PABLO TIGANI
Regresaba del XII Congreso Mundial del IAFEI-México, mayo de 1981. Me preguntaba: -¿Cuánto tiempo podrá mantenerse el statu quo de la situación de la economía mexicana?
Casi cuatro trimestres después quedó develada la incógnita. El Sunday Times, de Londres, encabezaba: “El día que el mundo perdió el crédito”. The Economist, parafraseando al escritor de “The crash of '79” Paul Erdman se preguntaba: ¿El crack de 198…? Se había precipitado la crisis de la deuda mexicana de 1982.
Desde entonces “la deuda externa” ha ocupado una extensa porción de la literatura económica. Se ha tratado tenazmente de analizar las causas y efectos del problema, con el propósito de atenuar sus consecuencias. Fue así como desde los ochenta, hubo que rediseñar y readaptar distintos modelos e instrumentos financieros del sector privado, aplicándolos a una instancia para la cual el sector público no tenía respuesta.