollo económico y disminución de la pobreza en Mendoza.
El desarrollo industrial es el principal motor de desarrollo humano en la historia de la humanidad, y Mendoza muestra una ventaja comparativa natural para el desarrollo industrial petrolero y minero.
No solo como productores de materias primas, sino también desarrollando bienes y servicios competitivos gracias a la alta capacidad científica y técnica mendocina.
Mendoza cuenta además con universidades y centros de investigación de excelencia que permitirían un desarrollo industrial moderno con cuidado ambiental y maximizando los beneficios sociales y económicos.
Personalmente creo que los mendocinos sí nos estamos debiendo un plebiscito, uno donde se defina que hacemos con la pobreza, la desigualdad social, el desempleo, el empleo en negro y los bajos salarios.
Nos debemos un plan de proyección como sociedad para las actuales y futuras generaciones.
Actualmente nuestros jóvenes, y muchos de sus frustrados y apenados padres, solo piensan en migrar a otras provincias o países, perdiendo con ello conocimiento y experiencia para cambiar la realidad que socialmente todos sufrimos.
Precisamos un plebiscito que pueda revertir la actual tendencia de empobrecimiento y su muy alto costo social.
* Miembro de la Cámara Mendocina de Empresarios Mineros