JORGE LAPEÑA*
Argentina se apresta a renegociar el Contrato de Abastecimiento de Gas con Bolivia, pero está corta de tiempo y de ideas. A fin de mes vence la adenda 4 firmada en febrero de 2019. Las pocas declaraciones de los funcionarios de la secretaría de Energía son confusas y trasuntan la idea de reducir volúmenes de compra.
Los actuales funcionarios han declarado que Bolivia ya no tiene gas para cumplir el contrato. Sin embargo, los datos oficiales bolivianos desmienten a los funcionarios argentinos: Bolivia posee una reserva comprobada declarada de 10 TCF, y el contrato con Brasil ha finalizado. No hay excusas para no cumplir el contrato hasta su vencimiento en 2026.
La larga relación gasífera de Argentina con Bolivia se compone de dos períodos: el primero desde 1968 hasta los inicios de este siglo; y el segundo desde 2006 hasta el presente. Son tiempos energéticos distintos: el primero de crecimiento y expansión virtuosa, y el segundo de profunda decadencia.
El primer contrato muy positivo para ambas naciones: las cantidades contractuales fueron cumplidas, y los precios fueron racionales y mutuamente convenientes.
* Ex secretario de Energía. Presidente del Instituto Argentino de Energía General Mosconi.
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