HUMBERTO CAMPODÓNICO *
Uno de los temas más importantes que el gobierno de Pedro Castillo prometió fue la masificación del gas natural, sobre todo a la sierra central y sur. Sucede que, 17 años después de la llegada del gas a Lima, dichas regiones no tienen aún ni una sola conexión de gas domiciliario.
Si no estuviéramos en permanente crisis política y de régimen (es un decir), seguro el gobierno estaría preguntándose qué sucede con el proyecto de ley (PL) 679 para impulsar la masificación, que envió al Congreso el 10 de noviembre. En el portal del Congreso no figura ninguna actividad de la Comisión de Energía y Minas (CEM).
El ministro de Energía y Minas podría haber dicho: ¿”Cómo así se demoran tanto en la CEM, mientras el PL 804, que se presentó el 19/11 por AP, está casi listo para ser aprobado”? Para quienes no siguen el tema, el último dictamen ha modificado el PL original y ya no se prevé la participación de Petroperú. Siempre los “lobbies”.
La razón del silencio podría ser que, mientras estaba la premier “caviar”, Mirtha Vásquez, no era conveniente mover la masificación: no vaya a ser que “obtenga algún logro”. Lo mismo sucedió con la Comisión Multisectorial que impulsa las inversiones para aumentar las reservas de Camisea y un Plan de Largo Plazo para la masificación del gas en todo el Perú.
Si bien el expremier Bellido impulsó esta comisión (a principios de octubre), después no hubo comentarios. Perdón, sí hubo, pero fueron ataques: se dijo que la expremier había “enterrado el tema”. No es así. El informe de 250 páginas, primer plan de largo plazo en materia energética en nuestro país desde que comenzó el neoliberalismo, está publicado en www.perupetro.com.pe.
¿El nuevo ministro de Energía cumplirá sus recomendaciones? Difícil, porque está ocupado en llenar los puestos con personas no idóneas. Y desde que comenzó el gobierno no ha habido viceministro de Hidrocarburos ni, tampoco, se ha designado a la Junta Directiva de Perupetro (aparte de la fallida designación de Daniel Salaverry). Perupetro es el ente autorizado para negociar y renegociar contratos e impulsar las inversiones. Y de eso se trata, de encararla con el objetivo de “ganar-ganar”, para el Estado y las empresas involucradas.
Por su parte el Congreso, conjuntamente con promover la vacancia y corroer el equilibrio de poderes, se dedicó a combatir la reforma tributaria planteada por el ministro Pedro Francke, en particular una modificación a la tributación minera para aprovechar las sobreganancias por el aumento de los precios de los minerales.
El impuesto a las sobreganancias mineras y petroleras se discute en todo el mundo. En el Reino Unido, el Partido Laborista lo ha planteado y los informes de Price Waterhouse Coopers dicen que, mientras las empresas obtienen enormes ingresos, los gobiernos tienen más gastos debido a la pandemia.
Aquí Pedro Francke dijo que un informe reciente del FMI afirma que la carga fiscal está en 41.7% (es la mediana de la muestra de 16 regímenes fiscales) y que “podría aumentarse ligeramente, en el orden de 2 a 4% con respecto a su nivel actual, lo que no alteraría la posición relativa de Perú”. No olvidar que en el 2021 hubo US$ 13,000 millones de ingresos adicionales por exportaciones mineras. No se aprobó. Habrá que ver si el actual ministro de Economía, en marzo, lo lleva al Congreso como proyecto del Ejecutivo.
Hay mucho más en la agenda, como la reforma integral del sistema de pensiones, la concentración oligopólica en el sistema financiero, la ley del trabajo (duerme hace décadas), el impulso a la inversión privada y al agro, el artículo 60 de la Constitución sobre la subsidiariedad de la actividad empresarial del Estado, entre otras. Es decir, la agenda del cambio de las elecciones del 2021.
Pero no. Lo que hay es, de un lado, la vacancia “para acabar con Castillo”. Del otro, la agenda de la supervivencia para seguir flotando y mantener el poder. Quién sabe para qué, porque no se ve que sea para impulsar el cambio.
* Ingeniero especializado en temas de economía de hidrocarburos