RICARDO N. ALONSO *

Ya se cumplieron ocho siglos de la muerte de Averroes, considerado uno de los más grandes pensadores del Islam y el más universal de los sabios hispanoárabes. Sus obras fueron destruidas por Almansur quién lo acusó de herejía y luego rescatadas para occidente a partir de copias de los eruditos he rnbreos.

El gran médico y filósofo musulmán Ibn Rushd, es mejor conocido en occidente como Averroes. Llegó a ser cadí mayor de Sevilla y Córdoba, y médico de cámara de la corte almohade. Téngase en cuenta que Córdoba, la capital de Al-Andalus, fue hasta principios del siglo XIII la ciudad más poblada, rica y culta de Europa. Allí convergía lo mejor del pensamiento árabe, judío y cristiano en una gran armonía. Es en el ámbito de la creación intelectual donde Córdoba y Al-Andalus alcanzan el punto más alto de su desarrollo.

En ese ambiente intelectual vivieron y crearon una pléyade de grandes eruditos cuya huella se conserva aún en el pensamiento moderno: poetas como lbn Tufayl; geógrafos como Al-Idrisi; médicos como Avenzoar; filósofos como Ibn Gabirol, Ibn Masarra, lbn Bayya, y destacándose sobre todos ellos a Maimónides y Averroes. En su ciudad natal Averroes estudió teología, filosofía occidental y matemática con el filósofo árabe Ibn Tufayl y medicina con el médico árabe Avenzoar, de quienes era un aventajado discípulo.

Abdulwalid Mohammed Ibn-Ahmed Ibn-Mohammed Ibn-Roschd, tal su nombre completo, nació en Córdoba (España) el 14 de abril de 1126 (520 de la Hégira) y murió en Marruecos el 10 de diciembre de 1198, a los 72 años de edad, a raíz de una fiebre reumática que padecía desde muy joven. Provenía de una ilustre familia andalusí, famosa por más de seis generaciones de estudiosos y juristas. Estudió en profundidad teología, filosofía, jurisprudencia y medicina que lo convirtieron en el pensador del Islam más universal de los nacidos en la península Ibérica.

La obra escrita de Averroes es impresionante. Se le atribuyen 127 obras, 55 de las cuales han llegado hasta nosotros. Estas obras formaban una completa enciclopedia científica, jurídica, médica, filosófica y teológica. Es recordado principalmente por haber sido el mayor comentador de Aristóteles, a tal punto que recibía el apelativo de “El Comentador”. Su colega y amigo Abentofail fue quien lo incentivó a profundizar en los escritos del gran Estagirita, que a la postre le trajo innumerables problemas.

Sus comentarios sobre Aristóteles provocaron sobre él sospechas de heterodoxia y condena pública que culminaría en su destierro a Marruecos desde donde no volvería a pisar suelo español.  Esto ocurría en tiempos del sultán Almansur quién lo acusó de sospechoso de herejía y de promover la filosofía y la ciencia griega en menoscabo de la religión islámica. Además de desterrarlo, ordenó quemar todas sus obras.

Por suerte se salvaron las versiones hebreas desde donde fueron rescatadas y conocidas luego en occidente. Es más, este gran filósofo árabe tuvo mayor repercusión entre judíos y cristianos que entre sus correligionarios. Su pensamiento vino a revolucionar la teología, la filosofía y la ciencia política del medievo, al distinguir claramente los territorios de incumbencias de unas y de otras.

Incluso su obra naturalista y médica está llena de curiosas observaciones empíricas, que alcanzan hasta los datos de la gastronomía de su tiempo. Durante cuatro siglos, su nombre y sus doctrinas fueron decisivos en la evolución del pensamiento occidental, suscitando adhesiones, rechazos e innumerables polémicas. Como se dijo es el comentador por antonomasia de Aristóteles.

Tal es la admiración que sintió por este pensador que escribió: “Aristóteles es la regla y el ejemplar que creó la naturaleza para demostrar la máxima perfección humana. La doctrina de Aristóteles es la suprema verdad, porque su inteligencia fue el colmo de la inteligencia humana. Puede decirse que la divina Providencia lo creó y nos lo ofreció, para que supiéramos todo lo que nos es dado saber”.

