ÁLVARO RÍOS ROCA
El fracking en las formaciones shale, es una técnica desarrollada en EEUU y que le ha permitido a ese país pasar de ser un neto importador de petróleo y gas natural a ser un neto exportador. Conocida como la revolución del shale gas y el shale oil.
La práctica consiste en perforar horizontalmente y romper el shale (roca madre) con arena, agua y químicos a altísima presión y así estimular la producción de estas formaciones que tienen muy baja permeabilidad.
La producción de shale gas en EEUU se inicia aproximadamente el año 2000 y a finales de 2019 la producción es de 1,926 Millones de metros cúbicos por día (MMm3/d); es decir, 64 contratos de 30 MMm3/d entre Bolivia y Brasil. La producción de shale oil se inicia posteriormente en 2004 y a 2019 EEUU produce cerca de 8,7 Millones de barriles por día (MMBPD); es decir, un 11% de la producción mundial.
Los norteamericanos han podido hacer de esta técnica una exitosa realidad por varias razones: dejando y fomentando que el sector privado aplique nuevas tecnologías y experimentos constantemente. Haciendo que las operaciones de fracking sean de gran escala y que el equipamiento y suministros estén accesibles. Aprovechando financiamiento disponible en los mercados de capitales y sobretodo haciendo uso de la seguridad jurídica que tiene este país.
Los estadounidenses son pragmáticos y a diferencia de varios países latinoamericanos que son ‘nostálgicos’, permiten que la actividad del fracking se realice con el debido cuidado ambiental y protegiendo las cuencas de agua, actividades que son estrictamente reguladas por parámetros técnicos y por varias agencias especializadas. No existe esa oposición típica nuestra de oponerse por oponerse o por último objetar para aprovecharse política o económicamente.
Hay otra gran diferencia y es que el Estado no es dueño del subsuelo sino los habitantes que moran sobre estas formaciones. Es decir, estas personas otorgan los ‘leases’ y no se debe pasar por el burocrático ‘papá Estado’, como ocurre en nuestra región. Las regalías que se pagan en boca de pozo, las podemos estimar en 15 a 18%. Con todo esto, las miles de empresas han logrado bajar los costos de producción sustancialmente para competir con producción de petróleo y gas convencional y con otras alternativas energéticas. Tendrá nuestra región todas o algunas de estas características. Pues no, casi ninguna, empezando por nuestras pesadas NOC (empresas estatales de petróleo).
Analicemos ahora Argentina que es otro país que por los últimos 10 a 12 años ha tratado de impulsar el fracking en la formación Vaca Muerta. Un shale muy prolijo y de clase mundial geológicamente y con enormes recursos para explotar.
Varias empresas, incluyendo su estatal YPF, están interesadas en desarrollar con intensidad Vaca Muerta porque los pozos pilotos demuestran costos de producción muy competitivos. La regalía en Argentina es de aproximadamente 12 al 15% y la zona de Neuquén no resulta muy conflictiva ambientalmente por ser desértica y con escasa población. Así las cosas, la producción de shale gas este 2019 ha llegado a 31,52 MMm3/d y la de petróleo a 90.000 BPD. Nótese la diferencia con lo acontecido en EEUU. El problema en Argentina no es la geología, sino más bien las condiciones del país.
Colombia es otro país que quiere impulsar el shale en el Valle Medio del Magdalena en la formación La Luna. La relación reservas/ producción de gas y petróleo están por debajo de los ocho años y esto inquieta a los colombianos y el shale es una opción. A diferencia de Argentina existe una férrea oposición por la sensibilidad ambiental de la zona. Las regalías estimadas para la producción de los pozos piloto que se quieren realizar podrían estar entre un 5 y 20%. Veremos qué pasa en el país cafetero y donde la iniciativa parte de su estatal Ecopetrol. Ya van dos años de intenso debate.
México tiene enormes recursos shale, empero el nostálgico presidente AMLO, así de un plumazo ha decidido ponerle un stop al fracking, sin ninguna consideración ni estudio ambiental, económico, ni técnico. Es que su tozudez no le permite observar lo que acontece unos kilómetros al norte de la cuenca shale de Burgos, en el imperio.
Finalmente, Bolivia viene hablando de que podrá desarrollar shale de la formación Miraflores, comandada por su estatal YPFB. Comentar que primero tendrá que hacer una legislación especial que baje regalías y tributos establecidos en la CPE y la Ley del 50% o brindar alguna concesión especial y luego que no exista férrea oposición ambiental. Mientras; por ahora, es solo un sueño. Juzgue usted querido lector.
*Ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual socio director de Gas Energy Latin America