JULIO VILLALONGA*

Quito no es Santiago. Lima no es Buenos Aires. Río no es Montevideo. Ningún caso sirve para explicar otros casos. Y no hace falta que el largo brazo de la inteligencia venezolano-cubana se extienda por la región.

La excusa de la injerencia externa ha sido usada hasta el hartazgo, tanto para sostener gobiernos -o dictaduras- tambaleantes como para voltearlos. "La realidad no es ética", escribió Carlos Marx en la segunda mitad del siglo XIX.

Las "condiciones objetivas" de aquellas épocas fueron propicias para las relovuciones posteriores y le vigencia del socialismo real en gran parte del planeta.

La contraofensiva del capitalismo frente al avance del comunismo derivó en el turbo capitalismo financiero. Los últimos cincuenta años son historia conocida: el socialismo real se derrumbó pero quedaron dos modelos en pie: las democracias occidentales de distinta forma -la sajona, la alemana, la japonesa, la india y las de los países periféricos- y los sistemas mixtos: China es conocido como el país donde impera el "comunismo de mercado", con el que por obvias razones ningún país del mundo esgrime algún conflicto moral para no perderse ese mercado que equivale, por sí solo, a la cuarta parte del planeta.

Volviendo a nuestra región, la frase de la primera dama chilena explica en gran forma la excepcionalidad de los localismos. "Se nos fue la mano con tanta acumulación de riqueza", sería la síntesis de su "boutade", que aunque privada se hizo pública. La viralización, un signo de los tiempos. Le pasa a cualquier mediática en cualquier parte del mundo.

Los Piñera son una de las quince familias que controlan Chile. Un senador de la derecha transandina explicaba estos días que su sector debería tener "una agenda social". Aunque más no fuera para evitar estos contratiempos. Y que el ingreso "per cápita" de 25.000 dólares no era representativo de una mayoría de chilenos.

La falta de lucidez de la derecha es un verdadero obstáculo para el desarrollo de la democracia como sistema. No solo en Chile. Democracia sin equidad es una ecuación que nos ha llevado hasta aquí. La propia derecha ataca a los populismos como si fueran "la izquierda", aunque ya varios países son gobernados por populismos de derecha. El otrora faro democrático del mundo, Estados Unidos, luce más quebrado que nunca y su presidente ostenta un récord de vulneración de los preceptos democráticos en la historia reciente. Hay que leer "Como mueren las democracias", de Steven Levitzky y Daniel Ziblatt, aparecido hace un año en Estados Unidos y mucho tiempo en la lista de "best sellers" del New York Times.

La "internacional rebelde" es un fenómeno de mímesis de los desclasados. La violencia foguista arrastra a otros violentos latentes sin ninguna posibilidad de canalizar su enojo a través de una vía institucional. La olla a presión alguna vez termina por destaparse. Mientras, los que tienen juegan al "Antón pirulero" con los que no tienen nada que perder. Y después corren asustados para que no los alcance la horda.

* Director de gacetamercantil.com.ar