SERGIO BITAR*
En el tema AGUA se debe actuar del mismo modo que con energía. Para tomar mejores decisiones ahora se debe analizar los escenarios posibles al 2030 y elegir un rumbo. El actual gobierno dio un paso importante al elaborar su documento Energía 2050 (Política Energética de Chile, Ministerio de Energía, 2015). Es hora de hacerlo con el Agua.
Cuánta agua necesitaremos y qué medidas adoptar? Se estima que el consumo total de agua en Chile es del orden de 7.000 m³/seg. De ellos, el 90% sería de uso no consuntivo y un 10% consuntivo. El consumo consuntivo se distribuye aproximadamente así: cerca de 75% para la agricultura, cerca del 10% para minería, 6% a 8% para consumo humano y el resto para actividades industriales y otras.
En los últimos 30 años, de 1980 a 2010, la demanda de agua se duplicó (Política Nacional de Recursos Hídricos, Ministerio del Interior, Chile, 2015). ¿Cuál será la expansión de la demanda de agua en los próximos 15 años, 2016- 2030? Si creciera 30% en vez de 100%, como fue en los últimos tres lustros, requeriríamos entre 2000 y 3000 m³/seg adicionales de agua fresca. ¿Cuáles serían las fuentes? ¿Cuántas superficiales, de acuíferos subterráneos, por desalinización, cuanto por eficiencia y ahorro y por reciclaje?
El consumo humano es la primera prioridad. Hoy existe un déficit de provisión de agua en 200 comunas a causa de las prolongadas sequías. Además, cerca de 400.000 habitantes de zonas rurales se proveen de acuíferos, muchos sobreexplotados, cuyas napas bajan constantemente, o de camiones aljibes, de alto costo.
En agricultura, para regar un millón de hectáreas, se emplean cerca de 15.000 millones de metros cúbicos al año. Si Chile pretende transformarse en una potencia agroalimentaria y proveer de alimentos al mundo necesita más tierra regada. Si se fija una meta de 200.000 o 500,000 Ha adicionales para cultivos, y superar las 1,1 millones Ha actuales ¿cuánta agua se necesitaría?
Dependerá de la eficienci y de la tecnología. La eficiencia de riego es aun baja. Cerca del 50% de las tierras cultivables utilizan riego tecnificado, el resto es riego tendido. Se estima que podría lograrse una reducción sustantiva del consumo de agua, bajando de 14.000 a 7.000 m3/Ha. Tal reducción permitiría elevar considerablemente las exportaciones de frutas y pecuarios. Es sabido que exportar alimentos equivale a exportar agua. Las cifras de huella hídrica muestran que el consumo de agua por kilo de carne de vaca alcanza a 15.000 litros por kilo, de pollo 4.300, un kilo de manzanas requiere 820 litros de agua, de naranja 560 y 100 lt un vaso de vino.
La minería continuará suexpansión y eso implicará alto consumo de agua. Otras industrias como papel y celulosa son también intensivas en agua. Una de las fuentes promisorias para el sector minero sector es la desalinización de agua de mar.
Como los desafíos son grandes, se requiere una estrategia compartida con participación de la comunidad. Es imperioso profundizar el conocimiento y monitoreo del cambio climático, para evaluar proyectos que mitiguen daños y retengan agua cuando sube la isoterma cero y se aceleran los deshielos. Y es necesario diseñar y financiar, de manera conjunta, publico privada, la construcción de tranques que retengan aguas lluvia, el revestimiento de canales, la construcción de partidores para elevar la eficiencia del riego y grandes embalses. Habrá que tratar aguas servidas o recuperar aguas de ríos que se arrojan al mar y puedan trasladarse de unas cuencas a otras, haciendo uso de las mejores tecnologías disponibles. Estas y otras posibles acciones deberán ordenarse por prioridad, elaborar los proyectos, estudiar su financiamiento y diseñar un plan que oriente las iniciativas futuras. En el plano legislativo corresponde aprobar una reforma constitucional que prescriba que el agua es un bien nacional de uso público. También urge un nuevo proyecto de ley que regule la administración de las 100 cuencas de Chile.
Las tareas descritas requieren de una institucionalidad más mderna que la actual. Como ha señalado el Banco Mundial y la OCDE, Chile posee la mayor dispersión institucional, con más de 40 instancias que deciden en temas de agua. La Presidenta designó a un delegado presidencial, quien ha intentado coordinar, pero no se ha logrado aún establecer órganos con el suficiente poder. Una de las opciones es crear una subsecretaría de aguas en el ministerio obras públicas y evaluar si a ella se integraría la dirección General de Aguas o esta última debería mantener una personería y funciones independientes.
*político chileno