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ANALISIS
Escribe Montamat: ¿Tiene futuro Vaca Muerta? Vila: Jaque al consumidor
ENERNEWS/MINING PRESS/La Nación

La baja en el precio desinfla las expectativas de inversión

11/03/2020

DANIEL GUSTAVO MONTAMAT

Daniel Gustavo Montamat

Con un barril que cotice alrededor de los 30 dólares, no solo Vaca Muerta deja de ser viable económicamente, también deja de serlo el shale oil de Estados Unidos, el petróleo de aguas profundas ( presal de Brasil incluido) y la mayor parte de las explotaciones petroleras del mundo, exceptuando las de Medio Oriente.

Es cierto que el petróleo saudita tiene valores de breakeven que permiten recuperar costos de alrededor de 10 dólares por barril, pero también es cierto que la referencia de precios que requieren las finanzas del reino para mantener su nivel de gasto público es de 80 dólares por barril. Ese valor de breakeven "fiscal" es de 100 dólares para el petróleo de Argelia y de Irán, y de 42,4 dólares para Rusia.

A ningún productor le conviene un barril de 30 dólares, aunque con precios tan bajos pueda ganar mercado desplazando explotaciones más caras . Los sauditas pueden sumar a su producción de 9.7 millones de barriles diarios otros 2 millones adicionales en guerra de precios, pero la ecuación precio por cantidad no les cierra.

Otro tanto sucede con Rusia , si la especulación es recuperar mercado desplazando a los frackers americanos. A los compradores tampoco les conviene el desplome de los precios, porque, si se trata de desplazar producciones más costosas, después quedarán de nuevo expuestos a ofertas de zonas más calientes y a renovados acuerdos colusivos para subirles los precios. Lo barato de hoy puede terminar costando muy caro mañana.

Pero si a nadie le conviene, ¿por qué una caída tan abrupta? Desde comienzo del año, la cotización del barril se había venido ajustando a la baja casi un 30% siguiendo la anunciada ralentización de la economía mundial. El impacto de la pandemia de coronavirus puede haber agravado la expectativa de caída. Se evalúa de que la pandemia podría restar entre 1 y 1.5% al crecimiento del producto mundial . Por eso en la reciente reunión de la OPEP+ (Rusia y otros 9 socios externos), Arabia Saudita propuso una reducción adicional de 1.5 millones de barriles por día (b/d), al recorte de 1.7 millones b/d acordado en diciembre pasado. Los sauditas ya habían reducido voluntariamente la oferta en otros 400.000 b/d y pedían a Rusia y a los otros aliados externos comprometerse con un tercio del corte adicional. La negativa rusa a acordar fue el disparador del colapso y del lunes negro. Pero, aún con acuerdo, creo que cualquier otra excusa hubiera producido resultados semejantes. Sucede que la economía globalizada experimenta el estallido de una burbuja de expectativas negativas que se retroalimentan.

Robert J Shiller , en su libro Irrational Exuberance , analiza los fenómenos de psicología social que promueven la suba en las cotizaciones de los valores mobiliarios o de las propiedades inmuebles fuera de la lógica que establecen los puros fundamentos económicos del mercado. El Nobel de Economía, que toma prestado de Emile Durkheim el concepto de "conciencia colectiva", argumenta que hay momentos en que las sociedades compran relatos que retroalimentan expectativas de una nueva era optimista, y, en otras ocasiones, a la inversa, la propagación de expectativas es negativa. El problema del coronavirus con la vulnerabilidad asociada a su propagación, en una sociedad posmoderna anclada al presente, precipitó un circuito de burbuja negativa. En lugar de una burbuja de exuberancia irracional estamos en presencia de una burbuja de depresión colectiva también irracional. El colapso de los mercados, que va más allá de los fundamentos económicos, está magnificado por una sensación de fin de era. En algún momento, cuando se empiecen a hacer de nuevo las cuentas y a primar los fundamentos, vendrá la recomposición de las cotizaciones y de los precios relativos.

Crisis como estas eliminan de cartera muchos proyectos nonatos. Vaca Muerta es un proyecto en desarrollo y ya con actividad intensiva probada. Sus referencias de breakeven son de alrededor de 40 dólares para el barril de petróleo y de algo más de 3 dólares para el MM de BTU de gas natural. El sacudón del mercado petrolero y la volatilidad que sobrevendrá nos prueba una vez más que somos tomadores de precios y que el desafío está en seguir reduciendo los costos de explotación y aumentando la productividad. Todo a partir de la precondición de una macroeconomía estable y de una institucionalidad previsible.