Así y todo, a pesar del alto concepto y de la verdad de la doctrina que pregonaba, Averroes permeó la filosofía aristotélica con los resultados principales de toda la especulación musulmana anterior. También fue un gran estudioso de Platón y una de sus obras capitales es precisamente la “Exposición de la República de Platón”. Comentó también a Galeno.

Es el primero y único de los pensadores del medioevo que denuncia la situación de la mujer en aquella sociedad, en la que -escribe- se parecen a las plantas ya que no permite su total realización personal y social. Averroes escribió tratados de lógica, física, filosofía, medicina y astronomía. De sus obras, destacan "Comentarios mayores" (1180), "Comentarios menores" (1178) y "Refutación de la refutación". Bajo la apariencia escolástica de su obra, se oculta la diferenciación entre el saber científico y el teológico. Allí pueden encontrarse valiosos comentarios que pertenecen al pensamiento geológico.

Por ejemplo, donde afirma que los mares y las tierras permutan muy lentamente y los efectos de ese fenómeno no aparecen "más que al final de múltiples millares de años". Ofrece como pruebas los restos de seres marinos encontrados en las profundidades de la tierra, esto es los fósiles. Visto desde la perspectiva actual su razonamiento sobre los cambios lentos está de acuerdo con la doctrina del actualismo de Lyell. Hablar de millares de años es también novedoso para ese entonces en que se pensaba en una creación reciente del mundo. También para él el tiempo es ilimitado y el universo estable.

Enseña que la permuta de las tierras y los mares tiene como causa inmediata probable las colmataciones; pero el movimiento de los astros es la causa última de esas corrupciones y generaciones. Ello está muy de acuerdo con la fuerte influencia que la filosofía y ciencias musulmanas otorgaban al cielo y al determinismo del orden cósmico. El poeta y astrónomo persa Omar Khayyam que murió hacia 1123 había escrito antes sobre este asunto del mar en sus avances y retiradas sobre el continente. Por esta cuestión que contradecía ciertos pasajes del Corán, Khayyam fue desterrado a Samarcanda.

Averroes razona también acerca del origen del mundo como parte del conocimiento de Dios, y concluye en que ambos no pueden tener ni principio ni fin. Afirmar la eternidad del mundo supone creer en la eternidad de la materia y de sus formas. Deduce que es nuestra mente quien concibe el principio y el fin del mundo, al considerar la realidad bajo la categoría subjetiva del tiempo. Averroes, en su breve tratado “Solución al problema: creación o eternidad del mundo”, trata el problema de la distinción entre tiempo verdadero (tiempo-duración) y tiempo abstracto (tiempo-medida).

Piensa que el tiempo verdadero no se compone de momentos temporales separados por un principio y un fin y por tanto debe ser considerado como una circunferencia en la que todo punto es al mismo tiempo principio y fin de un arco. El tiempo abstracto es el tiempo abstraído de la realidad del mundo, que se le aplica como medida, y es representado como línea recta (ya sea ésta finita o infinita). Una de las frases que ha trascendido del sabio andalusí es aquella que reza “En la naturaleza no hay nada superfluo”.

La idea de Averroes de que la razón primaba sobre la religión fue lo que le llevó al exilio en 1195 por orden del califa Abu Yusuf Yaqub al-Mansur. Su creencia en la eternidad del mundo acabará por provocar una reacción de censura en 1277 con la destrucción de sus escritos de los cuales se salvaron unos pocos. Averroes planteó la libertad de la investigación filosófica para poner en claro el orden necesario del mundo, cuya contemplación le pareció el más alto deber y la completa felicidad del hombre.

La curiosa relación de Averroes con la geología moderna va a surgir del nombre de una falla tectónica dedicada en su homenaje (Falla de Averroes), en el fondo del mar de Alborán, una parte del Mar Mediterráneo. Allí, frente a las costas de Málaga y Marruecos se encuentra una falla de desplazamiento de rumbo dextral, esto es una falla de desgarre de la corteza en una zona de convergencia de las placas continentales Africana y Euroasiática.

Científicos españoles liderados por Ferrán Estrada y colaboradores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) acaban de detectar que no solamente la falla está activa y tiene características sismogénicas evaluadas, cuantificadas y datadas para los últimos 125.000 años, sino que, además, podría disparar un tsunami destructivo sobre ciudades costeras del Mediterráneo. Curioso regreso de Averroes a las primeras planas de los diarios. 

* Doctor en Ciencias Geológicas