Opiniones desde la minería sobre los sucesos de Chubut
PABLO MARCET *
Durante el fin de semana fui consultado (primero por un amigo no periodista y luego por un periodista amigo) acerca de un texto que circuló en las redes. El mensaje, anónimo, dice que los trágicos incendios registrados la semana pasada en Chubut y Río Negro fueron causados intencionalmente por intereses mineros caracterizados como "la crueldad y ambición de humanoides desconectados completamente de la Tierra y de su Espíritu." Como soy minero, me sentí aludido.
Quizá lo más llamativo de la acusación fue la hasta ahora desconocida tecnología que habría motivado el uso del fuego. Cito textualmente ya que no soy capaz de tanta creatividad: "... los incendios intencionales y masivos son una forma de cateo óptico de la composición de los suelos. Buscan metales valiosos a partir de la descomposición de la luz del foco de fuego observado ahora desde los satélites. Este es el mismo instrumento astrofísico que se emplea para analizar el espectro de una estrella remota y conocer su composición química."
Desconozco los detalles de los incendios más allá de lo informado por los medios y reconozco que el nivel de incertidumbre es alto hasta que se conozcan los resultados de la investigación. Pero puedo ofrecer las siguientes observaciones acerca del texto en cuestión.
El mensaje es anónimo. Esto debería, al menos, generar dudas.
El mensaje es contradictorio. Por un lado dice que se usó el fuego para detectar metales (con un método que imagino carísimo) y, por el otro, que las zonas incendiadas "coinciden perfectamente con los cateos mineros mas ricos en Oro y Plata de la Provincia del Chubut, según el Mapa Catastral de Minería."
El mensaje hace una aseveración extraordinaria. Las llamas de las copas de los árboles emitirían señales, detectables por satélites, con información precisa sobre la existencia de metales en el subsuelo. Siempre me enseñaron que afirmaciones extraordinarias requieren, para ser creíbles, evidencias extraordinarias. El mensaje no aporta evidencias, ni extraordinarias ni de las otras.
La pregunta mayor es si los incendios fueron accidentales o intencionales. Desconocer la respuesta no impide el análisis. Primero, podemos ordenar nuestras teorías según dicta el sentido común.
1) La experiencia nos dice que hay sobrados antecedentes de negligencia en casos de incendios forestales (fuegos mal apagados, colillas, conexiones eléctricas defectuosas, etc.). Ante la ausencia de mayor información, le anoto dos porotos a la negligencia.
2) En la región operan grupos terroristas que desconocen las leyes del país, pregonan el exterminio del capitalismo, ocupan predios ilegalmente, atacan a personas y queman casas, a veces con sus dueños adentro. Le anoto un poroto a esta forma de intencionalidad.
3) Ahora también tenemos una teoría conspirativa descabellada, de autoría anónima, que alude a usos tecnológicos desconocidos y no aporta ninguna evidencia. Creo que no merece ni siquiera estas líneas.
* Geólogo
HÉCTOR LAPLACE *
Nos solidarizamos con las familias afectadas por el incendio en los bosques de la zona oeste de Rio Negro y Chubut pero bajo ningún aspecto aceptamos que critiquen y responsabilicen a un sector industrial por estos lamentables sucesos de los últimos días.
Como trabajadores de la minería no podemos aceptar que alegremente vecinos y medios periodísticos quieran buscar en este sector a los responsables de provocar esta tragedia que padecen en el Sur.
Esta patraña acusadora se asemeja mucho a las que se vivieron en forma previa a la consulta popular del año 2003 que se organizó en la ciudad de Esquel. No puede ser que ante la sequía, los temporales de viento y tierra, las nevadas, la desertificación y la falta de infraestructura culpen a la minería.
Aquí hay que hurgar responsabilidades en los representantes que no representan, en los dirigentes políticos que no funcionan y en la gente que hecha culpas a terceros sin pensar que la crisis de no poseer respuestas desde el Estado provienen de muchos años atrás.
Acerca de la razón de las acusaciones a la denominada “megaminería”, pese a la pasividad de la industria para repudiar estas acusaciones y otras, nosotros como trabajadores las rechazamos y aseguramos que nos sumamos a los reclamos del cuidado ambiental, el equilibrio del ecosistema y el uso racional de los recursos naturales debido a que, para los integrantes de AOMA, estos postulados no se negocian.
Si la sociedad de Chubut no desea tener minería en su matriz económica es respetable, que sigan como lo han experimentado hasta ahora.
Quienes defienden a un presidente constitucional son catalogados como de la "patota sindical", mientras que los intolerantes arrojan piedras contra la comitiva presidencial y son en realidad un grupo de la antiminería de ésta y otras provincias, que quieren aparecer sólo como manifestantes pacíficos que están en contra de la minería, pero los intolerantes, siempre fueron y son los mismos.
Los trabajadores mineros sabemos de situaciones adversas, por eso nos solidarizamos con quienes perdieron sus casas, sus trabajos y se enfrentan ante un presente desolador. Enviamos la solidaridad y el acompañamiento de los trabajadores mineros argentinos a todos los que sufren este flagelo en las dos provincias patagónicas.
* Secretario General de AOMA