*Ex secretario de Energía y presidente de YPF

 


Jaque al consumidor

Mejor Informado

RAÚL OSCAR VILA

Rusia suspende la compra de moneda extranjera. Estados Unidos refuerza su papel en el mercado. Argentina analiza alternativas para mantener las fuentes de trabajo en la industria petrolera. En la coyuntura actual, ¿quien paga la falta de previsibiidad?

Mientras el Banco Central Ruso suspendió transitoriamente las compras de moneda extranjera en el mercado doméstico (cepo), para “reducir la volatilidad de los mercados financieros de cara a los cambios significativos en el mercado de petróleo”, el Departamento de Energía de Estados Unidos informó ayer a través de su vocero que los “intentos de los actores estatales de manipular y conmocionar a los mercados petroleros refuerzan la importancia del papel de Estados Unidos como proveedor confiable de energía”.

El cimbronazo en los mercados por la pelea entre Rusia y Arabia Saudita puso en alerta a todos los gobiernos. Funcionarios, operadores e inversores siguen con atención la evolución del conflicto.

En el caso de Argentina, la industria muestra una desaceleración producto de varios escenarios anteriores que se suman al actual. El desplome que se inició el viernes y continúo durante todo el fin de semana, alteró las agendas de varios funcionarios nacionales y representantes de las empresas petroleras.

El ministro de Desarrollo Productivo Matias Kulfas se reunión con el presidente de YPF Guillermo Nielsen para analizar una nueva convocatoria a las empresas productoras y garantizar la preservación de los empleos en la industria petrolera local.

Conocida la noticia, el intercambio de consultas para conocer las alternativas fue el tema del día. Para algunas petroleras, lo conveniente es "avanzar en una restructuración impositiva del sector, bajar la carga fiscal y enviar señales a los inversores que nuestra economía se encamina a una reforma estructural -más allá de los problemas propios de renegociación de la deuda- Mientras el mundo se cierra, Argentina debe saca ventaja” fue la conclusión de un economista relacionado con la industria petrolera.

Esta alternativa tiene por lo menos dos problemas de implementación. Por un lado, bajar la carga impositiva tiene un impacto directo en la recaudación y consiguientemente en la coparticipación y los gastos del Estado Nacional. Y por otro, una consecuencia política difícil de soslayar a menos de 100 días de la nueva administración “beneficiar con la baja de retenciones a la industria petrolera cuando se incrementa paralelamente a la actividad sojera; no es un titular que busque el gobierno de Alberto Fernández”.

En conclusión, bajar los impuestos no sería la alternativa que está analizando esta administración. Entonces, ¿cual sería esa alternativa? Transcendió con fuerza -en los distintos medios- que estarían evaluando acordar con las petroleras la implementación de barril criollo con algunas variables.

“En su momento, Alberto Fernández solicitó no aumentar las naftas, hoy este gesto se paga” dijo un exempresario vinculado a la actividad. “El tema es quien lo paga. El Estado no está en condiciones de asumir un subsidio a la actividad (en plena renegociación con los acreedores internacionales de sumaría mayor déficit a las cuentas públicas), la industria ya hizo el esfuerzo de no trasladar los aumentos del petróleo a los combustibles; por lo tanto, en este triangulo solo queda el consumidor” fue la síntesis del consultor regional.

Pero esta alternativa también tiene sus inconvenientes. La industria tiene empresas llamadas “Integradas” como YPF, Shell o PAE que extraer petróleo y lo refinan en sus propias plantas. En el mercado también operan petroleras que son llamadas “No Integradas” como Vista, Tecpetrol, Pluspetrol, Capex, entre otras que venden su producción a las refinadoras, .

Para mantener la actividad, las empresas Integradas deberían acordar con las No Integradas el valor del barril para el mercado local. En esta ingeniería, el Gobierno Nacional se comprometería a mantener los precios de los combustibles en las estaciones de servicios, compensando de esta forma la baja del 30% que sufrió el crudo en el mundo.

En síntesis, la caída del petróleo lo soportaría el consumidor, el Estado Nacional mantendría sus ingresos por recaudación y las petroleras se comprometerían a mantener la actividad sin afectar las fuentes de trabajo.

Una alternativa que, en este triángulo poco amoroso, pierde el más débil…


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